Experiencias pañaleras | Capítulo 10: De como mi vecina me atrapó en pañales

chico en pañales trapeando la casa

Nunca he tenido reparos en decir que un texto es ficción. En realidad, la mayoría de lo que escribo en este blog es ficción, salvo esta sección de “Experiencias pañaleras” en donde cuento episodios de mi vida y “Anécdotas ABDL” en donde ustedes me cuentan episodios de las suyas.

Como ya les he platicado en entradas anteriores, recientemente me he mudado a vivir solo. Desde hace casi un año todas mis cosas ABDL estaban en la casa en donde vivía antes, en otra ciudad, ahora que me he mudado a un departamento yo solo, me acabo de traer todo, una pequeña maleta llena de pañales y una mochila con mis biberones, chupones, etc.

Aquí ya había comprado un vasito entrenador, un biberón y un chupón, que usaba dentro de casa. Esta historia empieza cuando empiezo a usar esas cosas en frente de mi vecina, una vieja amiga que se había mudado a esta ciudad desde hace más de un año y que casualmente vive muy cerca de mi nueva oficina y más casualmente, el departamento de al lado del de ella estaba vacío.

Ella acepto sin mayor problema mi arrebatado gusto por los biberones y chupetes, se le hacía tierno y siempre decía que yo era un bebé. Nos veíamos todos los días, por lo menos al salir para ir al trabajo y a veces en las tardes, no somos los mejores amigos y tampoco nos interesamos como pareja, así que no hay cortejo ni nada por el estilo.

Pero una o dos veces a la semana ella viene a mi departamento y nos ponemos a jugar uno, o cualquier juego de cartas que tengamos, y es ahí cuando le enseñé el vasito entrenador y el chupón que me había comprado. Ella dijo que eran bonitos, pero tampoco es como que le diera demasiada importancia.

Ya llevaba casi tres semanas viviendo en el nuevo departamento y me urgía sacar las cosas ABDL de mi antigua casa y más porque hace no mucho estuve a punto de ser descubierto por mi hermano, aproveché un viaje que tuve que hacer a la otra ciudad y me traje todo en un par de maletas (los pañales son ligeros pero ocupan demasiado espacio).

En mi departamento acomodé todos los pañales, biberones, chupones, cremas y talco en una repisa, en la que esta mas a la mano, ósea la que queda a la altura del pecho pues, como el armario tiene puertas, a menos que estén abiertas no se ve absolutamente nada.

Con mi vecina podía usar mi chupón y vasito entrenador enfrente de ella sin mayor problema, cuando por las noches después de bañarme me empecé a poner talco en todo el cuerpo y el aroma me delataba, ella me preguntaba “¿te pusiste talco en tus pompis?”

Le conté de esto a mi amigo Dorian, y también que iba a empezar a usar pañales enfrente de ella, siempre por debajo de la ropa eso sí, y esperar a que ella se diera cuenta por sí misma, entonces él y yo hicimos un cálculo de a los cuantos días de estar usando pañales debajo del pantalón ella los notaría. Dorian dijo que unos quince días de usar pañal serian suficientes, yo no di una cifra, pero igual hubiéramos perdido ambos, pues solo pasó un día para que ella me descubriera.

Me puse un pañal para dormir, una tena pants clásicos, ojo, esos pañales no sirven para orinar mientras duermes, si lo haces obtendrás una fuga garantizada, solo me lo iba a poner para dormir, pero no para usarlo, eso también suele ser cómodo y lindo. Después de bañarme y talquearme como es debido me puse mi pañal de calzoncito y encima un pantalón de pijama que se ajusta con una agujeta a la cintura pero que me queda flojo y arriba una camiseta de Disney.

Como cualquier pantalón flojo, si me descuidaba se podía rebelar lo que había abajo, que en una situación promedio sería un bóxer, pero en esta ocasión era un calzón-pañal blanco y esponjado. El objetivo era que, por algún descuido de mi parte, o el simple hecho de estar sentado en una silla, un poco del borde del pañal sobresaliera y eso le diera a ella un indicio, así que empezaría a poner más atención cada que nos viéramos hasta que el plástico sonido de un pañal me delatara por completo y ella preguntara, claro a lo largo de días o semanas, pero no me esperaba lo que estaba a punto de suceder.

Como me acabo de mudar, y mi presupuesto inicial no era demasiado, prescindí de las cosas no esencialmente necesarias, siendo los botes de basura uno de estos elementos, así que no tenía bote de basura en mi baño en donde botar los papeles, por lo que en cuanto junte un par de fajos de papel higiénico que había estado sacando de pantalones y mochilas, se me hizo fácil botarlos a la taza del baño y tirar de la cadena, lo que provoco lo obvio, el baño se atascó.

Afortunadamente durante la tarde anterior y todo ese día, yo había estado usando pañales, por lo que el agua de la taza estaba completamente limpia, así que no había olores ni nada por el estilo que sumara más a la tragedia, como sabia que solo eran papeles de baño los que habían causado el taponamiento se me hizo fácil esperar a que la caja se llenase de nuevo y volver a tirar de la cadena, así hasta que se destapara, pero por más que lo hacía esto no funcionaba.

Llegó la noche y mi vecina y yo nos pusimos a jugar Uno en mi casa, yo estaba usando mi tena pants, pero al no poder usar el baño, pues estaba tapado, y pese a mis infructuosos intentos de seguir jalando la cadena (porque el agua si terminaba yéndose, muy despacio, pero se iba) tuve que orinar dos veces en el pañal, ahora si fue por necesidad y no por elección, podía haberle pedido usar su baño que se encuentra a un par de metros, pero yo traía pañal y pues para eso es, así que lo mojé. Obviamente, como cualquier usuario de pañal de farmacia sabe: descargas en chorritos cortos, para evitar un desbordamiento.

Seguimos jugando y yo seguía yendo de vez en cuando a jalar la cadena para destapar el baño, si no tenia bote de basura, obviamente no tenía bomba para destapar el baño y mi vecina tampoco, así que yo seguía en mi misión de desatascarlo mientras jugaba Uno.

Terminamos el juego, mi baño seguía atascado y yo con un pañal que ya necesitaba un cambio, pues otra descarga mas o menos buena y se desbordaría (recuerden el pañal de farmacia es para una descarga, máximo y arriesgándose mucho, dos). Durante la noche de juegos me levanté un par de veces a servirme agua o me agache a levantar alguna tarjeta que se cayó al suelo, pero ella no pareció darse cuenta de nada, además que era un pañal pequeño y en realidad no era nada evidente. Terminamos de jugar sin mayor incidente y se fue ella a su casa, pero cuando cerré la puerta y me dirigí a mi recamara, vi que todo el suelo estaba encharcado.

Me arremangue el pantalón hasta las rodillas, pues les digo que me quedaba flojito y un poco largo, entré al baño que estaba bastante inundado y cerré la llave del baño, la que lleva el agua de la red a la caja.

En la ultima jalada de cadena que había hecho, la válvula no había cerrado bien y el agua no dejo de salir, desde la caja hasta la taza, en un baño funcional no pasaría nada mas que un desperdicio de agua que pasaría factura en el siguiente recibo, pues el agua correría libre desde la red hasta el drenaje, sin embargo, como este estaba tapado, la taza se llenó hasta desbordarse, y como estábamos jugando, no me había dado cuenta.

Una vez cerrada la llave fui a pedirle ayuda a la vecina, yo solo tenia una jerga y ninguna cubeta, ella me prestó unas jergas, y su cubeta, y así me la pasé recogiendo y exprimiendo, como les digo, no había usado el baño todo el día anterior, así que el agua estaba limpia.

Cada que me agachaba a empapar una jerga y después exprimirla, se me levantaba la camiseta y el pañal sobresalía del pantalón, pero ella parecía no darse cuenta.

Mejor para mí, al final, aunque la intención era que lo notara, me seguía poniendo muy nervioso esto. Seguí exprimiendo jerga tras jerga, mientras ella me ayudaba a acomodarlas en las zonas mas encharcadas, una vez había terminado casi todo, ella abrió el ropero que queda justo al lado de la puerta del baño, para revisar que no hubiera entrado agua ahí dentro, ella observo únicamente el suelo, pero mis nervios me traicionaron, y la alta probabilidad de que hubiera visto la repisa repleta de pañales y biberones me obligaron a decir en tono de broma pero con mucho nerviosismo “ya deja de chismear mis pañales”.

Al parecer no se había percatado, pero al decirlo ahora fue obvio, le confesé todo, incluso que llevaba uno en ese momento, se los enseñé y le parecieron lindos, no me dijo nada más, pero ahora lo sabe todo. Eso me da un poco de ansiedad, aunque realmente es lo que yo quería, pero tal vez no demasiado pronto, aun así, le tengo mucha confianza y creo que será lindo compartir con ella este secreto.


Discover more from Tommy Sheppard

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio