Experiencias pañaleras | Capítulo 8: Mi primera experiencia ABDL con alguien más

chicos comiendo comida de bebe y usando pañal

En realidad, he tenido dos experiencias ABDL con alguien más, pero esta última creo que ha sido la más completa hasta el momento. Si quieren que les cuente la primera, háganmelo saber en los comentarios.

Laura y yo somos amigos desde hace unos seis años, nos conocimos en el trabajo y desde ese momento hemos sido buenos amigos. No somos super cercanos, pero si solemos hablar frecuentemente, hemos salido algunas veces y tenido relaciones sexuales de manera casual en un par de ocasiones cuando ella esta soltera (yo toda mi vida he estado soltero y es algo que me gusta) y también hemos dormido juntos de la manera literal (solo dormir) en más de una ocasión.

Laura es la única persona de mi circulo social que sabe que uso pañales y me gusta usar cosas de bebé, aunque nunca le he hablado acerca del ABDL no creo que no sospeche que no soy la única persona del mundo que le gustan estas cosas. Laura es una persona confiable y por eso le conté mi secreto.

Esta última vez quedamos para vernos, ella sale algo tarde de trabajar, por eso llegó a mi casa hasta pasadas las ocho de la noche, previamente ya habíamos quedado en que yo usaría pañales y ella jugaría conmigo.

Anteriormente ya me había visto en pañales y hasta me había dado de tomar mi biberón, pero no había querido participar de ponerme o cambiarme el pañal. Hasta el día de ayer que accedió gustosa.

Cuando llegó a mi casa yo ya tenía un pañal puesto, pero lo había estado usando durante la tarde, por lo que estaba bastante lleno (justo como el que tengo puesto al momento de escribir estas líneas) así que antes de cenar tenía que recibir el primer cambio de pañal de la noche. Esta noche no tendríamos relaciones sexuales, pues ella actualmente tiene pareja, pero esto no le impediría cambiarle los pañales a un pequeño como lo era yo en ese momento.

Cuando notó que estaba usando pañal me preguntó si necesitaba un cambio a lo que respondí afirmativamente. Subimos a mi recamara, en donde todas las cosas estaban acomodadas en un mueble, me recosté sobre la cama y ella empezó con la faena; primero desprendió las cintas de mi pañal con algo de nerviosismo y dificultad, lo abrió dejando expuesto mi pene, el cual tenía una incipiente erección, yo no estaba realmente excitado en ese momento, pero el cuerpo reacciona por sí solo. Me quitó el pañal con delicadeza y tomó las toallitas húmedas con las que limpió bien toda la zona de enfrente y algo descuidada la zona trasera, después me colocó el pañal nuevo bajo la cintura y ajustó las cintas sobre mi abdomen, En ese momento cayó en cuenta de que le había faltado poner el talco así que volvió a desprender las cintas (que afortunadamente eran de velcro y no adhesivas) y me puso el talco, no sabía cuánto echar así que empezó poniendo muy poquito y le dije que tenía que echar mucho más.

Terminamos el cambio y bajamos a cenar, comimos hotcakes con leche, ella tomó en una taza y yo en mi vasito entrenador, pero antes de comer me puso mi babero, al principio me lo ajustó demasiado al cuello y lo tuvimos que aflojar.

Mientras yo cocinaba los hotcakes, ella me preparaba la leche, con delicadeza virtio leche en el vasito entrenador hasta la marca correspondiente de 8 onzas, la metió un minuto al microondas y después le puso un par de cucharadas de chocolate, cerró la tapadera con la boquilla de plástico suabe, y clocando un dedo en la punta, agitó repetidamente el envase hasta que el polco estuvo bien disuelto.

Terminando de comer los hotcakes me dio una papilla de mango en la boca poco a poco, incluso me hizo el avioncito un par de ocasiones, me ensucie un poco, pero ella me limpio con una servilleta, aunque fue muy lindo yo hubiera preferido que lo hiciera con el mismo babero.

Para ese momento mi pañal ya estaba mojado otra vez. Subimos a la habitación para dormir, pues ella tenía que salir muy temprano al día siguiente, aunque esta sería una reunión express yo quería aprovechar su disposición al máximo. Me volvió a cambiar el pañal, esta vez ya con un poco más de dominio en el tema. Una vez que tenía puesto un pañal limpio y me había cepillado los dientes ella me contó un cuento mientras yo estaba recostado en sus piernas con mi chupete en la boca, al terminar nos acurrucamos en la cama. Me dio un biberón con agua, pues no me gusta tomar nada dulce después de cepillarme los dientes y tampoco me gusta dormir sin cepillarme antes, así que me tomé lentamente mi biberón mientras ella lo sostenía bajo la penumbra de la habitación.

Nos quedamos dormidos. Muy temprano en la mañana ella se levantó para bañarse, yo la espere en la cama con un muy mojado pañal que había recolectado toda la pipi de la noche anterior, pues me había bebido todo un biberón antes de dormir.

Al salir de bañarse yo ya estaba despierto, le pedí el último cambio de pañal del día, lo hizo con gusto, mucho mejor que las dos ocasiones anteriores.

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