Este cuento lo escribí en octubre del 2023 para una Antología de terror ABDL editada por mi amigo Dorian Logan, la cual pueden leer en Amazon o Google Libros, se las recomiendo muchísimo.
Este cuento está basado en el sketch “Prestando la misma atención” de “El show de los once”, programa de sketches de comedia familiar de la barra de programación del canal 11 en México en el año 2006.

Capítulo 2 – Sussy
Mamá y papá estaban en el sillón viendo la televisión mientras Dana jugaba, era fin de semana, pues el día anterior había sido viernes, el día de Halloween en el cual se había puesto muy triste y había deseado que sus padres la trataran igual que su hermanito.
Era eso, Dana estaba cayendo en cuenta que el deseo que pidió se había vuelto realidad, pero como era eso posible, antes había deseado muchas cosas en voz alta como tener helado de fresa para el postre o aprobar un examen realmente difícil pero nunca se habían vuelto realidad, ¿Por qué específicamente este deseo se había realizado? Siguió pensando y recordó aquella extraña casa, con aquel extraño hombre vestido de mago, y después recordó el gatito de peluche, el cual le había dicho que era mágico, seguramente ahí estaba la respuesta, había deseado con mucha fuerza que sus papás la trataran igual que su hermanito y el gatito mágico había entendido que Dana quería que la trataran igual que a un bebé, pero ella se refería a que le prestaran la misma atención que antes, no comer en una sillita alta, no poder hablar con normalidad y usar pañales.
Se dirigió a su madre para intentar explicarle lo sucedido pero las palabras no las articulaba con claridad, era como si de repente la lengua fuera muy pesaba o los labios no se abrieran con normalidad, las palabras las sentía arrastradas y se daba cuenta que aunque en su cerebro estaba diciendo algo racional, las palabras eran difíciles de interpretar, sus padres solo la veían con sonrisa y le acariciaban la cabeza, lo único que lograron rescatar de su discurso fue “gatito”, “peluche”, “grande”.
Se dio cuenta que era inútil tratar de comunicarse con sus padres, entonces vio que en el corralito había unas hojas de papel y crayones gruesos, camino hasta ellos con mucha dificultad, sentía que perdía el equilibrio a cada paso, y las piernas las sentía un poco débiles, antes de llegar al lugar en donde estaban las hojas y los crayones perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, aterrizando sobre su acolchado pañal, agradeció estar usando esa esponjosa prenda que amortiguo su caída, volvió a levantarse y llegó hasta donde estaba su objetivo. Lentamente se volvió a sentar en el suelo con cuidado y tomo una crayola, planeaba escribir una nota explicando lo que sucedió, tomó la crayola lo mejor que pudo, de nuevo tenía problemas como con la cuchara, sentía que estaba usando su mano izquierda y empezó a escribir, el crayón se le soltaba de la mano repetidas veces, además que no siempre ponía la fuerza suficiente para marcar el trazo en el papel, después de varios minutos, aún no tenía lista la primera palabra y al intentar leer se dio cuenta que no estaba haciendo más que rayones. De nuevo era inútil tratar de comunicarse.
Papá la levantó por las axilas sin que ella se lo esperara y la subió al sillón con él, empezó a mecerla en su pierna y a cantarle, otra vez el aroma de papá entraba por su nariz y la alegría y seguridad inundaban su cuerpo, reía y trataba de cantar junto con él, de nuevo sintió ganas de hacer pipí, pero exactamente igual que en la mañana, la necesidad de orinar solo se presentó unos segundos pues de nuevo sentía como la orina abandonaba su vejiga y era depositada entre sus piernas, siendo recogida por el esponjoso y blando material de su pañal, la sensación de calidez le gustaba, también el hecho de no tener que interrumpir su juego con papá para ir al baño, además que en esos momentos caminar estaba siendo verdaderamente complicado.
Papá no se dio cuenta de que el pañal de Dana estaba mojado y la volvió a sentar dentro del corralito, le acercó unos bloques de colores y Dana empezó a construir con ellos, después de apilar algunos bloques cambió su posición de estar sentada con las pompis en el suelo a estar sobre sus pies pero con las rodillas flexionadas, siguió apilando los bloques cuando de repente sintió ganas de hacer popó, esta vez pudo retenerlo por unos segundos más, pero al final sucedió lo mismo, encogió sus brazos y cerró sus puños y se concentró en seguir pujando, sintió como la popó se iba depositando en su pañal poco a poco, una vez se alivió la sensación siguió apilando los bloques, esta vez mamá si se dio cuenta de lo sucedido.
-¿Dana hizo popó? -Le preguntó mamá con un tono infantil.
Dana solo alcanzó a reírse mientras seguía apilando bloques.
Mamá la tomó por las axilas y la levantó, olfateó su trasero y se alejó de inmediato
-¡Fuchi, fuchi! ¿Esta niña necesita un cambio verdad?, ¿Papi quieres cambiarme el pañalito? -dijo mientras volteaba a ver a su esposo y le pasaba a la niña.
Papá se rió y llevo cargando a Dana hasta su habitación, la subió en el cambiador y con gran habilidad empezó a retirar el pañal sucio y a limpiar toda la zona con toallitas húmedas, tiro el pañal al bote y colocó otro de bajo de Dana, después unto crema y una generosa cantidad de Talco, finalmente sujeto con firmeza las cintas por encima de su abdomen, no sin antes hacer trompetillas en su panza, lo que hizo que a Dana se le escapara un chorrito de pipí.
Papá llevó a Dana al jardín, en donde había unos juegos de resbaladilla y columpios, también balones y otros juguetes, mamá y papá se pusieron a jugar con ella, y estaba disfrutando completamente el momento presente, casi no pensaba en su vida anterior, simplemente disfrutaba lo que estaba sucediendo en ese momento. Después de un largo rato empezó a sentirse cansada, los bostezos delataban que tenía sueño, mamá y papá también lo notaron pues la llevaron a su cuna, no sin antes hacerle un rápido cambio de pañal, Dana no se había dado cuenta, pero había hecho mucha pipí.
Su madre le puso un biberón en la boca que instintivamente Dana tomó con sus manos, tenía mucha sed, todo ese juego de verdad la había agotado. Siguió tomando la deliciosa leche que salía a pequeños chorros por la tetilla del biberón hasta caer profundamente dormida.
…
El aroma de mamá despertó a Dana, quien se encontraba muy feliz, de nuevo tardo unos segundos en volver a identificar su situación actual, después de algunos cariñitos y juegos, mamá la sacó de la cuna y la llevó nuevamente a la mesa, en donde papá estaba sirviendo la comida mientras escuchaba de fondo un partido de fútbol, mamá la sujeto en su sillita y sirvió su comida, cortada en pequeños pedacitos, también un vasito entrenador con agua, esta vez Dana ni siquiera se molestó en intentar usar los cubiertos y después de que le colocaran el babero empezó a tomar los pedacitos de comida con las manos, una vez terminó, su madre le puso un plato con frutas cortadas en pedacitos las cuales comió muy rápidamente, las frutas eran su cosa favorita en el mundo.
Papá le limpio la cara con una toallita húmedas y le quitó el babero, la sacó de la sillita y la llevó a su cuarto, mamá también subió, estaban los tres en la habitación de sus padres, Dana no sabía porque, vio que ambos adultos se estaban cambiando de ropa, mamá se estaba poniendo un elegante vestido y papá un traje, entre ellos conversaban pero a Dana le estaba costando trabajo entender todo lo que decían, parecía que hablaban en otro idioma, solo alcanzó a captar algunas frases cortas y palabras sueltas, pero por lo que entendió es que esa noche iban a ir a una elegante cena, una boda o algo por el estilo.
Su madre llamó por teléfono y en la conversación alcanzó a escuchar el nombre de Susy, se había olvidado de ella por completo, ¿Ella también había sido transformada en bebé?, no lo creía, pues ella no tenía el gatito mágico ni tampoco había deseado ser tratada como su hermanito, es más, Susy era la menor de sus hermanos que le llevaban por lo menos 5 años de diferencia, así que en realidad Susy siempre había sido la bebé de la casa, no sabía porque su madre estaba hablando con Susy, no sería posible que ellas fueran amigas ¿o sí? Dana no debería tener más de tres años de edad, aunque conservaba su cuerpo de adolescente.
Siguió escuchando un poco más y cayó en la conclusión de que Susy la haría de niñera esta noche, sabía que su amiga solía hacerla de niñera con los hijos de los vecinos, incluso cuando Dana y sus padres salían a fiestas o reuniones familiares a las que no podía asistir su hermanito, Susy lo había cuidado, le encantaban los niños y entre más pequeños mejor, pero en ese caso, ¿Su amiga la reconocería? ¿Sabría que es Dana su amiga de la secundaria? O simplemente la vería como una bebé al igual que sus padres.
Dana se estaba poniendo muy nerviosa, no quería que Susy la viera en ese estado, por un lado, aunque era su mejor amiga también era su crush, se había dado cuenta cuando salieron de la secundaria y entraron al bachillerato, de repente para Dana, Susy era una chica muy guapa, hermosa, y su alegría y personalidad siempre le había gustado, incluso su aroma, desde hacía no mucho que tenía esos sentimientos hacia su amiga, pero nunca le había dicho nada, porque no sabía cómo lo iba a tomar, era su mejor amiga y no quería que la relación se pusiera rara, una vez se habían besado en un juego de botella, para Dana fue mágico pero Susy solo se rió, nunca más hablaron de eso pero Dana creía que sus sentimientos no eran correspondidos.
Continuara.
Este cuento lo escribí en octubre del 2023 para una Antología de terror ABDL editada por mi amigo Dorian Logan, la cual pueden leer en Amazon o Google Libros, se las recomiendo muchísimo.
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