Chico en pañales saltando en un juego inflable.

Vacaciones y pañales

Chico en pañales saltando en un juego inflable.
Esta historia fue publicada en mi cuenta de Wattpad en noviembre del 2016. La versión que estas a punto de leer tiene correcciones gramaticales y de estilo para tener una lectura más fluida, también reescribí algunos diálogos y mejoré las acotaciones.
N del A.
Esta historia esta relatada desde dos puntos de vista, las cuales están separadas mediante tipografías diferentes. El autor propone dos maneras diferentes de lectura; de corrido tal cual aparece el texto o primero leyendo los párrafos de un personaje y después los del otro personaje como dos historias separadas.
N del A.

Índice


Capítulo 1

Llegaron las vacaciones de verano, y a diferencia del resto de chicos de mi edad, a mí no me causa tanta alegría. Vivo con mi madre y mi abuela. Mi madre trabaja todo el día y solo la veo antes de irme a la escuela y hasta la noche, así que realmente vivo con mi abuela. Durante las vacaciones de verano no salgo a ningún lado ya que mi madre trabaja, no hay casi ningún niño de mi edad cerca de donde vivo, ya que es una zona un poco alejada, no puedo salir al parque o a ningún sitio solo y mi abuela nunca me lleva porque dice que no se puede exponer al sol o le dará cáncer de piel. Así que mis veranos normalmente son demasiado aburridos.

Este año mi madre me dijo que para que no estuviera todo aburrido podía pasar unos días con mis primos que viven en otra ciudad, al principio me pareció una excelente idea, pero inmediatamente recordé la razón principal por la que nunca me había quedado a dormir en casa de ningún compañero de la escuela. A mis casi 11 años aún mojo la cama.

Desde siempre he tenido ese problema, así que mi madre para evitarse tener que lavar sabanas todos los días, ya que no le daría tiempo por el trabajo, hace que me ponga pañales para dormir. No son pañales como los de los bebés, son como calzoncillos, pero absorbentes, algunos tienen dibujos, pero yo prefiero usar los que son totalmente blancos para parecer lo menos infantil posible.
Después de que mi madre me propuso ir de visita con los primos lo estuve pensándolo muchísimo. Por un lado, no quería aburrirme en casa, pero por el otro me daba muchísima vergüenza que se enteraran que uso pañales para dormir, y más porque son más o menos de mi edad y que yo sepa ninguno de ellos tiene el mismo problema.

Después de meditarlo durante dos días, mi madre tomó la decisión de que si o si iba ir de visita ya que dijo que me volvería más loco de lo que ya estoy si me quedaba tanto tiempo solo en casa. Así que resignado prepare mi maleta para cinco días y cuatro largas noches. Empaqué mi ropa y algunos juguetes, pero lo más importante y hasta el fondo de mi maleta, escondí dentro de una bolsa negra cuatro pañales para las cuatro noches de estancia. Al día siguiente saldríamos muy temprano a casa de los primos ya que son ocho horas de camino en auto, así que me puse mi pañal debajo de la pijama y me fui a dormir como todos los días.


Capítulo 2

Me levante más temprano que de costumbre pues teníamos que recorrer ocho largas horas de camino hacia casa de los primos. Mi pañal amaneció muy pesado y mojado, son raros los días que amanezco seco, y es que hemos intentado de todo, desde el típico no tomar nada de líquidos dos horas antes de acostarse y vaciar la vejiga antes de dormir, hasta alarmas y medicamentos, pero nada funciona. El medico dice que es normal y que ya pasara con el tiempo, pero bueno, aquí estoy yo, con casi 12 años quitándome un pañal lleno de pipí; por lo menos me los pongo y quitó yo mismo desde hace un par de años.

Me metí a bañar como todas las mañanas, salí con mi bata puesta y un poco adormilado, mi madre estaba esperando en mi habitación. Me preguntó si había empacado todo mientras revisaba mi maleta, me preguntó cuántos pañales llevaba mientras los buscaba en el fondo de la maleta, le dije que llevaba cuatro uno para cada noche, ella metió otros dos “por si las dudas” y tomó uno más y lo dejo sobre la cama mientras cerraba de nuevo mi maleta. Me dijo que sería un viaje largo y que como siempre me dormía en los viajes y más hoy que salimos muy temprano lo mejor sería ponerme un pañal para el viaje, resignado acepte, pues por experiencia propia sabía que un viaje largo sin pañales nunca terminaba bien. Puso el pañal abierto enfrente de mí para que metiera mis piernas, hace mucho tiempo que no lo hacía pues yo me lo ponía solo todas las noches, pero como estaba bastante soñoliento la dejé. Me ayudo a ponerme el resto de mi ropa y metimos mi maleta al auto. Echó a andar el auto y yo enseguida ya estaba dormido en el asiento trasero tapado con una cobija.

Me desperté unas horas después y aun no llegábamos, mi pañal no se sentía húmedo. Me asome por la ventana y todo lo que se veía eran montes y terrenos, no había casas ni nada, era hermoso y a la vez solitario. Mi madre me preguntó si me había mojado y le dije que no muy orgulloso de mi mismo.

Minutos después me entraron ganas de hacer pipí, le pregunte a mi mamá que, si podríamos parar en una gasolinera, me respondió que acababa de detenerse en una hace media hora para cargar gasolina y entrar al baño, pero como yo estaba dormido no quiso despertarme y que la próxima gasolinera estaría hasta dentro de dos horas, casi llegando a casa de los primos. Me dijo que me aguantara o que si prefería podía hacer pipí en mi pañal, lo que pareció causarle gracia pues se le dibujo una sonrisa en el rostro, a mí no me daba tanta gracia pues iba en contra de mi dignidad de niño grande.

Traté de aguantarme lo más que pude, pero al final la naturaleza ganó la batalla y solté todo en mi pañal, ese orgullo de haber despertado seco desapareció en un instante, no recordaba haberme orinado en un pañal estando despierto, solo lo hacía cuando estaba dormido, aunque había tenido algunos escapes de orina durante el día, pero eran demasiado raros y pequeños, esta vez fue una sensación algo extraña, aunque no desagradable. No quería llegar a casa de los primos con un pañal mojado debajo del short, así que mi madre paro en la siguiente gasolinera para que me quitara el pañal y me pusiera mis calzoncillos. Una hora después de eso ya estábamos llegando a casa de los primos.

Todos me recibieron con alegría, mis primos Andrea y Saúl que son gemelos y tienen mí misma edad junto con su hermana Laura que es cuatro años mayor, también estaba Luis mi primo más pequeño de 8 años y su hermana Melissa de 17. Andrea, Saúl, Laura, Luis y yo nos fuimos a jugar mientras mi madre hablaba con mis tíos y Melissa, yo sospechaba que les comentaría acerca de mis accidentes nocturnos y sobre los pañales, espero que no sea así ya que me moriría de vergüenza si Melissa se entera.


Me levanté algo tarde, me había desvelado viendo series. Me metí a bañar. Ya por el medio día llegarían mi tía Pili y su hijo Jorge, mi madre me dijo que en cuanto llegaran bajara con ella a la sala para conversar con la tía. Me agrada, aunque en realidad la veo muy poco. Saliendo de bañar me vestí y fui a desayunar, mi hermano ya estaba jugando en el jardín con mis primos, el jardín es el mismo para ambas casas ya que están construidas juntas, la puerta trasera de mi casa da a la puerta trasera de mis tíos.

Estuve un rato en mi computadora y ordenando mi habitación, pero al poco tiempo escuché que mi tía y mi primo llegaron, en ese momento mi madre me llamó para recibirlos. Bajé a la puerta de entrada y ya estaban mis primos y mi hermano todos amontonados, saludé a mi tía, se veía bastante bien, después me encontré con mi primo que lucía casi igual que la última vez que lo vi, para tener 11 años como de 8, igual que Luis. Todos estaban muy contentos saludándose y abrazándose. Mis primos y mi hermano se fueron a jugar con Jorge al jardín. Mi madre puso café y galletas en la sala, las cuatro nos sentamos en el sillón a conversar, hasta hace un par de años yo estaría allá afuera con mis primos jugando, pero ahora soy una chica mayor, con más privilegios y responsabilidades.

Mi madre y mi tía son primas y mi otra tía que vive enfrente es cuñada de mi madre, estuvieron hablando por un muy buen rato yo solo escuchaba y me reía con ellas cuando recordaban anécdotas de la juventud. Al final salió el tema de Jorge y porque había venido a pasar unos días con nosotros.
Mi tía nos comentó que en donde vive no tiene amigos cerca y que como ella trabaja todo el día no puede sacarlo a jugar como le gustaría, así que accedió a pasar unos días con nosotros, él al principio estaba renuente porque nunca se había quedado a dormir fuera de su casa, la razón es que desde pequeño no ha dejado de mojar la cama por las noches y por esa razón se pone pañales para dormir, en ese momento me dio risa pues nunca había pensado que un niño de casi 11 años aun usara pañales como un bebé, que yo recuerde ninguno de mis primos o mi hermano tuvieron ese problema, pero no me reí porque mi madre y mis tías tenían cara de seriedad. Mi madre le preguntó si era algo grave o si ya habían ido al médico, mi tía nos dijo que el medico les explico que era algo normal, que le faltaba un poco a su vejiga madurar y que esto se quitaría en la pubertad que ya estaba muy cerca.

Nos encargó mucho que vigiláramos que se pusiera su pañal en la noche, que el ya traía algunos en su maleta para las cuatro noches, que él quería mantenerlo en secreto de sus primos y que así lo mantuviéramos. Mi madre le dijo que no se preocupara que ella y yo estaríamos apoyándolo en todo.
Después de eso seguimos hablando de cosas, me tocó a mí ser interrogada acerca de la escuela, mis amigas y los chicos, con mi madre no hablo mucho de esas cosas, pero en ese momento éramos como cuatro amigas conversando. Empezó a hacerse tarde y mi tía ya debía irse pues vivía en otra ciudad y se hacía varias horas de camino. Fue a buscar a Jorge al jardín para despedirse mientras mi madre llamaba a mis primos.

Capítulo 3

Después de un par de horas que mi madre, mis tías y Melissa estuvieron hablando en la casa, mi madre salió para despedirnos, ya que estaba atardeciendo y ella tenía que ir al siguiente día a trabajar. Nos despedimos y me dijo que no me preocupara de nada que mis tías me apoyarían en todo y que mis primos no se enterarían de nada. Me sentí más tranquilo por eso, aunque no me quedo muy claro si Melissa también sabía acerca de mis accidentes nocturnos. Mi madre se fue y mis primos y yo seguimos jugando hasta la hora de la comida.

Mi tía nos llamó a comer, no recuerdo haberme sentido tan feliz en mucho tiempo. Normalmente en mi casa no tengo a nadie con quien jugar, mis amigos de la escuela viven lejos y casi nunca los veo después de clases, tampoco tengo a ningún vecino de mi edad con quien jugar, por eso siempre me la paso jugando solo en mi casa, pero esta vez tenía cuatro primos con quienes jugar, todos eran bastante divertidos y nos llevábamos muy bien. Después de comer seguimos jugando, no recuerdo haber estado tan cansado de tanto jugar en toda mi vida, era genial, me quería quedar a vivir ahí con ellos.

Cuando empezó a anochecer mi tía Lía llamo a Andrea, Saúl y Laura para bañarse e ir a dormir, nos despedimos y quedamos el día siguiente para jugar. Luis y yo seguimos jugando un rato, me di cuenta que, aunque los gemelos Saúl y Andrea eran de mí misma edad ellos eran un poco más altos que yo y Luis que tenía 8 años era casi de mi estatura. Un rato después la mamá de Luis nos llamó para meternos, en ese momento recordé lo de los pañales.
Mi tía me dijo que Luis me llevaría a la habitación de huéspedes que sería mía durante los siguientes días y que mi maleta ya estaba ahí. Tenía la esperanza de que nadie hubiese abierto mi maleta y visto los pañales, aunque en realidad todos mis primos estuvieron jugando en el jardín conmigo así que di esa opción por descartada, mis tías ya sabían lo de los pañales así que de la única persona que tenía duda era de Melissa mi prima mayor que estuvo todo el día en la casa salvo algunos ratos que salió al jardín para mirar como jugábamos.

Ella era más grande que nosotros, y aunque cuando éramos más pequeños solíamos jugar todos juntos ella era casi mayor de edad y no le gustaba tanto jugar, aunque era una muy buena persona, simpática y muy cariñosa.

Luis y yo subimos a mi habitación que quedaba junto a la de Melissa, la de él estaba en la parte de abajó junto a la de sus padres. Mi maleta estaba en la cama. En ese momento entro mi tía y mando a Luis a bañarse, me dijo a mí que podía bañarme en el baño de Melissa que era el único en la planta alta ya que el otro solo era el baño y no tenía regadera, me dijo también que después de bañarme bajara para cenar y que si necesitaba cualquier cosa podía pedírsela a Melissa, le dije que todo estaba en orden y que bajaría después de bañarme.

En cuanto mi tía salió saque mi pijama, revise y los pañales seguían ahí, todo en orden, tome mi pijama y me dirigí al cuarto de Melissa, toque la puerta y me abrió en seguida, ni siquiera me pregunto quién era, supongo que había oído todo desde su cuarto. Me saludo mu cariñosamente y me dijo que me podía meter a bañar. Me mostro cual era la llave caliente y la fría y que podía usar el champú y el jabón que ella usa, le di las gracias y entre al baño.


Después de que la tía Pili se fue, ayudé a mi madre y a mi tía Sara a recoger, mi madre me dijo que Jorge se dormiría en la habitación de huéspedes que está en la planta alta justo al lado de mi recamara, que ahí podía el tener más privacidad para su asunto de los pañales, me pidió que fuera discreta y lo apoyara peo sin incomodarlo, me dijo que yo estaría a cargo de que él se sintiera cómodo durante su estancia.

Subí a mi habitación y mi madre me dijo que subiera la maleta de Jorge a su habitación, la subí por las escaleras hasta el último piso que es donde está mi cuarto, la habitación de huéspedes y una pequeña bodega en la que mi madre pone cosas que ya no usamos.

Dejé la maleta sobre su cama, iba a salir ya de la habitación, pero me entro una enorme curiosidad acerca de sus pañales, pues no sabía si eran como los pañales de los bebés o pañales para adultos, él era aún pequeño, incluso para su edad, así que pensé que los pañales de bebés más grandes aun le quedarían ya que seguramente los que son para adultos le iban demasiado grandes. No pude más con la curiosidad y abrí su maleta. Lo único que había era ropa doblada y algunos juguetes, decidí meter las manos hasta el fondo y sentí una bolsa de plástico que se notaba que tenía algo adentro. Moví con cuidado la ropa que había encima y saqué la bolsa, la abrí con cuidado. Adentro había varios pañales blancos, completamente lisos, a diferencia de los que usan los bebés que vienen todos decorados con dibujos muy lindos, me decepcione un poco por eso. Abrí uno y me di cuenta de que no eran como un pañal que tiene cintas y se abre, este era más como un calzoncillo, que se pone como ropa interior normal con la diferencia que mucho más grueso, como un pañal.

Metí todo como estaba en la maleta sin dejar rastro alguno. Cerré la puerta y me fui un rato al jardín a ver como jugaban mis primos y mi hermano. Estaban bastante divertidos, recordé cuando yo jugaba con ellos hace un par de años, me di cuenta también que Jorge era un poco más pequeño que mis primos Saúl y Andy que tienen su misma edad y que era casi de la estatura de mi hermano Luis.

Después de un rato me fui a mi habitación y estuve ordenando y escuchando música, después me puse a leer hasta que mi padre llegó. Lo fui a saludar y me puse a ver un rato con él la televisión, después él y mi madre se fueron a su habitación y me puse a preparar la cena. Terminé de preparar la cena y mi madre llamo a Luis y a Jorge para que se bañaran y después cenar, yo me subí a mi cuarto, para terminar de ver el capítulo de mi serie en el que me quedé.

Escuche como mi madre, Luis y Jorge estaban en el cuarto de al lado, supuse que Jorge se bañaría en mi baño pues era el único que servía en este piso. Unos minutos después tocaron la puerta, supuse que era Jorge que iba a bañarse, abrí y lo salude, le enseñe cual era la llave fría y la caliente, amablemente me dio las gracias y con su pijama e la mano cerró la puerta del baño.

Noté que no había metido ninguna toalla para secarse, así que fui a mi armario por una de mis toallas para dársela, no había ninguna limpia más que la que yo iba a usar para bañarme esa noche, así que fui a la bodega por una toalla. Encontré varias toallas blancas, iba a tomar una, pero vi una de las que usaba mi hermano cuando era más pequeño, con dibujos de infantiles y un pequeño gorro para secar el cabello, tome ese y regrese a mi habitación para dársela a Jorge.

Capítulo 4

Abrí la llave de la regadera y me comencé a desvestir, note que no había llevado toalla, así que pensé en volverme a ponerme la ropa para pedirle una toalla a Melissa, en eso oigo como se abre la puerta del baño y entra Melissa, rápidamente trate de taparme con la ropa que estaba sobre el mueble, Melissa se dio cuenta y rápidamente volteo la cara y se tapó con la mano, se disculpó y me dijo que como oyó la regadera corriendo supuso que ya estaba adentro y que solo me había traído una toalla, sin taparse el rostro dejo la toalla sobre el mueble, se volvió a disculpar entre risas y cerró la puerta.

Estaba realmente apenado de que me viera, pero ella también lucia bastante avergonzada, creo que no alcanzo a verme nada pues me tape rápidamente y ella se volteó inmediatamente. Tomé la toalla para colgarla y me di cuenta de que tenía un dibujo enorme de winnie pooh y además un gorro para la cabeza, como las que usan para secar a los niños pequeños, supuse que era de Luis ya que aún es pequeño y seguramente sigue usando ese tipo de toallas. Ahora si me metí a la ducha, era una de esas tinas con regadera, pero solamente use la regadera ya que no sé cómo usar la tina y además es mucho más tardado. Termine rápido y me sequé con la toalla y me puse la pijama, me di cuenta de que no había metido calzoncillos tampoco ya que en casa regularmente después de bañarme me pongo el pañal y la pijama, pero esta vez me lo pondría justo antes de dormir para que nadie me descubriera así que me coloque la pijama sin ropa interior.

Salí del baño y Melissa estaba en su cama leyendo un libro, me pidió disculpas por lo sucedido y me juro que no había visto nada, le dije que no importaba, me dijo que si quería le diera la toalla y ella la pondría a secar, y que me bajara a cenar que ella bajaba en seguida. Bajé al comedor y mi tía y mi tío estaban poniendo la mesa, saludé a mi tío y me dijo que Luis estaba terminando de bañarse que si quería podía esperarlo en su cuarto. Me dirigí a su habitación y el seguía en la ducha, en lo que lo esperaba vi todas sus cosas, su habitación era prácticamente igual a la mía (la de mi casa, no la de huéspedes), teníamos casi el mismo tipo de juguetes y de ropa, la única diferencia era que no había un cajón lleno de pañales en su armario.

Salió del baño con su pijama a rayas azul marino y una toalla en los hombros, era una toalla color verde oscuro común, no era como la que me había dado Melissa, entonces Luis ya no usaba una de esas y seguramente era de cuando era más pequeño, me dio un poco de vergüenza, pero agradecí que nadie más que Melissa sabía que la había utilizado. Salimos a cenar y ya había bajado Melissa, mi tío y mi tía me preguntaron un montón de cosas mientras cenábamos, de la escuela, de mis amigos, de las tareas, etc., afortunadamente nunca tocaron el tema de los pañales ni nada por el estilo. Después de cenar Luis y yo vimos un poco de televisión y un rato después mi tía nos mandó a la cama, me dijo que si necesitaba ayuda con algo le podía decir a Melissa. Le di las buenas noches y me subí a mi habitación.

Llegué a mi habitación y saque uno de los pañales, puse seguro a la puerta para que no ocurriera otro incidente como el del baño de hace unos momentos. Me quite el pantalón y me metí el pañal, después me volví a colocar el pantalón quite el seguro de la puerta y me metí a la cama. Instantes después tocaron la puerta de la habitación y supuse que era mi tía para darme las buenas noches o algo, le dije que pasara, pero era Melissa la que había entrado. Me dijo que ya se iba a dormir y que si en la noche necesitaba algo podía ir a su habitación, le di las gracias y ella salió, casi a punto de cerrar la puerta se volteó y me dijo que si necesitaba ayuda con lo de los pañales podía avisarle. No me dio tiempo de contestar nada, simplemente cerró la puerta y salió. Yo estaba rojo de la vergüenza, Melissa sabía que uso pañales para dormir porque mojo la cama, seguramente mi madre le había comentado. Por un lado, estaba completamente avergonzado, pero por otra sabía que podía confiar en ella, pues era una buena persona, además que tener un aliado en la casa me facilitaría mucho las cosas. Me dormí en seguida pensando en todo esto.


Desde la puerta se escuchaba la regadera, así que supuse que ya estaría dentro de la ducha y como el vidrio es opaco no habría ningún problema. Abrí la puerta y encontré a Jorge completamente desnudo, el rápidamente se tapó sus partecitas con la primera ropa que encontró, yo unos segundos después me volteé y me tape la cara, me dio pena verlo así, así que rápidamente le deje la toalla sobre el mueble y cerré la puerta.

Después de un rato de Jorge salió de la ducha, me disculpe de nuevo con él y le dije que me podía dejar su toalla y que yo la pondría a secar, el muy amablemente me la dio y le dije que bajara a cenar. Ya en la cena mis padres empezaron a conversar con él casi como un interrogatorio acerca de las cosas que le gustaban, de su escuela, sus amigos y un montón de cosas más, el amablemente les contesto todo, después de cenar Luis y Jorge fueron a ver televisión.

Mi madre me aparto y me dijo que tenía que decirle a Jorge que si necesitaba ayuda con lo de los pañales yo lo podía ayudar, me dijo que seguramente se sentiría más confiado conmigo que con ella. Le dije que estaba bien, la verdad es que me encantaba la idea ya que se me hacía muy lindo que un niño de su edad aun tuviera que usar pañales como bebé, aunque solo fuera para dormir.

Luis y Jorge se fueron a la cama, yo lo hice casi inmediatamente, después de un rato que Jorge cerró la puerta, escuché como le ponía seguro, seguramente era para ponerse su pañal y no quería incidentes como el del baño, después de unos momentos quitó el seguro y supuse que ya había terminado, salí de mi habitación para dar las buenas noches y decirle lo que me había mandado mi madre, me daba un poco de vergüenza.

Toqué la puerta y me dijo que pasara, le di las buenas noches y le dije que si necesitaba algo durante la noche podía ir a mi habitación. Saliendo apague la luz y antes de cerrar la puerta le dije que si necesitaba ayuda con los pañales podía decírmelo, no le di tiempo a una respuesta, cerré la puerta y me fui a mi habitación. Pensé en eso, y que en lo que podría ayudarlo solamente sería a tirar a la basura los pañales sucios ya que el perfectamente se los sabía quitar y poner ya que eran como calzoncillos y no de cintas.

Capítulo 5

A la mañana siguiente desperté con Luis encima de mí, yo aún estaba adormilado cuando el empezó a saltar encima de mi cama diciéndome que despertara. Lo saludé y me puse muy nervioso pues mi pañal estaba bastante mojado y grueso así que se notaría demasiado debajo de la pijama, por eso no me quite las cobijas de encima para nada. Me dijo que bajara a ver televisión con él ya que después de desayunar íbamos a ir a la fiesta de un vecino amigo suyo que cumplía años y nos había invitado a todos. No sabía que pretexto inventar para que se saliera y poder quitarme el pañal. Por suerte Melissa en ese momento entro a mi recamara y le dijo a Luis que me dejara en paz, lo mando a lavarse los dientes y a vestirse y le dijo que yo bajaría en un momento.

Luis le hizo caso sin replicar y me dijo que me esperaba abajó. Aliviado le di las gracias a Melissa. Se sentó junto a mí y me pregunto qué tal había dormido, le dije que muy bien, me pregunto después si quería que me ayudara a quitarme el pañal, le dije que yo podía hacerlo solo, ella se levantó y me dijo que me dejaría solo para que me vistiese y que le diera el pañal mojado para que ella lo tirara afuera para que nadie lo viera. Salió de la habitación y proseguí a cambiarme, de verdad era muy bueno que Melissa me ayudara con esto ya que no se me había ocurrido ni como deshacerme de los pañales sin que nadie me viera.

Me quite el pantalón de pijama y me quite el pañal que estaba bastante pesado, yo normalmente me ducho en las mañanas para limpiarme todos los restos de pipí, pero esta vez me había bañado en la noche, tal vez le diría a Melissa que me bañaría hasta al siguiente día en la mañana para seguir con la rutina de limpieza. Fui a su habitación con el pañal mojado en la mano, ella también ya estaba vestida, me dijo que dejara el pañal en su bote de basura y que ella lo sacaría.

Bajé a desayunar junto con Melissa, después me puse a ver televisión con Luis, llegaron Andrea y Saúl y se quedaron con nosotros un rato hasta que dio la hora de irnos a la fiesta. Mi tía Lía ya había llegado así que nos fuimos con ella y con Melissa, la fiesta era solamente dos calles abajó por lo que llegamos rápidamente caminando.
Había varios brincolines y un montón de cosas más. Hace tiempo que no iba a una fiesta así. Nos la pasamos jugando varias horas, comimos y tomamos mucho refresco. Estábamos en el trampolín cuando me entraron ganas de orinar. Normalmente no me gusta ir al baño en lugares que no conozco, además que no sabía en donde estaba el baño y me daba pena preguntar, creí que podía aguantar hasta irnos a la casa así que seguí jugando con todos.

Después de un rato las ganas se hicieron más intensas y no podía más, fui a buscar el baño, pero era demasiado tarde, sentí un chorro caliente correr por mi pantalón, mire hacia abajó y todo mi pantalón estaba mojado por la parte de enfrente, afortunadamente nadie me había visto, así que fui con mi tía y le dije que me había tirado el refresco encima y que si podía ir a la casa a cambiarme. Mi tía le dijo a Melissa que ella me llevara a la casa para cambiarme el pantalón. Mis primos me vieron y me preguntaron que había sucedido, les conté la misma historia de que me había tirado el refresco encima, se o creyeron y me dijeron que fuera a cambiarme a la casa y que regresara a seguir jugando.

Melissa no me dijo nada durante el camino, pero estaba seguro de que ella no se había creído la mentira del refresco y sospechaba que me había meado encima, además que el aroma seguro que me delataba, hace mucho tiempo que no me pasaba nada parecido y es que la verdad nunca me había aguantado tanto las ganas de orinar.
Llegamos a la casa y subimos a mi habitación, me dijo que me quitara la ropa y que ella volvería enseguida. Salió y dejo la puerta abierta. Me quite los zapatos y el pantalón, note que también me había mojado un poco los calcetines, me los quite también y fui a sacar otro pantalón y calzoncillo de la maleta, en eso llego Melissa con algunas cosas en la mano y me dijo que me sentara en la alfombra porque podía mojar las sábanas si me sentaba en la cama. Puso una almohada en la alfombra y me dijo que me recostara que ella me cambiaría, iba a decirle que yo podía solo, pero en eso me levantó las piernas y empezó a sacarme el calzoncillo, yo no sabía que estaba pasando así que me recosté en la almohada como me dijo. Después vi que las cosas que había traído era un paquete de toallitas húmedas y un bote de talco para bebés.

Me termino de quitar el calzoncillo y lo puso a un lado, yo estaba muy avergonzado así que no alcance a decir o hacer nada, después saco una toallita del paquete y comenzó a limpiarme entre las piernas, tomó otras más para limpiarme mis nalguitas y mi cosita que estaban mojadas por la pipí, después de quedar satisfecha tomó el bote de talco y me empezó a rociar por toda el área, la verdad es que me sentía mucho más fresco, aunque aún tan avergonzado que no pude decir o hacer nada.
Me dijo que me parara y ella fue a mi maleta, buscó la bolsa en donde estaba los pañales, como si ya supiera en donde estaban, tomó uno y lo abrió. Yo ya me había puesto de pie y le dije que esos eran solo para dormir, era lo primero que atinaba a decir desde que llegamos a la habitación, me respondió que eran para que no mojara la ropa, y que si la mojaba de día los tendría que usar de día también, le respondí que solo tenía los exactos para las cuatro noches, ella me dijo que no me preocupara que ella se encargaría de eso, y que nadie se iba a dar cuenta, muy a mi pesar accedí, además que ella estaba siendo muy dulce y amable conmigo, se agacho y puso el pañal abierto enfrente de mis pies, yo metí uno por uno mis pies en el calzoncillo-pañal y ella me lo subió con cuidado. Una vez que lo tenía hasta arriba me dio unas palmaditas en las pompis. Me ayudo a ponerme el pantalón, le costó un poco abrochármelo por lo abultado del pañal, pero al final lo consiguió. Me colocó el resto de mi ropa y nos fuimos otra vez a la fiesta, yo sentía que se me notaba muchísimo el pañal, pero ella me aseguraba que no. Llegamos a la fiesta y seguí jugando tanto que hasta se me había olvidado de que traía el pañal puesto. Me volvieron a dar ganas de hacer pipí, pero como ya nos íbamos decidí esperar. En el camino de regreso me volvió a ganar, pero esta vez traía pañal así que nadie notó nada.


Al día siguiente desperté como de costumbre a las 7:00 am. Mi madre me había dicho que hoy iríamos a una fiesta de cumpleaños de unos vecinos que viven cerca de la casa y que son amigos de Luis. Me cepillé los dientes y me vestí. Mientras terminaba de vestirme escuche como Luis estaba en el cuarto de a un lado despertando a Jorge. Recordé que Jorge estaba usando pañales y que tal vez Luis podría descubrirlo si le quitaba las cobijas de encima o se metía a la cama con él, podía notar el olor o lo abultado del pañal.

Rápidamente salí de mi habitación y entré a la de Jorge, ahí me encontré a los dos charlando, Jorge estaba debajo de las cobijas y Luis sobre de él, claramente Jorge se notaba nervioso. Le dije a mi hermano que fuera abajo y que esperara allá a Jorge porque él tenía que cambiarse de ropa. Luis salió sin replicar, Jorge me dio las gracias, le dije que se cambiara y se quitara el pañal mojado, que yo lo podía tirar a la basura sin que nadie lo notara.

Deje a Jorge en su habitación y me fui a terminar de arreglar, un momento después entro Jorge a la habitación y con el pañal mojado hecho bolita en la mano, le dije que podía dejarlo en el bote de basura y que al rato yo lo sacaría. Después fuimos a desayunar y llego la hora de ir a la dichosa fiesta de cumpleaños.

Llegamos a la fiesta y había muchos niños y juegos, yo me la pase todo el tiempo viéndolos jugar y solucionando pequeñas disputas. Un par de horas después vi que Jorge estaba algo raro y me di cuenta de que tenía todo el pantalón mojado, primero creí que se pudo haber tirado refresco, pero después caí en cuenta que se había hecho pipí encima.

Jorge fue con mi madre a decirle que, si podía ir a casa a cambiarse ya que se había tirado refresco encima, mi madre me mando a que lo acompañara, en el camino no dijimos ninguna palabra, pero por el olor confirme que se había meado encima. Me pareció algo tierno que un niño de su edad aun tuviera esos accidentes de día, pensé que seguramente eran por la misma razón que los tiene de noche, así que pensé que sería buena idea que usara pañales de día también para que no volvieran a ocurrir esos accidentes, aunque esto no se lo dije.

Llegamos a casa y subimos directamente a la habitación, le dije que se quitara la ropa, salí a la bodega por un paquete de toallitas y talco para bebés que había allí, regrese y él se estaba quitando apenas los pantalones, le dije que se recostara en la alfombra y que yo lo ayudaría a cambiarse.
Le quite el pantalón y vi que su calzoncillo estaba empapado, con cuidado se lo quite y también los calcetines que se habían mojado también. Tomé las toallitas y comencé a limpiar sus nalguitas y toda la zona de la entrepierna, le limpié también la parte de enfrente y su cosita. Él no decía nada solo se dejaba limpiar. Después tome el talco y lo rocié por toda su zona para que estuviera más fresco y seco.

Le dije que se pusiera de pie y yo fui a su maleta a sacar uno de sus pañales para ponérselo, al verme sacar el pañal me dijo que esos solo eran para dormir y que no tenía que usarlos de día, lo convencí de que si se iba a mojar también de día entonces debía usarlos, me dijo que traía los exactos para las noches, pero le dije que no se preocupara por eso que yo me encargaría. Accedió a ponerse el pañal, lo abrí frente a él y metió uno por uno los pies, después se lo subí con cuidado hasta la cintura, se veía muy tierno y olía como un bebé por el talco, creo que le puse demasiado.

Después le puse el resto de su ropa, me costó un poco ponerle el pantalón por lo abultado del pañal, pero lo conseguí sin mayor problema. Salimos de la casa y lo dejé en la fiesta, yo me fui a la farmacia que estaba a un par de cuadras de ahí.

Entre a la farmacia dispuesta a comprarle pañales a Jorge, quería comprar unos con cintas como los de bebés para que fuera más fácil ponérselos y cambiarlo, ya que planeaba tenerlo en pañales el resto del tiempo que se quedara aquí, le pregunte a la chica que atiende cuales eran los pañales para bebés más grandes que tenían, me mostro unos talla 7 y vi que eran muy grandes, así que los compre, también compre más toallitas y talco para bebés, vi un biberón y un chupón súper tiernos que no me pude resistir a comprarlos también. Regresé a casa con mis compras y después volví a la fiesta, aunque solo estuve unos minutos y todos nos regresamos a casa.

Capítulo 6

Llegamos a casa y la tía nos mandó directo a bañarnos y a dormir, me despedí de mis primos y me subí a mi habitación, tenía el pañal algo mojado y me costaba un poco caminar, pero logre disimularlo muy bien pues nadie sospecho nada ni me pregunto nada. Subí a mi habitación y tome mi pijama para bañarme, fui al cuarto de Melissa para decirle que me diera una toalla, ella me dijo que ya había puesto la bañera y que ella me bañaría. No estaba de acuerdo con esa idea pues yo sabía bañarme solo y estaba demasiado grande para eso, además me avergonzaba un poco que me viera desnudo otra vez, ella insistió en que, si me iba a mojar como un bebé y usar pañales, entonces no podía bañarme solo y que ella me iba a tratar como un bebé, que me iba a mimar y se encargaría de que nadie se diera cuenta de los pañales ni del accidente.

No me gustaba la idea de ser tratado como un bebé, pero me gustaba aún menos la idea de que mis primos se enteraran de que mojo la cama y peor aún de que me moje en la fiesta, así que preferí que Melissa fuera la única que supiera de mi secreto y que además me ayudara a ocultarlo, aunque eso significara tener que ser su bebé por unos días. Me dijo que me sentara en su cama y que ella me quitaría la ropa para bañarme. Me senté y ella empezó a quitarme la playera con mucha dulzura, después los zapatos y los calcetines, me quitó el pantalón y me dejo solo en pañal. Se dio cuenta que el pañal estaba mojado y se le salió una sonrisa.

-Veo que el bebé tuvo otro accidente durante el día, que bueno que esta vez traía pañal ¿Verdad?
No conteste nada, pero me sonroje.

Me llevó de la mano a la bañera, ahí me bajó el pañal y me lo quitó, entre a la bañera, el agua estaba calientita y llena de burbujas, estaba bastante relajado, desde que era pequeño que no me bañaba en una tina con burbujas. Primero me puso champú y me lavo el cabello, después me lavo todo el cuerpo y me enjuago, me saco de la bañera y me envolvió con la toalla de Mickey, yo estaba un poco avergonzado, pero de verdad que estaba disfrutando de esos mimos.
Me acostó en su cama en lo que me secaba con la toalla todo el cuerpo, me levantó las piernas y me seco bien mis nalguitas y mi cosita, después abrió un cajón de su armario y saco un bote de talco y una bolsa de pañales para bebés. No podía creer que hubiera comprado pañales para bebé, pensé que me pondría uno de los míos que son como calzoncillos y sin dibujos, me puso talco por toda la zona y después abrió la bolsa de pañales y saco uno, lo abrió y lo extendió debajo de mis pompis, luego me bajó las piernas y lo cerro en mi panza, puso las cintas bien apretadas y me dio palmaditas en mi panza, me sorprendí de lo bien que me quedaban, eran incluso un poco más grandes de los que yo usaba.

Guardó el talco y los pañales y terminó de ponerme mi pijama. Yo estaba muy cómodo con ese pañal, pero me daba verguiza que fuera de cintas y para bebés, me llevo a mi habitación de la mano y me arropo en la cama, me dio un beso en la frente y me dio las buenas noches, salió de la habitación y apago la luz. Yo estaba muy relajado y a la vez avergonzado, estaba usando pañales de bebé, en realidad no había mucha diferencia de los que usaba normalmente, eran pañales, al fin y al cabo, pero esta vez estaba siendo tratado como un bebé de verdad, tenía mucho sueño así que me dormí en seguida.


De regreso a la casa mi madre me pregunto qué había pasado con Jorge, que si se había tirado refresco o si había tenido un accidente. Le conté todo lo que paso y me dijo que no creía que el accediera a usar pañales durante el día, pero que si era por su comodidad sería la mejor opción.

Llegamos a casa y yo subí directo a mi habitación, puse a llenar la bañera con agua tibia para bañar a Jorge, decidí que lo trataría como a mi bebé, eso me daba mucha ternura. Después de un rato subió y entro a mi habitación para que le diera una toalla para bañarse, le dije que yo lo bañaría, el replico diciendo que era muy grande para eso, pero le hice ver que si usaba pañales como un bebé entonces lo trataría como tal, a cambio de proteger su secreto y encargarme de que nadie se diera cuenta de que mojaba la cama por las noches y que en la fiesta había tenido un accidente.

El accedió un poco renuente. Lo desvestí para meterlo a la bañera, me di cuenta de que había mojado un poco su pañal, entonces estaba más segura de que si lo necesitaría durante el día, pues era la segunda vez que se lo hacía encima, aunque esta vez traía el pañal puesto y nadie se dio cuenta, así que no paso vergüenza.
Lo metí a la bañera y le lave su cabello, después su cuerpo y lo enjuague, lo saque envuelto en la toalla y lo acosté en la cama, lo sequé muy bien y le levante sus piernitas para ponerle el talco y su pañal.

Saque el talco y la bolsa de pañales, después de ponerle el talco abrí la bolsa y saque un pañal, hace mucho que no ponía uno, pero no es muy difícil, lo abrí y lo extendí debajo de sus pompitas, después le baje las piernas y lo subí hasta su pancita, cerré las cintas y las apreté bien para que so se escurriera nada durante la noche.
Le termine de poner su pijama y luego lo lleve a su habitación, él se veía muy tranquilo y feliz, creo que después de todo si le estaba gustando ser mimado como un bebé.

Lo metí a la cama y le di un beso de buenas noches, solo le faltaba un chupete en la boca, pero no quise presionarlo. Me fui a mi recamara, me di un baño y me dormí.

Capítulo 7

A la mañana siguiente Melissa entro a mi habitación y me despertó acariciándome la cabeza con dulzura, me dijo que me cambiaría el pañal antes de que subiera Luis. Puso el seguro en la puerta y me quitó las cobijas de encima. Palpó la parte delantera de mi pañal que estaba completamente llena, después me puso boca abajó y me olio las pompis, dijo que era para asegurarse de que no me hubiera hecho popó durante la noche, me pareció exagerado pues nunca me había hecho popó en el pañal. Me quitó el pantalón del pijama y me dejo solo con el abultado pañal con dibujos infantiles.

Me quitó las cintas y después bajó la parte de enfrente, me levantó las piernas y saco el pañal, después lo hizo bolita y lo puso a un lado. No me había dado cuenta de que en la mesita de noche había un bote de talco y un pañal nuevo, seguramente lo puso cuando llegó y yo aún estaba dormido. Le dije que no tenía que usar pañal durante el día, pero ella insistió en que si ayer había tenido un accidente hoy podría volver a ocurrir, además que iríamos al parque de diversiones y si en el camino de ida o de regreso me dormía en el auto lo más probable era que me mojara y todos se enterarían. Me pareció un buen argumento, además que hace mucho tiempo que no iba a un parque de diversiones y me emocionó mucho la idea, nunca me había subido a ningún juego fuerte pues a mi madre no le gustaban. Melissa me puso el pañal como la noche anterior y me dijo que le sacara la ropa que quería ponerme ese día para que ella me la pusiera, saqué mi ropa y la puse sobre la cama, ella me vistió y me puso los zapatos, en ese momento escuche como venía subiendo Luis por las escaleras, así que le dije que se llevara el talco y el pañal sucio. Ella sacó todo y se fue a su habitación antes de que Luis llegara.

Luis aún tenía el pijama puesto, me dijo que bajara a desayunar porque íbamos a ir al parque de diversiones, me preguntó porque estaba vestido ya y le dije que me había levantado temprano. Bajé con él y la mesa ya estaba puesta, desayunamos y en menos de una hora ya estábamos todos en el auto. Melissa fue la última en subir al auto, yo estaba nervioso pues traía un pañal puesto y si tenía que ir al baño en el parque de diversiones no me lo podría bajar como mis calzoncillos, tendría que quitármelos y volverlos a poner y la verdad no estaba seguro de cómo hacerlo.

Llegamos al parque de diversiones y todas mis preocupaciones se desvanecieron. Había un montón de atracciones geniales y juegos de todo tipo. Me fui con mis primos a todos los que pudimos, Melissa se subió a la mayoría con nosotros. Llegó el momento que temía, me entraron ganas de hacer pipí, estábamos formados en la fila de un juego genial, no quería ir solo al baño, pero tampoco quería que Luis o alguno de mis primos me acompañara ya que podrían descubrir que traigo pañal, tampoco quería salir de la fila porque difícilmente nos volverían a dejar pasar ya que era enorme, decidí entonces esperar hasta que saliéramos del juego, además que el baño estaba muy cerca, desde donde estaba lo podía ver.

Pasaron los minutos y por fin nos tocó el turno de entrar al juego, era increíblemente fuerte, la montaña rusa más grande que había visto. Nos subimos a un carro cada quien, y nos ajustaron fuertemente los cinturones, la chica que ajusto el mío paso el cinturón entre mis piernas y lo abrocho, creo que sintió el acolchado de mi pañal, pues se le escapo una sonrisa en cuanto lo estaba abrochando, tal vez fue solo mi imaginación, pero estoy casi seguro de que lo notó.

El carro de la montaña rusa comenzó a subir y todo era emoción, al momento del descenso todos empezamos a gritar de la emoción y después de unos segundos que parecieron minutos, el carro se había parado en el mismo lugar de donde salió. Me desabroché el cinturón para salir del carro y pude notar que mi pañal estaba pesado y muy abultado, me había orinado en el trayecto y de la emoción ni siquiera lo había notado.

Al salir, Melissa me aparto un poco de los demás para revisarme el pañal, me pregunto que si tenía ganas de hacer pipí y le respondí que me había hecho durante el juego, ella sonrió y me dio un beso en la mejilla, y me dijo que no me preocupara que ella había llevado pañales limpios para cambiarme. Me dijo que me llevaría al baño para quitarme le pañal mojado y ponerme uno seco.

Entramos al baño de mujeres y Melissa reviso que no hubiera nadie, cerró la puerta para que nadie entrara. Había un cambiador grande al fondo del baño, me quitó los shorts y me olio el trasero como revisando que no me hubiera hecho popó, obviamente no lo había hecho. Me subió al cambiador y me alzó las piernas, quitó primero las cintas del pañal y luego lo bajó descubriendo mi cosita, quitó el pañal mojado y lo hizo bolita, me limpio muy bien con toallitas húmedas y extendió un pañal nuevo debajo de mis pompitas, me puso mucho talco y me cerró el pañal fuertemente, me bajó del cambiador y me puso de nuevo mis shorts, me sentí muy aliviado y cómodo con el pañal fresco. Salimos y nos encontramos con el resto, fuimos al área de comida y todos pedimos hamburguesas, nunca me la había pasado tan bien en mi vida y gracias a Melissa y los pañales no tenían que lidiar con la incomodidad de ir al baño en un lugar público y lleno de desconocidos, me sentía realmente feliz por eso. Después de más y más juegos, llegó la hora de irnos, mi tía nos dijo a todos que fuéramos al baño antes de subirnos al auto, yo me fui con Luis y Saúl al baño de hombres y fingí que hice pipí, pero en realidad solo los esperé en el lavamanos, salimos los tres y todos emprendimos el viaje de vuelta a casa.

En el camino me entraron ganas de hacer pipí así que me relaje y lo deje salir, nadie lo notó pues el pañal absorbió todo como debía ser, de repente me entraron ganas de hacer popó también, nunca había hecho popó en el pañal, además que todos lo notarían por el olor. Aguanté todo lo que pude hasta llegar a casa.
Un par de horas después llegamos a casa y yo no podía más con la presión en la barriga, salimos todos del auto y al momento de bajar sentí como la naturaleza ganaba la batalla y mi pañal se llenó de popó. Me puse muy nervioso, pero parecía ser que nadie lo había notado, sin quererlo dejé salirlo todo, mi tía nos mandó a bañarnos y a dormir. Luis me dijo que si quería podía dormir en su cuarto esa noche, pero le dije que mejor dormía en el mío porque me muevo mucho cuando duermo y lo iba a molestar. Nos despedimos y yo subí corriendo las escaleras antes de que alguien notara el olor de mi pañal sucio.

Entre a la habitación y cerré la puerta, no podía creer que me había hecho popó en el pañal como un bebé. Me quite el pantalón para asegurarme que no se había escapado nada y en ese momento entro Melissa. Me sonrió y me pregunto si había mojado mi pañal, no alcance a responderle cuando empezó a olfatear el ambiente y claramente noto que me había ensuciado.

–Creo que el bebé se hizo popis- dijo con dulzura.
Me tomó de la cintura y me bajó el calzoncillo, luego jalo hacia atrás la parte posterior me mi pañal para revisarme las pompis.
–Sí, el bebé se hizo popó- aseguró.

Me llevó de la mano a su habitación y extendió un tapete en la alfombra y me dijo que me quitara la playera y me acostara sobre el tapete. Sacó de su armario el talco, las toallitas y un pañal limpio. Se arrodillo enfrente de mí y me levantó las cintas del pañal, después bajó la parte de enfrente descubriendo mi cosita y toda la popó.
–Vaya, creo que el bebé de verdad se ensucio, que bueno que tenía puesto su pañal o hubiera ocasionado un vergonzoso accidente- dijo mientras seguía con su tarea.
Me limpió con las toallitas y retiró el pañal sucio, lo puso a un lado y siguió limpiándome el trasero con las toallitas, en ese momento se escuchó como alguien abría la puerta, yo estaba viendo de frente a la puerta y Melissa estaba de espaldas a esta, entro mi tía Sara y me vio allí acostado con las piernas levantadas, un pañal sucio a un lado y Melissa limpiándome el trasero con toallitas de bebé, esbozó una sonrisa de ternura.

-Aw que lindo bebé- dijo con dulzura, -Melissa en cuando acabes de cambiar a Jorge ¿Puedes venir a ayudarme con algo? –
Melissa asintió y la tía Sara cerró la puerta tras de sin, no sin antes contemplar la escena durante unos segundos.
Melissa terminó de limpiarme, me puso crema anti-rozaduras y el pañal limpio debajo, después de rociarme talco por toda la zona me bajó las piernas y me cerró el pañal.

-Listo ahora estas limpio y fresco, vamos a ponerte el pijama. -Dijo mientras me ayudaba a ponerme de pie.
Pensé que iría a mi habitación por mi pijama, pero no fue así, saco de su armario un pijama azul celeste con dibujos de dinosaurios, era uno de esos pijamas de una sola pieza como las que usan los bebés. Me negué a ponérmelo, pero ella me dijo que si me hacía popó como bebé, tendría que usar el pijama de bebé, que sería mejor así, le dije que Luis podía verme en la mañana con esa pijama y se reiría de mí, me dijo que no me preocupara que Luis y la tía Sara saldrían temprano porque Luis tenía cita con el dentista y que de ahí se pasarían a visitar a su abuela, y que los primos irían a un evento de la compañía de su padre y que tampoco estarían en todo el día así que no había peligro.

Resignado acepte pues Melissa había sido muy amable conmigo y solo era un pijama. Me terminó de vestir y me llevó a mi habitación, me metió en las cobijas y me dio las buenas noches, yo estaba demasiado cansado por el agitado día así que me dormí enseguida.


Me levanté temprano para cambiarle el pañal a Jorge pues ese día iríamos al parque de diversiones y no quería que le ocurriera ningún accidente de camino o en el parque, pensé que tal vez no le gustaría la idea de usar pañal de día, pero aun así tome un pañal de la bolsa y el talco y las toallitas y me dirigí a su habitación.
Él estaba dormido aun, se veía muy mono, le acaricie la cabeza para despertarlo, cuando se incorporó me dio los buenos días, le dije que tenía que cambiarle el pañal antes de que subiera Luis y nos viera.

Le quité las cobijas de encima y vi que el pañal se le notaba algo abultado debajo de la pijama, lo volteé para olerle el trasero como a los bebés para ver si han hecho popó, obviamente Jorge no se hacía popó en las noches, solo lo hice porque me pareció divertido. Le quité las cintas y le alce las piernas, le limpie toda la zona con toallitas húmedas y le quite el pañal debajo, tome el pañal nuevo y lo extendí, cuando se lo iba a poner el bajo las piernas y me detuvo, me dijo que no tenía que usar pañal de día, que solo lo usaba para no mojar la cama, le recordé que ayer había tenido un accidente en el día, pero que corrió con suerte de que nadie se diera cuenta y se creyeran el cuento de que se había tirado refresco encima, además que en el camino le podía dar sueño y quedarse dormido en el auto y que podría mojarse sin darse cuenta y ahora si todos lo notarían y no podría inventar excusas, esto pareció convencerle y me dejo que le pusiera el pañal nuevo. Le coloqué el pañal extendido debajo de sus nalguitas y le rocié talco, le cerré las cintas sobre su pancita, y le hice cosquillas.

Le puse la ropa y cuando estaba abrochándole los zapatos escuche como alguien venia subiendo las escaleras, supuse que era Luis así que agarre el pañal sucio y lo demás y salí rápido hacia mi habitación.

Me vestí y bajé a desayunar, después volví a mi habitación para preparar mi bolso, tenía que llevar pañales y toallitas para cambiar a Jorge si lo necesitaba. Ya había ido varias veces a ese parque de diversiones con mis amigos y los baños son amplios y casi nunca hay mucha gente pues hay demasiados por todo el parque, también hay un área para cambiar pañales en cada baño que es bastante amplia, seguramente podría cambiar a Jorge ahí.
Subí al auto, solo me estaban esperando a mí, cerré la puerta y en un par de horas ya estábamos en el parque de diversiones. Mis primos se veían muy emocionados pues es la primera vez que iban, no habíamos ido antes pues los juegos no eran para niños muy chicos. Nos subimos a todos los que pudimos, no había mucha gente por fortuna así que no teníamos que hacer tanta fila.

Saliendo de uno de los juegos note que Jorge caminaba un poco raro, supuse que se había orinado en su pañal, me acerque y le pregunte que sucedía, me dijo que se había hecho pipí durante el juego, lo tranquilice y le dije que llevaba pañales limpios para cambiarlo, me lo lleve a un baño que estaba un poco escondido y al que casi nadie va, entre y me asegure de que estuviera vacío, metí a Jorge y cerré la puerta para que nadie entrara.

Subí a Jorge al cambiador y le quite los shorts, le desprendí las cintas del pañal y le alce las piernas, saque un pañal de mi bolso y las toallitas húmedas, le limpie sus pompis muy bien y le quite el pañal sucio, lo hice bolita y puse las toallitas dentro, después extendí el pañal debajo de él y le puse un poco de talco, le baje las piernas y le cerré bien las cintas, lo baje y le puse su short, tire el pañal sucio al bote y guarde las cosas en mi bolso. Salimos como si nada y nos fuimos a buscar al resto de la familia.

Comimos y nos subimos a un par de juegos más, llego la hora de irnos y mi madre mando a todos a que entraran al baño antes de irnos, supuse que Jorge no iría pues traía el pañal, sin embargo, se fue con Luis y Saúl.

Entramos al auto y regresamos a casa, unas horas después llegamos, nos bajamos todos y Jorge salió como flecha hacia su habitación, supuse que había mojado el pañal en el camino y no quería que nadie se diera cuenta. Después de darle las buenas noches a todos e ir por un vaso de agua a la cocina subí a ver a Jorge, abrí la puerta de su habitación y me lo encontré sin pantalón ni calzoncillo, solo con pañal, parecía que se estaba revisando la entrepierna para ver si no se le había escapado la pipí, de repente note un aroma a popó en el ambiente, le pregunte si se había hecho popis, no me respondió así que le jale la parte posterior del pañal para revisar sus nalguitas y en efecto se había hecho popó.

Me lo lleve a mi habitación para cambiarlo, extendí el tapete en la alfombra y le dije que se acostara, saque un pañal y las cosas para cambiarlo, le quite la playera para dejarlo solo en pañales, le quite las cintas y procedí a limpiarlo bien, estaba hecho un desastre así que tuve que usar varias toallitas, en eso entro mi madre a la habitación y me dijo que en cuanto terminara bajara a ayudarle, salió después de unos minutos y yo termine de limpiar a Jorge, le puse crema anti rozaduras y un pañal fresco, después saque un mameluco azul celeste que había encontrado en la bodega y que era perfecto de su talla, no quería que se lo pusiera pues alguien lo podía ver, le dije que mañana no habría nadie pues mis primos se iban con sus padres a un evento y mi madre y mi hermano se iban al dentista y con mi abuela desde muy temprano, así que solo estaríamos los dos solos. Accedió y le puse su pijama de bebé. Se veía muy mono. Lo metí a la cama y le di las buenas noches, después bajé a ver que quería mi madre.

Llegue a la sala y mi madre estaba ordenando algunas cosas, me dijo que mañana regresaría muy tarde pues tenía que arreglar unos papeles de la casa de mi abuela. Me pregunto qué porque Jorge se había hecho popó, le dije que no sabía, pero qué bueno que traía pañal. Me dijo que era muy amable de mi parte ayudarlo con todo eso.
Después de terminar de ordenar los papeles de mi madre me fui a mi habitación, tenía planes para el día siguiente.

Capítulo 8

Me desperté en la mañana con la pijama azul y el pañal lleno, noté que no había ruido que parecía venir de la cocina, no me quería arriesgar a salir así y que alguien me viera, aunque Melissa me había dicho que solo estaríamos ella y yo ese día.

Escuché que alguien subía las escaleras, Melissa abrió mi puerta, de dio los buenos días y me dijo que el desayuno estaba preparado y que bajáramos a desayunar, le dije que primero quería quitarme el pañal y cambiarme de ropa, ella me dijo que después del desayuno me cambiaba, que se iba a enfriar. Bajé con ella y al entrar a la cocina vi una sillita alta de bebés, sabía que era para mí, le dije que no quería usar una silla de bebés, que no era un bebé, ella me dijo que si usaba pañales y pijama de bebé tendría que ser un bebé, no me quedo opción más que obedecerla, tenía miedo de que si me negaba se enojaría y ya no me querría ayudar con lo de los pañales, además ella había guardado muy bien mi secreto así que estaba seguro de que esto no saldría de aquí.

Me subí a la silla y Melissa me puso un babero, cerró la sillita con seguro y puso la comida en la mesita, eran papillas de bebé, me empezó a dar en la boca con la cucharita haciendo el “avioncito” la comida estaba rica, me lo comí todo y después me dio un biberón con leche caliente, a mí me gusta mucho la leche así que lo tome si replicar, era muy agradable tomar leche tibia de biberón, de repente sonó el timbre, le dije a Melissa que me bajara antes de que alguien me viera, me dijo que aguardara y se fue a abrir la puerta. Regresó con dos chicas de su edad, me vieron e hicieron sonidos de sorpresa y ternura.

Una de las chicas se me acerco y me pregunto cómo me llamaba mientras me acariciaba la cabeza, al principio no le respondí, pero me pareció muy amable así que le dije que Jorge, la otra chica me pregunto que si quería jugar, pero Melissa le dijo que primero tenía que cambiarme el pañal, eso era cierto pues lo tenía completamente lleno por la noche anterior. Una de las chicas le preguntó que, si podía cambiarme ella el pañal, Melissa le dijo que si, que ella bajaría las cosas y ellas me podían llevar al jardín.
Melissa subió y las chicas me sacaron de la sillita, me llevaron al jardín y ahí me empezaron a preguntar cuántos años tenía y así, me agarraban las mejillas y e hacían cosquillitas en la panza, después me subieron al columpio y me balanceaban yo estaba muy a gusto en ese momento. En eso bajó Melissa con pañales, juguetes y varias cosas más. Puso el tapete en el pasto y la chica me acostó para cambiarme, con mucha dulzura me quitó la pijama y el pañal mojado mientras me hablaba como a un bebé. Me limpió bien con toallitas, me puso pomada y deslizo el pañal limpio debajo de mis pompis, me puso talco en mi cosita y nalguitas y me cerró bien el pañal.
Me puso la playera y los zapatos, pero no pantalones, les pregunté que en donde estaban mis pantalones y ellas dijeron que los bebés no usan pantalón porque si no, no les pueden revisar el pañal cuando se hacen popó. No me importo mucho pues hacia bastante calor. Después jugamos a las atrapadas, me dieron ganas de hacer pipí y como era un bebé en ese momento deje salir todo en mi pañal.

Después de un rato Melissa entro por limonada pero a mí me trajo un biberón con leche, una de las chicas noto que me había hecho pipí y me cambio el pañal, me dijo que estaba muy rozado y que me pondría crema en las pompis, me puso boca abajó y me unto crema en mi trasero, yo seguía tomando mi biberón mientras ella hacia esto, era muy agradable sentir el viento y el sol en mis pompis, después de un rato me puso el pañal y nos metimos a ver una película, a mí me dieron ganas de hacer popó pero me aguante.

Melissa puso una película de miedo, a mí no me gustan pues me asusto mucho, estábamos los tres sentados en el sillón con los pies arriba, en un momento no aguante y creo que por el miedo me hice popó, las chicas lo notaron y Melissa me cambio el pañal, después decidieron que era hora de mi baño y me metieron a un baño de burbujas con patitos de hule, yo estaba realmente relajado y feliz de tantos mimos que me estaban dando las tres hermosas chicas.

Saliendo del baño me pusieron pañal y un babero, bajamos a comer y entre las tres me dieron papilla de pollo y zanahorias que ellas mismas habían preparado. Al terminar una de las chicas dijo que era hora de mi siesta, yo no tenía sueño así que me dio risa, la chica me quitó el babero y me preparo un biberón calientito, Melissa le bajó una cobija y me acostó con ella en el salón, me puso en su regazo mientras me daba el biberón calientito y me arrullaba, yo estaba tan a gusto que no me di cuenta en qué momento me quedé bien dormido.

Desperté una o dos horas después, las chicas estaban ahí pintándose las uñas y charlando, yo me había hecho mucha pipí, mi pañal estaba a punto de escurrir, una de las chicas se me acerco y me empezó a hacer cosquillas eso provoco que me hiciera pipí otra vez y un poco se salió de mi pañal mojando el pantalón de la chica, me empezó a regañar como jugando, me quitó el pañal y me dio nalgadas, no me las dio fuerte pues solo estaba jugando, después me puso un pañal fresco y me pusieron mi ropa normal pues mis primos estaban a punto de llegar, las chicas se fueron dándome muchos besos, recogimos todo y un rato después llegaron mis primos, me fui al jardín a jugar con ellos a las escondidas, unos minutos después llegaron Luis y mi tía Sara.

Me desperté un poco triste de que hoy sería mi último día en la casa de los primos, la verdad es que me la estaba pasando muy bien con ellos. También le había empezado a agarrar el gusto a usar pañal y se mimado como bebé. Melissa entró y me cambio el pañal, le dije que me pusiera uno de mis pañales de calzoncillo para que mi madre no se diera cuenta, le diría que me lo puse por si me dormía en el camino de regreso. Desayunamos y una hora después llego mi madre, se puso a hablar con Melissa y mis tías mientras mis primos y yo jugábamos en el jardín, yo tenía miedo de que Melissa le contara todo lo que pasó. Después de un rato nos despedimos todos, yo no me quería ir, pero les prometí que pronto regresaría.

De camino mi madre me preguntó si me pondría un pañal para el camino de vuelta por si me quedaba dormido. Le dije que ya me había puesto uno.


A la mañana siguiente le llamé a mis amigas Carmen y Lucy para que vinieran, les dije que estaba a cargo de un bebé y que tenían que ayudarme, aceptaron encantadas. Fui a la bodega a buscar la sillita alta que usábamos mi hermano y yo cuando éramos pequeños, mis padres nunca tiraban nada pues se podría ocupar después, así que ahí estaba la sillita perfecta para la ocasión. La baje y la puse en la mesa, también baje la comida de bebé y el biberón que había comprado hace unos días, puse leche a calentar en el biberón y subí por Jorge.

Fui a la habitación de Jorge y él ya estaba despierto, le dije que si quería bajar a desayunar, me dijo que si pero que antes quería quitarse el pañal mojado, le dije que fuéramos a desayunar que ya había preparado el desayuno y que después se lo cambiaba.

Bajamos y Jorge vio la sillita y la comida de bebés, me volteo a ver y le sonreí, me dijo que no se sentaría ahí que no era un bebé, le dije que, si ensuciaba su pañal como bebé, seria tratado como tal, además estaba usando un lindo mameluco infantil y debajo tenía un pañal mojado, que no podía decir que no era un bebé. Resignado se sentó en la sillita, le puse el seguro y un babero y lo empecé a alimentar.
Empezó a comer muy bien, después de un rato pareció que se estaba divirtiendo y que le gustaba la comida, cuando se la terminó le di el biberón con leche que se lo tomo muy tranquilo.

Le limpie la boca con el babero y justo cuando lo iba a bajar sonó el timbre, él se asustó y me dijo que lo bajara, le dije que eran unas amigas que me esperara un momento, el trato de quitarle el seguro a la silla, pero no lo encontró.

Fui a la entrada y allí estaban Carmen y Lucy, las deje entrar, en cuanto vieron a Jorge en la sillita hicieron un grito de emoción, Carmen me dijo que no se esperaba un bebé tan grande y tierno, les dije que era mi primo de 11 años que se comportaba como bebé. Lucy fue y le pregunto cómo se llamaba, Jorge al principio no quería hablar, pero al final le dijo su nombre, Lucy lo bajo de la sillita y le pregunto que, si quería jugar, yo le dije que tenía que cambiarle el pañal, Carmen volvió a soltar un grito de ternura y me preguntó que, si ella podía cambiarlo, le dije que sí, que bajaría las cosas para cuidarlo ahí en el jardín.
Subí por los pañales y las toallitas, también baje los juguetes infantiles que encontré en la bodega y una playera, calcetines y zapatos de Jorge, no le baje un pantalón pues estaría solo con pañal.

Llegue al jardín y las chicas estaban con Jorge empujándolo en el columpio, Jorge se veía feliz, pensé que iba a estar incomodo pero parecía estar disfrutando, las chicas le hablaban como a un bebé, llegue con las cosas y Carmen lo bajo del columpio, puse el tapete en el pasto y lo recostó ahí, le quito la pijama y lo dejo solo con el pañal, le quito las cintas mientras le hablaba con ternura, le alzo las piernitas y le quito el pañal mojado, lo limpio con toallitas y le puso cremita, seguía diciéndole cosas como, “que lindo mi bebé” “Quien se hizo pipí?”. Le puso el pañal nuevo y le cerro las cintas, le puso la playera y los zapatos, Jorge pregunto en donde estaba su pantalón, pero Lucy le dijo que los bebés solo usaban pañal, que el pantalón hacia más difícil que les revisaran el pañal.

Le dieron los juguetes a Jorge pero no los quería, Lucy propuso que jugáramos a las atrapadas, Jorge acepto y nos pusimos a jugar, después de un rato nos cansamos y les dije que entraría a la casa por limonada, saque una jarra con tres vasos y el biberón de Jorge con leche, les di a cada una un vaso y a Jorge su biberón, lo acepto sin reclamar, Lucy noto que el pañal de Jorge estaba abultado, le reviso por la entrepierno y nos dijo que el bebé ya necesitaba un cambio de pañal y que ahora era su turno.
Lo acostó mientras él seguía con su biberón, le quito el pañal y le limpio con toallitas, nos dijo que estaba un poco rozado y que sería mejor él lo pusiéramos boca abajo con cremita en sus pompis un rato sin pañal. Lo puso boca abajo y le unto las pompis con crema, Jorge seguía tomando su biberón.
Nos pusimos a tomar el sol pues el clima era genial, después de un rato la crema se absorbió y las pompis de Jorge estaban suavecitas, les pregunté si querían ver una película adentro, Lucy le puso el pañal a Jorge rápidamente y los tres nos metimos.

Puse una película de miedo, estábamos los cuatro en el sillón acurrucados con miedo, de repente note que Jorge se había hecho popó, le pregunte si había ensuciado su pañal, no me contesto, pero se puso rojo de vergüenza, le dije que no importaba que para eso era el pañal, lo cambie en la sala con ternura, limpiándolo a conciencia, Lucy tuvo la idea que sería mejor darle un baño de burbujas. Terminé de limpiarlo y no le puse pañal, nos subimos a la bañera de mi cuarto y le preparamos el baño al bebé.

Cuando estuvo listo el baño metimos a Jorge, primero le quitamos los zapatos y calcetines y la playera, le puse patitos de hule en la bañera y él se veía muy feliz jugando, lo bañamos muy bien y después de un rato lo sacamos. Carmen lo seco bien y yo le puse talco en su colita, le puse un pañal y una playera, también le metí un chupón en la boquita.

Les pregunte a las chicas que, si ya querían comer, me dijeron que sí. Me ayudaron a preparar la comida y le preparamos papillas de pollo y zanahorias a Jorge. Lo pusimos en su sillita, Lucy le quitó la playera para que no se ensuciara y le puso solo el babero. Entre las tres le dimos de comer.
Cuando terminamos todos de comer Carmen dijo que era hora de la siesta del bebé. Le cambio el pañal y lo acostó con ella en el sillón, mientras le daba un biberón, me pidió una cobija para taparlo y después de un rato de arrullarlo Jorge quedo dormido con el biberón en la boca, Carmen se lo quitó y le puso el chupete. Lo dejamos en el sillón y nos pusimos a pintarnos las uñas mientras el bebé dormía la siesta.

Atardeció y Jorge se despertó, le revisó Lucy el pañal y nos dijo que otra vez se había mojado, le dio palmaditas en su trasero y le hizo cosquillas, y eso provoco que Jorge se volviera a hacer pipí y se escurrió un poco del pañal pues ya estaba bastante lleno porque se había orinado mientras dormía, Lucy fingió molestarse porque la había mojado un poco y le dijo que era un bebé malo, le quito el pañal y le dio unas nalgadas, lo hizo jugando pues no lo hacía con fuerza, le limpio bien su colita con toallitas, le puso un pañal y le puso mucho talco.

Les dije que ya teníamos que vestirlo pues mi madre y mis primos llegarían y no podían verlo así, entre las tres lo vestimos, las chicas se despidieron de el con un beso y se fueron a sus casas, Jorge se veía feliz me dijo que le habían agradado las chicas y ser tratado como bebé.

Después de un rato llegaron mis primos y se puso a jugar con ellos, en la noche llego mi madre y mi hermano. A la mañana siguiente Jorge se iba a su casa. Fui al cuarto de Jorge para cambiarle el pañal y vestirlo. Jorge ya no se resistía, le gustaba que lo tratara como bebé, me dijo que le pusiera de sus pañales de calzoncillo porque su madre lo vería. Desayunamos y llego su madre a recogerlo. Otra vez mis tres tías y yo nos pusimos a conversar, mi madre le conto a mi tía Pili que Jorge se había hecho pipí en la fiesta y que por eso yo le había tenido que poner pañales durante el día. También le conto que se había hecho popó de regreso del parque de diversiones y que yo lo había cambiado.

A mi tía le pareció extraño, pero agradeció que lo hubiéramos atendido bien y que guardáramos su secreto. Me agradeció mucho por todo y me dijo que le diera los pañales que había comprado para Jorge, se los di, también el biberón y chupete. Mi tía guardo las cosas en su auto y llamo a Jorge para que se fueran. Jorge se despidió de todos, me agradeció por ayudarlo y se subió al auto, dijo que esperaba pronto regresar a visitarnos.

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