Secreto de pareja – 1. Secretos revelados

chica en pañales sosteniendo una camara

Blanca y Abraham eran una pareja muy linda. Se conocieron en el trabajo, ella era fotógrafa de conciertos y el fotógrafo de producto, aunque eran agentes independientes, ambos trabajaban para el mismo cliente y por eso se conocieron, después de varios meses de salir juntos se hicieron novios. Después de casi cuatro años de un noviazgo estable, ambos sentían que ya estaban listos para dar el siguiente paso, querían vivir juntos, pero algo se los impedía.

Blanca disfrutaba de usar pañales y sentirse una bebé. De vez en cuando se ponía un pañal en su casa y veía películas infantiles, tomaba leche de un biberón y cuando no lo usaba se ponía un chupón en la boca, tenía pijamas y ropa infantil que solía usar en algunos momentos en lo privado de su departamento. Esta afición no la compartía con nadie en la vida real, solo algunas personas por internet conocían su secreto, gente que también compartía el mismo gusto. En muchas ocasiones estuvo tentada a revelarse frente a Abraham, él era su novio ya desde hace varios años y se tenían mucha confianza el uno al otro, pero nunca se había atrevido, aunque ya había notado ciertos rasgos infantiles en él, pensaba que eran cosas de artistas y suponía que él podría reaccionar con rechazo y no aceptarla, ella moría con que él fuera participe de su fantasía, pero no había tenido el valor para abrirse por completo frente a su novio.

A Abraham le gustaba el olor a talco y la sensación de un pañal acolchado entre las piernas, le gustaban los vasitos entrenadores y los sonajeros, tenía muchas pijamas de una sola pieza y pañaleros que cuando los usaba sujetaban bien sus pañales para que no se movieran de lugar. Siempre había querido contarle su secreto a Blanca, pero, aunque la amaba, pensaba que eso podría arruinar su relación, nunca había podido cumplir ninguna de sus fantasías, la de ser tratado como un bebé o el cuidar de una pequeña bebé adulto.

Por eso la idea de vivir juntos les emocionaba tanto como les aterraba. Habían pasado muchos días y noches en el departamento uno del otro, pero cuando llegaba ese día siempre tenían todo bien guardado y escondido, ambos eran dos personas muy precavidas. Vivir ambos en un solo departamento implicaba ahorrar mucho en gastos, eso se lo decían siempre sus conocidos que no entendían porque dos personas con una relación tan estable seguían viviendo separados después de tanto tiempo, nadie más que ellos conocía su propio secreto.

Después de mucho meditarlo Blanca decidió que su relación con Abraham valía completamente la pena, aunque aquello implicara renunciar a su pequeño secreto, la determinación de ella hizo que él llegara a la misma conclusión, lo conversaron con una amiga en común que se encargaba de los bienes raíces y decidieron que se mudarían al departamento de Blanca y traspasarían el de Abraham, con el dinero terminarían de pagar el departamento que ahora seria de ambos y con lo que sobrara tomarían unas merecidas vacaciones, que como freelances no se habían dado en más de cinco años.

Antes de las vacaciones tenían que hacer la mudanza, Blanca había decidido deshacerse de todas sus cosas de bebé, pañales, chupones, ropa y demás artículos, al final no pudo hacerlo y guardo todo dentro de una caja plástica color negro que cerro con cinta adhesiva y les puso un letrero de “archivo muerto”, eso haría que Abraham no tuviera curiosidad de abrir la caja o que la abriera por descuido buscando algo, la puso hasta el fondo de su armario y la cubrió con un montón de cachivaches más.

Abraham hizo lo propio, pensó en regalarle todas sus cosas a un amigo que había hecho por internet y al cual no conocía realmente en persona, solo sabía que vivía al otro lado del país, al final se decantó por guardar todo dentro de una vieja maleta que tenía la ventaja de tener un cierre con candado, una vez guardo todas sus cosas infantiles, puso el cerrojo en la maleta y lo reforzo con un cinturón plástico, y para darle más seguridad la envolvió toda con plástico transparente como lo hacen en los aeropuertos.

La mudanza tardó un par de semanas, pues se interrumpía por periodos en los que ellos tenían compromisos de trabajo, como se irían de vacaciones en unos meses querían terminar todos sus asuntos pendientes para no tener que trabajar en su temporada de descanso. Terminaron la mudanza y oficialmente vivían juntos. Los primeros días pasaron con normalidad, aunque solían dormir frecuentemente uno en casa del otro nunca lo habían hecho por más de tres días seguidos, después de un mes de vida en pareja ya se sentían muy cómodos, hasta parecía que llevaban años viviendo así. Las ganas de cada uno de regresar a su pequeño espacio en el que podían ser pequeños bebés empezaron a regresar, Abraham lo hacía un par de veces a la semana cuando vivía solo y Blanca más o menos igual, las primeras semanas hasta se habían olvidado del asunto, pero poco a poco las ganas comenzaron a aflorar.

Como ellos no iban a confesarse nada el uno al otro, el destino decidió intervenir. Un día en el que Blanca estaba en un concierto trabajando y Abraham se encontraba en el estudio de su departamento editando unas fotografías, un repartidor tocó el timbre de la puerta, Abraham abrió y recibió el paquete que estaba a nombre de Blanca, firmo la papeleta y dejó el paquete sobre la mesa, era una bolsa gris como todas las envolturas de los envíos internacionales, Abraham estaba bastante ocupado trabajando, pues era la última entrega de trabajo que tenía pendiente antes de tomarse sus vacaciones. Cuando terminó de editar fue a la cocina a prepararse algo de comer y se sentó a la mesa, vio el paquete de nuevo y un pequeño logotipo en la etiqueta de envío le pareció sospechosamente familiar.

Blanca en realidad no esperaba ningún paquete, hace unos cuatro meses que había pedido dos pañaleros (onesies) con estampados, pero no habían llegado en la fecha que la pagina decía, así que tramito la devolución y le regresaron su dinero, no era la primera vez que un pedido de china se perdía en el camino, pero al parecer este pedido no se había perdido, si no que se había retrasado y ella ya no se acordaba del mismo, pues semanas después había pedido varias cosas más (nada de artículos de bebés, algunas cosas para su cámara y una funda para su laptop) de la misma página que los pañaleros y habían llegado sin demoras.

Abraham tomo el paquete con una mano mientras comía con la otra, leyó la etiqueta y reconoció la dirección de envío y el logotipo del proveedor, aunque la etiqueta solo marcaba que el producto era “ropa” él sabía que ese logotipo era de una marca china que hacía ropa infantil tamaño adulto, específicamente pijamas de una pieza (mamelucos) y pañaleros (onesies), pues él había comprado varios con anterioridad.

Abram se horrorizo, una sensación de miedo se apoderó de él, pensaba que Blanca había descubierto su escondite secreto y ahora sabía que a él le gustaba ser un bebé adulto y por eso le había comprado unos pañaleros, se tranquilizó un poco al darse cuenta que Blanca había tomado con humor y cariño el asunto, pues de otra manera no le hubiera comprado eso, al leer mejor la etiqueta se dio cuenta de que la fecha de envío del paquete databa de hace más de cuatro meses, entonces que lo hubiera descubierto por su maleta secreta era imposible pues habían pasado solo dos meses desde que él se mudó al departamento, eso solo significaba que ella conocía su secreto desde antes de que decidieran vivir juntos, demasiado confundido termino su comida e impaciente espero la llegada de su novia.

Decidió que era momento de confesarlo todo, él sabía que ella lo amaba tanto como él a ella y que podría abrirse, aun no estaba seguro de cuál de sus dos teorías era la correcta, pero cualquiera que fuese, el mejor camino era confesarlo todo.

Sacó su maleta del armario y con una navaja corto todo el plástico que la envolvía, con la misma navaja corto el cinturón de plástico de los cierres y puso la combinación del candado, abrió la maleta y saco uno de sus pañales y su chupón favorito, era un chupón tamaño adulto de color azul, los colocó en el sillón detrás de un cojín.

Blanca llegó a casa en la madrugada, los conciertos suelen terminar a esa hora, Abraham la esperó despierto, en cuanto escucho las llaves abriendo la cerradura los nervios le subieron por el cuerpo, sintió ganas de vomitar, pero no se acobardó. Recibió a su novia con un cariñoso beso y un fuerte abrazo, ella fue directo al refrigerador pues moría de hambre, tomo un pan de la cocina se lo comió mientras un plato de comida se calentaba en el microondas, cuando termino de comer, fue a sentarse junto a Abraham que la esperaba sentado en el sillón. El sin perder un solo segundo empezó a hablar con las frases que había estado ensayando durante toda la noche.

-Blanca, quiero decirte algo muy importante, y ahora que vivimos juntos creo que es el momento adecuado para hacerlo, además que creo que tú ya sabes lo que te voy a decir.

Blanca estaba completamente confundida, al principio pensó que se trataba del típico sentido del humor de su novio, pero esa cara de seriedad no la había visto nunca, se puso al borde de su asiento y se acercó un poco para escucharlo bien.

-Se que ya sabes que me gusta usar cosas de bebés y comportarme como un infante -dijo mientras sacaba su pañal y chupón de detrás del cojín.

Alma se llevó ambas manos a la boca y ahogo una expresión de sorpresa.

-No tenía ni idea, pero me da mucha alegría que me cuentes eso -dijo mientras tomaba ambas manos de su novio.

-Si no sabias nada, ¿Qué significa esto? -Dijo pasándole el paquete que acababa de llegar esa tarde.

Blanca tomo el paquete confundida. Antes de que ella pensará en que él había violado su privacidad abriendo un paquete que claramente no era suyo alcanzó a interrumpir.

-Reconocí el logotipo y la dirección de envío, es de la misma marca de donde yo compro mis cosas.

Blanca le sonrió y acarició su mejilla.

-Estas cosas las compre para mí, creo que tenemos mucho más en común de lo que nos imaginábamos -Dijo abriendo el paquete y mostrándole los dos pañaleros que venían en la bolsa.

La cara de Abraham se ilumino y una sonrisa apareció en su rostro, ambos se abrazaron y besaron. Se fueron a la cama pues era bastante tarde y Blanca estaba realmente agotada de trabajo de todo el día. En las mentes de ambos solo podían gestarse sus más grandes fantasías, ninguno de los dos había tenido oportunidad de compartir este pasatiempo con alguien en la vida real, solo se limitaban a compartir sus experiencias a través de internet con otras personas que disfrutaban de sus mismos gustos, el haber confiado sus secretos el uno al otro les abrió un nuevo mundo de posibilidades.

Despertaron más tarde que de costumbre, el primero en levantarse fue Abraham, aún estaba procesando si lo que sucedió hace unas horas había sido real o solo parte de un hermoso sueño. Le dio un beso en la mejilla a Blanca y la cubrió bien con la sábana, fue a la cocina a preparar el desayuno y leer las noticias en su Tablet.

Por el aroma y el ruido de la cocina, Blanca se despertó, también estaba algo confundida sobre lo que sucedió en la madrugada, pero al levantarse y ver sobre el sillón sus pañaleros y el pañal y chupón de Abraham confirmo que todo había sido real. Puso la mesa y ambos se sentaron a desayunar como era su ritual desde hacía poco más de un mes, la cafetera italiana empezaba a espumar el café y todo el comedor se inundaba con el tostado aroma, ambos eran fanáticos empedernidos del café. Ninguno de los dos se atrevía aún a tocar el tema, sentían mucha vergüenza de revelarse uno al otro, Blanca tomó la iniciativa y después de lavar los trastes fue al armario y sacó su caja rotulada de “archivo muerto”, le quitó la cinta y levantó completamente la tapa.

Al mirar de reojo el contenido, Abraham hizo lo mismo con su maleta secreta.

Empezaron a contarse los detalles de su pequeño espacio, a Abraham le gustaba dibujar, colorear y armar legos mientras usaba su pañal y chupón, podía estar horas jugando sin tener que interrumpir la diversión para ir al baño, a Blanca le gustaba pintar con pinturas para dedos y ver películas de Disney en maratón, le gustaban mucho los pañales acolchados y con diseños divertidos, Abraham era más del clásico pañal completamente blanco, pero bien ajustado. Ella prefería el biberón y él su vasito entrenador, a ambos les encantaban los chupones y los muñecos de peluche, y ninguno había recibido un trato de bebé o cambio de pañal por parte de otra persona. Blanca tenía una amiga de la universidad que compartía sus mismos gustos, de hecho, fue esa chica la que introdujo a blanca en ese mundo, Abraham no conocía a nadie como el en persona (bueno ahora ya conocía a blanca) y todas sus amistades se basaban en internet.

Después de hablar por un buen rato y conocer más detalles el uno del otro, sonó la alarma de Abraham, era el aviso de que tenían que salir a ver al primo de Blanca, quien les prestaría su camper en donde pasarían sus próximas vacaciones durante dos meses alrededor del país.

El primo de Blanca era un hombre adinerado, que había accedido a prestarles su camper ya que casi nunca lo utilizaba, además que Abraham y Blanca le habían hecho las fotos de su tercera boda y había quedado encantado.

Se quedaron con ganas de entrar en su pequeño espacio y compartirlo con alguien por primera vez, aunque en realidad se sintieron aliviados de tener un compromiso pues aún .no se sentían en plena confianza de abrirse por completo.

Llegaron a la pensión en donde se encontraba el camper, el primo de Blanca los recibió y les mostro el vehículo de arriba abajo, era un vehículo muy lujoso y espacioso, Abraham y Blanca estaban encantados, no podían esperar más a emprender su viaje, que sería una especie de luna de miel pues recién se habían mudado juntos. Después de un par de horas en los que el primo les explicaba el funcionamiento completo del vehículo (electricidad, gas, baño, regadera, calefacción, agua, mantenimiento, etc.) les entrego una Tablet en donde estaban los manuales de funcionamiento y las llaves del vehículo, les deseo buena suerte y se retiró.

Su viaje iniciaba dentro de dos días y ya habían hecho una lista de todas las provisiones que necesitarían, tenían una clara ruta marcada con todos los lugares que querían visitar y las rutas a tomar, incluso habían tomado un curso de primeros auxilios y otro de reparación de vehículos. Se fueron al supermercado a surtir su lista de provisiones, llevaron agua embotellada, alimentos enlatados, pastas, y algunos dulces, compraron herramientas, medicinas y diversos materiales, cuando sus dos carritos quedaron llenos se dirigieron a las cajas, pero su camino se vio interrumpido por un espacio que ambos conocían perfectamente: el pasillo de bebés y farmacia.

Ambos se ruborizaron cuando pasaron por ahí, pero Blanca tomó la iniciativa, empezó a colocar en el carrito varios paquetes de toallitas húmedas, dos botes grandes de talco y varios jabones y shampoos, Abraham hizo lo propio con algunas cremas y lociones, agarraron algunos paquetes de pañales para adulto y ahora si procedieron a pagar todo.

Al llegar a casa pidieron por internet varios paquetes de pañales ABDL, que son pañales para adulto pero con diseños como si se tratase de pañales infantiles, pidieron el envío exprés para que llegaran al día siguiente, pues en dos días tenían que poner marcha hacia la carretera.

El día siguiente también sería un día bastante ocupado, tendrían que acomodar todas las provisiones dentro del camper, enviar algunos correos, retirar dinero en efectivo, avisar a sus familias que ya se iban, dejar encargado el departamento con la vecina de Blanca y algunos otros recados que tenían que hacerse antes de desaparecer durante dos meses, Abraham se fue a la pensión a llevar todas las provisiones dentro del camper, Blanca se quedó en el departamento a enviar correos y esperar su paquete, en la tarde llegaron varias cajas con sus pañales, de distintos modelos y diseños, afortunadamente ella y Abraham utilizaban la misma talla. Blanca alcanzó a Abraham en la pensión, quien aún no terminaba de acomodar todas las cosas, llevó los pañales y los acomodaron en el compartimiento debajo de la cama, calcularon que serían suficientes pañales para dos meses de viaje, el día anterior, en la noche se les había ocurrido que podrían usar pañales durante todo el tiempo que durara el viaje.

Habían pasado ya tres días desde que ambos habían confesado su lado ABDL, pero hasta el momento no se habían atrevido a serlo delante del otro, además que las prisas del viaje también consumían todo su tiempo. Por fin dejaron todo listo, tanto el camper como su departamento, no tenían más trabajos pendientes y habían programado mensajes grabados en sus teléfonos y en sus servicios de mensajería para que automáticamente le avisaran a quien les hablara que estarían fuera por dos meses.

Llevaban sus teléfonos, pero solo para situaciones de emergencia, pues querían disfrutar al máximo sus vacaciones y tener un tiempo de desconexión de las redes sociales para poder disfrutar del viaje y de todos los increíbles lugares que visitarían, además sería una excelente oportunidad para conocerse más como pareja, pues en recientes días habían descubierto por casualidad que aun tenían algunos secretos el uno para el otro.

El día cero comenzaba, así es como habían decidido llamar al primer día de viaje, la ruta estaba ya marcada y el itinerario era claro, aunque se habían prometido que serían flexibles respecto a eso, ambos sabían que eran personas muy ordenadas y organizadas, que pese a ser artistas, no les gustaba hacer cambios de último momento.

El día anterior ya habían llevado a la camper, todo lo que necesitarían para el viaje, salieron de su casa y tomaron un taxi hasta la pensión en donde se encontraba el vehículo resguardado, ya que era demasiado grande para el pequeño cajón de estacionamiento que tenían en su condominio, media hora después llegaron y se subieron al vehículo, Blanca sería la primera en manejar y por la tarde la relevaría Abraham, estaban algo nerviosos pero emocionados, no solo porque sería su primer viaje largo en carretera y prácticamente sus primeras vacaciones juntos como pareja, sino porque habían prometido que durante el viaje utilizarían pañales 24/7, ósea todo el día, todos los días.


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