Un bebé en la ciudad

Esta historia fue publicada en mi cuenta de Wattpad en noviembre del 2018. La versión que estas a punto de leer tiene correcciones gramaticales y de estilo para tener una lectura más fluida, también reescribí algunos diálogos y mejoré las acotaciones.
N del A.

Índice


Parte 1

Me llamo Axel acabo de entrar al bachillerato, soy un chico común y corriente, me gustan los videojuegos y leer, casi nunca me meto en problemas y llevo calificaciones decentes.

En unos días cumplo dieciséis años, vivo en un pueblo bastante pequeño y alejado de la civilización, aquí mis padres tienen una fábrica de algodón. Soy hijo único y toda mi vida la he llevado aquí, sin embargo al ser un pueblo pequeño no hay muchos lugares para estudiar, solo hay un par de escuelas rurales a las que asistí, sin embargo mis padres siempre me dieron una educación extra ya que el nivel de esas escuelas era muy bajo, traían libros de la ciudad para que yo los leyera y aprendiera un poco más, también contrataron conexión satelital a internet para que pudiera hacer algunos cursos en línea, en ese pueblo nuestra casa era la única con acceso a internet ya que ahí no había ni acceso telefónico, solo en la estación de policía y en la de correos tenían un teléfono comunitario.

El acceso a internet era demasiado lento por lo que solo lo utilizo para estudiar y descargar algo de música de vez en cuando, aunque debo esperar horas para que se descargue una sola canción ya que como mencioné la conexión es realmente lenta. Tengo algunos videojuegos que es con lo que me entretengo la mayor parte del tiempo.

Aquí hay muchas cosas divertidas, aunque no son las cosas que comúnmente hace la gente, no hay cines, centros comerciales, teatros ni parques de diversiones, pero hay muchos lugares para jugar al aire libre, hay talleres de artesanías y muchos lugares interesantes para explorar.

En fin, como mencione al principio acabo de entrar al bachillerato, o mejor dicho estoy a punto de entrar. Mis padres decidieron que sería buena opción irme a estudiar el bachillerato y después la universidad en la ciudad ya que en el pueblo en donde vivimos no hay escuelas de ese nivel. Al principio la idea no me pareció ni buena ni mala, nunca había vivido en otro lado, mis amigos están aquí y mi familia también, nunca he vivido solo, aunque se perfectamente cómo hacerlo, mi madre desde siempre me enseñó a hacer las tareas de la casa, lavar mi ropa, cocinar, barrer, trapear etc., aunque teníamos ayuda domestica mis padres me enseñaron a ser una persona autosuficiente.

Así que esto no sería un problema si me iba a vivir solo. Mi padre había heredado un pequeño departamento en la zona centro de la ciudad, yo lo había acompañado ahí un par de ocasiones, él iba unas dos o tres veces al año a revisar el departamento, lo ocupaban unos inquilinos, pero desde hace casi un año que se habían mudado y el departamento estaba vacío.

Mis padres me convencieron de que sería lo mejor para mi salir del nido e ir a estudiar fuera. Era lo mejor para mi futuro. Empecé a tomar la idea con emoción, mi padre y yo habíamos ido a inscribirme al bachillerato y a revisar el departamento hace una semana, estaba ya amueblado con lo básico y es bastante agradable, está en una zona tranquila y céntrica así que todo me quedaría a la mano, me iba a tener que desplazar en metro pues aún no tenía edad para conducir además que no me agrada mucho la idea de conducir y menos en la ciudad.

Hice una lista junto con mi madre de las cosas que debía comprar en cuanto llegara allá, lo básico para la limpieza, comida y algunas cosas para la escuela. En este momento estoy en el auto con mis padres, estamos a punto de llegar a la ciudad después de 6 horas de viaje, es viernes y el lunes empiezan las clases el fin de semana tengo que ir a comprar las cosas de la lista y prepararme mentalmente para mi nueva vida en la ciudad. Mis padres no se pueden quedar este fin de semana pues tienen responsabilidades en el pueblo, mi madre se encarga de la fábrica de algodón y mi padre es el director de dos escuelas rurales en el pueblo.

[…]

Por fin hemos llegado a la ciudad, todo es enorme, hay un montón de autos y comercios, edificios enormes y casas muy pobres. Y sobre todo gente, un montón de gente.

Llegamos al departamento, mi padre me ayudo a bajar mis maletas, en realidad no había traído muchas cosas, solo algo de ropa pues mi madre me dijo que debía comprarme ropa nueva para la escuela ya que en el pueblo acostumbraba a usar casi siempre la misma ropa.

Bajamos mis cosas y entramos a la casa, mi madre estaba llorando de emoción y de tristeza a la vez pues su único hijo por fin dejaba el nido y a una muy temprana edad, apenas cumpliría dieciséis años y la verdad no me sentía como un adulto, a pesar de que en mi pueblo se acostumbraba a que muchos chicos desde los catorce años ya empezaban a trabajar y tener hijos. Mis padres no eran de esa cultura ni oriundos de ese pueblo, mi madre era ingeniero en materiales había vivido toda su vida en el norte, pero cuando se graduó de la universidad fue a hacer prácticas profesionales a la fábrica de algodón del pueblo, se enamoró de este y después de unos años pudo comprar la pequeña fábrica que tiempo después y gracias a ella creció de forma considerable. Mi padre era de la ciudad, estudio pedagogía y sociología, era todo un activista social en pro de la educación de los pueblos, por eso llego a ese pueblo a hacerse cargo de las escuelas rurales de ahí, entonces mis padres se conocieron y pues de ahí vengo yo.

Mis padres estaban a punto de irse, mi madre no paraba de besarme y abrazarme, mi padre me advirtió que estuviera siempre alerta, que era una ciudad peligrosa, que no cayera en las trampas de los estafadores y no hablara mucho con desconocidos, que siempre caminara por donde había mucha gente y que evitara ciertas zonas conflictivas.

Después de comer mis padres se fueron, yo tenía que hacer las compras de esa lista, lo primero que debía hacer era comprarme un teléfono y una laptop. Una semana antes ya me habían puesto la instalación de internet en la casa, así que necesitaba una laptop ya que la computadora que tenía en el pueblo era de mi padre. También necesitaba un teléfono pues en el pueblo nadie tenía celulares ya que no había recepción ahí así que no tenía caso.

De camino a casa había visto una plaza comercial que estaba a solo un par de cuadras de ahí, seguramente ahí encontraría lo que necesitaba, no tenía mucho dinero en efectivo, solo una tarjeta de crédito que mi padre me había dado y él la controlaba.

Salí de la casa directo a la plaza, me fui caminando pues estaba cerca, además gracias a mis expediciones en el bosque desde que era niño tengo un buen sentido de la orientación y no me perdería, además que aún estaba nervioso y no sabía muy bien cómo usar el metro, el bus, los camiones o los taxis.

Camine por veinte minutos y llegué a la plaza comercial, había un montón de tiendas de ropa y de electrónica, entre a una de las tiendas de electrónica y no podía creer la cantidad de cosas que vendían, la mayoría no tenía idea de que cosas eran, solo reconocía las computadoras y los celulares. Un dependiente se me acerco y me pregunto qué en que me podía ayudar, le dije que necesitaba una laptop para la escuela y un celular. Amablemente me llevo al área de portátiles y me enseño algunas computadoras, yo no me fijaba mucho en las características pues en realidad no sabía mucho de eso, después de ver varias me decidí por una que me gusto pues era color azul y un teléfono del mismo color.

Pagué todo y seguí explorando la plaza. Había muchas tiendas de ropa y en ese momento la verdad no tenía ánimos de comprar ropa, y la verdad no tenía ni idea de qué tipo de ropa debía comprar. Compré un helado en un local y decidí que era momento de regresar a casa, no me arriesgaría a llevar la computadora y el teléfono caminando hasta el departamento así que decidí tomar un taxi de los que estaban en la salida de la plaza, lo aborde y en quince minutos ya estaba en mi departamento, era casi el mismo tiempo que me había hecho caminando pero debido a que había mucho tráfico no llegamos tan rápido como yo creía.

Entré al departamento y abrí mi computadora y mi teléfono nuevos, después de unas horas ya estaba usando perfectamente la conexión a internet, abrí mi correo electrónico y decidí hacerme una cuenta en Facebook, en mi teléfono me puse a descargar música, aunque apenas le estaba agarrando la onda creo que lo hice bastante bien.

Llegó la noche, al día siguiente debía ir al supermercado a comprar la despensa, solo tenía un par de botellas de agua en la casa así que debía salir temprano. Me dormí no sin antes hablar por teléfono con mi madre que aún no podía creer que había abandonado a su niño en una enorme ciudad a su suerte.

Al día siguiente tomé un taxi y me dirigí al supermercado, la noche anterior había buscado en Google maps los supermercados cercanos a mi departamento, por suerte había uno muy cerca. Tomé un carrito para echar todas las cosas allí, saqué mi enorme lista y empecé a buscar uno por uno en todos los pasillos, era la primera vez que entraba a un supermercado tan grande, no podía creer la cantidad de cosas que allí vendían, había de todo. Empecé por la comida, compré un montón de latas y comida precocida, después fui a la sección de verduras ya que me encantan las frutas y los vegetales. Después compre todo lo que necesitaba para la limpieza y por último la higiene personal. Compre jabón, desodorante y shampoo, iba a comprar rastrillos, pero la realidad es que aún no me salía barba, nunca había visto tantas marcas y tipos de jabones, en el pueblo normalmente solo había un tipo de jabón y de shampoo.

Fui recorriendo todas las secciones del supermercado, llegue a la sección de deportes y había un montón de cosas interesantes luego en la de papelería compre un par de libretas y plumas para la escuela, también una mochila. Seguí y llegue a la sección de juguetes, nunca había visto tantos juguetes en mi vida, reconocí algunos que salían en los comerciales de la televisión, pero en el pueblo no llegaban esos juguetes, solíamos jugar con las cosas que encontrábamos en el bosque y nosotros hacíamos nuestros propios juguetes, después pase por el área de bebés y ahí se despertó un sentimiento que había tenido desde hace tiempo pero que ya había olvidado por completo.

Hay algo que me ha llamado la atención desde hace algunos años, cada vez que veía un comercial de pañales en la televisión me daba mucha curiosidad saber que se sentiría usar uno, obviamente ya había usado pañales cuando era un bebé, como todo el mundo, pero mis recuerdos de la infancia empiezan por ahí de los cinco años cuando ya no usaba pañales por lo que en realidad no tengo ningún recuerdo de esta etapa. En el pueblo a los bebés se les solía ver desnudos o con pañales de tela a diferencia de lo que salía en las películas y en las series de televisión. Por alguna razón esos pañales desechables me llamaban mucho la atención, saber que se sentiría usarlos, se veían realmente suaves y cómodos.

Me quedé viendo todos los pañales y disfrutando el aroma, también pasé por el pasillo de los biberones y chupetes, la comida de bebés y demás artículos. Me quede ahí un buen rato viendo todo y contemplándolo, me sentía fuertemente atraído a eso, principalmente a la curiosidad de usar pañales, supuse que sería una pérdida de tiempo ya que esos pañales son para bebés pequeños por lo que obviamente no me quedarían. Llegue a las cajas y pague todo, mi carrito estaba lleno, salí del supermercado con un montón de bolsas, entre al primer taxi que encontré y me dirigí a casa.

Al llegar acomode todas mis compras en la cocina y en el baño, no podía sacarme de la cabeza lo de los pañales. Al terminar me preparé algo de comer y en lo que comía me puse a navegar en mi computadora. Me metí a Google y busque «me gustaría usar pañales» pensé que no iba a encontrar mucho pero para mi sorpresa encontré un montón de blogs y de foros, estuve navegando durante horas e inclusive encontré fotografías de chicos y chicas usando pañales para adulto pero también pañales para bebés. No podía creer que los pañales para bebé podrían quedarle a un adolescente, seguí investigando y descubrí que las tallas más grandes de pañales para bebés me podrían quedar fácilmente, también los pañales entrenadores como los pullups y pañales que son para niños más grandes que mojan la cama. En mi pueblo si un niño de más de cinco años mojaba la cama no se le ponían pañales, se le daban unas nalgadas hasta que dejaba de hacerlo, pero bueno esa es otra historia.

Se me hizo de noche, yo acostumbraba a dormir temprano así que con mucho sueño me fui a la cama sin poder dejar de pensar en los pañales.

Al día siguiente me desperté y me bañé. Mi madre me volvió a llamar y le dije que ya había comprado todo lo que necesitaba, era domingo así que era mi último día antes de entrar a la escuela, sabía muy bien en donde quedaba la escuela, solo debía tomar cuatro estaciones de metro, era sencillo, lo había hecho con mi padre las veces que vinimos aquí a inscribirme, decidí que esa mañana iba a dar un paseo para conocer la ciudad y de paso hacer el camino a la escuela solo para recordar bien por dónde ir.

Tomé mis llaves y mi teléfono, me puse una chamarra porque estaba haciendo algo de frio, salí del departamento y me dirigí a la estación del metro. A diferencia del día anterior las calles estaban llenas de personas caminando y muchas otras en patines o en bicicleta. Eso me pareció muy interesante y divertido, me dieron ganas de comprarme una bicicleta, pero como no conocia bien las calles y había demasiados autos la verdad me daba miedo. Entré a la estación del metro y había bastante gente, aunque no demasiada. Abordé el tren y cuatro estaciones después bajé, me dirigí a la salida siguiendo a la multitud, había un montón de personas, principalmente padres con sus hijos, vi a varios niños que usaban pañal, se podía notar porque salían un poco por encima de sus pantalones, otra vez ese sentimiento me invadió y me dieron muchas ganas de tener puesto un lindo y suave pañal.

Llegué a la escuela que estaba cerrada y vacía, obviamente pues era domingo, decidí caminar hacia un parque cercano, llegué y había muchas familias con sus hijos, también adolescentes y jóvenes que iban en grupito o en parejas y ahí caí en cuenta de que yo no tenía amigos en esta ciudad y que me la iba a pasar solo la mayor parte del tiempo. Por eso decidí que desde el primer día de la escuela iba a tratar de hacer amigos, mi padre me recomendó que no dijera que venía de un pueblo ya que me podrían rechazar por eso, así que inventaría que vivo en la ciudad desde siempre, también me dijo que no contara que vivo solo ya que habría gente que se quisiera aprovechar de eso, así que comentaría que vivo con mis padres. Me recomendó también que no llevara a ningún desconocido a la casa, que solo pudiera llevar a personas de confianza. En ese momento no conocía a ninguna persona de ese tipo por lo cual mi casa estaría vacía por un muy buen rato.

Seguí paseando por el parque, y compre algo de comer, a lo lejos vi una plaza comercial, por lo que pude notar había demasiadas plazas, vi un enorme letrero de cine y me entraron muchas ganas de ir, solo había ido una vez al cine cuando era pequeño y vine a la ciudad con mis padres, así que me dirigí a la plaza, llegue y entre directo al cine, había varias tiendas igual que en la otra plaza para mi todas eran iguales. Llegué al cine y me puse a contemplar las películas que había en exhibición. Me decidí por una, compre la entrada y compre un refresco y palomitas, todos en el cine estaban entrando en parejas o en familia, yo era el único bicho raro que entro solo.

Me encanto la experiencia, sí que había visto películas, pero en mi casa o en la televisión pero no en una pantalla tan grande, me dieron muchas ganas de hacer pis, así que me dirigí al baño, cuando entre no lo podía creer, era enorme, nunca había estado en un baño tan grande, orine y me lave las manos cuando iba a salir vi que había una especie de mueble blanco, leí y decía que era un cambiador de pañales. Otra vez ese sentimiento me invadió, salí del cine y me dirigí a casa.

[…]

Hoy es mi primer día de escuela, me levante a las seis de la mañana pues entro a las 7:15 y de camino son más o menos veinticinco minutos, me bañe, me vestí y desayuné rápidamente, tome mi mochila y mis llaves y salí de la casa, llegué al metro y había demasiada gente, más que nada estudiantes como de mi edad y más grandes. Con trabajos entre al tren y salí de él, llegue a tiempo a la escuela, busque mi salón y al llegar vi que había varios alumnos, todos éramos de nuevo ingreso así que casi nadie se conocía más que los que habían ido a la misma secundaria o eran amigos desde antes. Me senté en una banca libre y en esos momentos llego el profesor.

Todo en la escuela sucedió normal, conocí a algunos chicos y chicas y a mis profesores, no nos pusieron demasiada tarea así que estaba feliz, salí de la escuela y regrese a mi casa, me conecte a internet y volví a buscar temas relacionados con los pañales, encontré el término abdl y tbdl que describían a la perfección mi situación. Así paso la semana, sin ninguna novedad, llego el sábado y yo tenía que volver a hacer las compras, esta vez estaba decidido a comprar por primera vez en mi vida una bolsa de pañales.

Salí de mi casa el sábado por la mañana y me dirigí al supermercado, tomé de nuevo un carrito y me puse a pasear entre los pasillos para tomar las cosas que necesitaba, hasta el final me dirigí al área de bebés y empecé a buscar los pañales más grandes que encontré, había unos talla 7, una hermosa bolsa plateada con franjas guinda y un 7 enorme, lo tomé. También tome un bote de talco, un paquete de toallitas, aceite para bebé y crema anti-rozaduras. Seguí por el pasillo y tomé un biberón, un vasito entrenador y un chupete.

Me dirigí a la salida y en el camino me encontré con una chica de mi salón, no habíamos hablado mucho durante esa semana pero si nos saludábamos y nos sabíamos nuestros nombres, ella se llamaba Laura y era muy simpática, estaba con su madre igualmente con un carrito en la misma dirección que yo, quería voltearme pero no pude, en ese momento tuvimos contacto visual ella me sonrió y me llamo.

-Axel!, Axel!

Yo no podía hacerme el loco e irme pues estábamos bastante cerca, así que le sonreí y dejé que se acercara a mí.

-Hola, ¿vienes solo a hacer las compras?-  Me preguntó muy simpáticamente como queriendo hacer conversación.

-No mi madre está en el auto es que se adelantó porque creyó que tal vez había dejado el auto en una zona prohibida, a veces es medio despistada.

Laura se rio un poco.

-Bueno, yo vengo con mi madre, no sabía que tenías hermanos pequeños entendí que en la clase habías dicho que eras hijo único- Me dijo señalando la enorme bolsa de pañales de mi carrito.

-Sí, bueno, es que una tía se está quedando unos días con nosotros en lo que arreglan unos asuntos de su casa y ella tiene un bebé, nos pidió de favor que compráramos algunas cosas en lo que ella iba a ver lo de su casa. -Atine a inventar ese pretexto rápidamente, Laura pareció creerlo por completo.

-Ahh ya, bueno, ojalá todo se arregle pronto.

-Si eso espero.

-Bueno te dejo, voy con mi madre, nos vemos en la escuela, chao.

Nos despedimos y yo procedí a pagar mis cosas, por poco me descubren, no podía arriesgarme otra vez a que alguien de la escuela me viera comprando estas cosas, así que la próxima vez iría a un supermercado más lejano.

Llegué a mi departamento y me prepare algo de comer pues ya tenía mucha hambre, acomode las cosas que había comprado, tome la bolsa de pañales y demás productos y los puse sobre mi cama.

Me quedé contemplando la bolsa durante un buen rato, por fin me decidí a abrirla. En ese momento un dulce aroma salí de la bolsa, tome un pañal y lo observe, lo desdoble y vi los tiernos dibujos de animalitos que tenía impresos, era muy suave por dentro y por fuera y además olía delicioso. Tomé la bolsa de toallitas húmedas y saqué una, también olían muy bien y estaban muy frescas, lo mismo hice con el talco y el aceite, todo olía delicioso.

No me atrevía a ponerme el pañal aun, estaba pensando en lo ridículo que seria que un chico de dieciséis años usara pañales de bebé, acomodé todo en el armario y me dispuse a hacer la tarea que tenía para el lunes.

El domingo me la pase fuera, no soy una persona que acostumbre mucho estar dentro de casa, en el pueblo casi todo el tiempo andaba en la calle. Regresé en la tarde y me puse a limpiar el departamento, me dormí temprano para ir a la escuela al día siguiente.

El lunes en la mañana me encontré con Laura, me saludo y estuve conversando con ella prácticamente todo el día, también hablé con un par de chicos y chicas más, pasaron dos semanas y Laura era mi primera amiga oficialmente, aunque también había un grupo de chicos con quienes me juntaba a jugar futbol después de clases.

A diferencia de otros colegios en este no llevábamos uniforme por lo que debía comprar más ropa. Yo estaba acostumbrado a usar la misma en el pueblo, pero aquí me di cuenta de que los chicos usaban un montón de ropa diferente todos los días, no quería ser el tipo extraño que usa siempre la misma ropa así que decidí que el sábado iría a comprar un montón de ropa. No estaba muy seguro de que ropa comprar, así que le pedí ayuda a Laura para que me orientara. Le había contado que venía de un pueblo, aunque no le había dicho que vivía solo.

El sábado quedamos de vernos en el centro comercial, Laura me dijo que conocía una tienda de ropa que me gustaría. Llegue a la hora acordada y allí estaba ella. Entramos a la tienda y me ayudo a escoger pantalones y camisetas. Pasamos por la sección para caballeros y ahí encontramos lo que necesitábamos, la ropa que me escogió me gustaba bastante, también escogí un par de tenis y unos zapatos. Me probé todo lo que había comprado en los probadores y casi todo me quedo bien.

Salimos y fuimos a una tienda de telas porque Laura quería comprar varias cosas, resulta que le encanta el diseño de modas, me enseño varias fotos de vestidos y ropa que había diseñado y confeccionado ella misma, entramos a la tienda y había miles de telas de todos tipos. Yo había ido a la fábrica de algodón de mi madre, pero allí no se hacen telas, solo hilos y material de curación. Vi varios tipos de telas y en una sección había telas con estampados infantiles. Me quede observándolos mientras ella compraba la tela que necesitaba, había una tela con diseños de dinosaurios muy lindos y otras con animalitos. Me encantaron. Laura termino de comprar lo que necesitaba y nos fuimos a comer.

Terminamos de comer y cada quien se fue para su casa. Quedamos de vernos el domingo para dar un paseo. Llegué a mi departamento y empecé a acomodar todo o que había comprado en el armario. Cuando estaba acomodando encontré la repisa en donde había puesto los pañales y demás cosas para bebés. Desde el día que las había comprado no había usado nada y de hecho por las tareas y lo ocupado que estaba por la escuela lo había olvidado por completo.

Decidí que era buen momento para usar las cosas. Saque un pañal de la bolsa y lo coloque en la cama. Saque también las toallitas el aceite y el talco. Me quité toda la ropa y me senté en la cama. Extendí el pañal y me lo coloqué debajo de las pompis. Alcé las piernas y me puse un poco de aceite en las manos, después me lo froté en las nalguitas y en mi pene. Después tome el talco y me eche bastante en toda la zona, baje mis piernas y me cerré el pañal.

Me sentía muy relajado y feliz, olía delicioso a talquito y aceite. Me puse de pie y me miré al espejo. Me veía muy gracioso usando solo un pañal. Fui por el chupete, lo saque de su empaque y me lo coloque en la boca. Estaba muy feliz y relajado. Me puse una playera ya que estaba haciendo un poco de frio, tenía mucha tarea que entregar el lunes y el domingo saldría con Laura así que tenía que terminarla hoy, me fui a mi escritorio y comencé a trabajar.

Me dio sed así que fui por un vaso de agua a la cocina, recordé que había comprado un vasito entrenador así que fui por él. Lo llené de agua y lo puse al lado de mi escritorio. Seguí haciendo la tarea y de repente me dieron ganas de hacer pis. Me levante para ir al baño, pero en ese momento me acorde del pañal. Podía orinarme en el, pero n estaba seguro. Me puse de pie para dejar salir la pipí, pero no podía hacerlo. Después de unos momentos me relaje y lo deje salir todo. La sensación fue increíble. Un chorro tibio se deslizo desde el frente de mi pañal hasta mis pompitas. Estaba húmedo y tibio. Me volví a sentar en la silla y continúe con mi tarea.

Después de unas horas me volvió a andar de la pipí así que fui por otro pañal, me cambie el pañal mojado y me puse uno limpio, lo volví a mojar demasiado rápido así que me volví a cambiar. Desde siempre he sido muy meón pues me gusta mucho tomar agua, llene mi vasito entrenador como cinco veces en el tiempo que estaba haciendo la tarea.

Llegó la noche y por fin había terminado mi tarea. Mi pañal estaba seco y yo estaba muy a gusto. Empezaba el frio y yo no tenía pijamas ya que en el pueblo dormía en ropa interior porque ahí siempre hacía mucho calor. Me tuve que poner un pants y un suéter porque me dio frio. Me puse a navegar por internet buscando más cosas abdl. Encontré algunas fotos de chicos y chicas de mi edad con pijamas infantiles de su talla. Me dieron muchas ganas de tener unas así.

Después de navegar me puse a ver una película. Me volví a hacer pis en mi pañal. Me lo quité y me metí a bañar. Me puse el champú y el jabón, me dieron ganas de ponerme jabón para bebés ya que huelen muy rico, pensé que la próxima vez que fuera a hacer compras podía comprar jabón y champú para bebés. Salí de bañarme y me sequé con mi toalla, también me dieron ganas de una toalla infantil, había visto unas en el supermercado con diseños lindos. Tal vez me compre esas también la próxima vez que vaya. Me acosté en la cama y me coloqué otro pañal, me puse mucho talquito y me lo cerré bien. Me puse el pants y el suéter y me tapé con mis cobijas. A la mitad de la noche me dieron ganas de hacer pipí como siempre. Dejé salir todo en mi pañal y seguí dormido. Me desperté temprano a la mañana siguiente, me quité el pañal y me limpié bien con toallitas húmedas. Hable por whatsapp con Laura y quedamos de vernos en un parque que ella conocía.


Parte 2

Me subí al metro y llegué a la estación que me había dicho. Salí y el parque estaba justo en frente. Me la encontré en una banca, ya estaba esperándome. Nos la pasamos conversando y caminando, yo estaba muy feliz de tener una amiga como Laura. Me enseñaba todo lo que sucedía en la ciudad, me ayudaba a escoger ropa y me llevaba a comer a los mejores lugares. Le gustaban los museos y cosas así. Pasaron las semanas y se me acabo la bolsa de pañales en una semana, después de eso no volví a comprar más pañales ni nada relacionado pues no tenía mucho tiempo, además que me daba miedo que alguien me descubriera. Pasaron los meses y ella y yo éramos muy unidos. También conocí a un chico muy agradable llamado Lucas, era mi amigo más cercano, con el quedaba al final de las clases para jugar futbol, era un chico muy estudioso e inteligente, pero también muy divertido.

Por fin llego el final de semestre y debíamos hacer un proyecto final en equipo, yo hice equipo con Lucas y con Laura les dije que podíamos ir a mi departamento a trabajarlo todo. Les dije que mis padres no estarían en casa ese fin de semana, el viernes no teníamos clases así que desde el jueves ellos irían a mi casa, se quedarían a dormir hasta el viernes para tener el trabajo terminado. Llegó el jueves y terminaban las clases, Lucas y yo fuimos a jugar futbol y Laura nos acompañó porque después de eso iríamos a mi casa. Nos subimos al metro y en veinte minutos ya estábamos en mi casa. Les di la bienvenida, les dije que se pusieran cómodos, que podían tomar lo que quisieran de la cocina pero que recogieran todo. Sacamos nuestras computadoras y nos pusimos a trabajar.

Después de un rato preparamos algo para comer, ya estábamos algo cansados así que nos pusimos a jugar videojuegos en nuestras laptops. Estuvimos así un par de horas hasta que llegó la hora de dormir. No había pensado en donde dormiríamos, mi cuarto era el único con cama el otro lo usaba como estudio. Ahí estaba mi escritorio y mi computadora, también mis libros y mis películas. Era el momento para confesarles que vivo solo, son buenos chicos y les tengo mucha confianza.

Después de jugar nos pusimos a ver una película, ahí les confesé todo, que he vivido solo desde que llegué, que no se los había dicho porque mis padres me advirtieron que podría ser peligroso, pero que confiaba en ellos y que por favor no se lo comentaran a nadie. Aceptaron y me dijeron que estaba bien, que si alguna vez me sentía solo podía ir a sus casas a comer o a lo que sea. Les agradecí por ser tan buenos amigos. Nos pusimos a ver la película. Le dije a Laura que ella podía dormir en mi cama y que Lucas y o dormiríamos en los sillones. Les pareció perfecta la idea así que pasada la media noche los tres nos fimos a dormir.

A la mañana siguiente desayunamos y nos bañamos. Lucas y Laura llevaban ropa para cambiarse. Terminamos el proyecto antes de la una de la tarde. Lucas se fue a su casa ya que tenía que ayudarle a su padre a arreglar su auto. Laura se quedó en mi casa, le dije que debía hacer las compras así que se ofreció a ayudarme. Nos fuimos caminando al supermercado ya que estaba cerca, en el camino seguimos conversando, Laura me recordó acerca de la primera vez que nos vimos en el supermercado, que llevaba pañales y cosas para bebés, que le había dicho que mi tía estaba con nosotros, pero que ayer les dije a Lucas y a ella que he vivido solo desde que llegue y que ningún familiar vive en la ciudad. No lo había pensado, no recordaba ese episodio, no sabía que hacer o que decirle en ese momento, me quede en blanco. Me puse rojo como tomate y ella se dio cuenta.

Le tuve que confesar la verdad, le dije que los había comprado para mí y que me gustaba usar cosas de bebés, que a veces en las tardes me los ponía pero que desde hace varios meses se me acabaron y no había vuelto a comprar más. Solo usaba mi chupete y vasito entrenador a veces. Me dio una sonrisa de ternura y me dijo que era muy lindo y que mi secreto estaba a salvo con ella. Me sentí muy aliviado y seguimos de camino al supermercado. Llegamos al supermercado y tomamos un carrito, saque mi lista y empezamos a buscar las cosas que estaban en mi lista. Terminamos de comprar las cosas y nos dirigíamos a pagar, Laura se desvió con el carrito y yo la seguí, llegamos al área de bebés, ella me pregunto de cuales pañales había comprado la última vez, me puse rojo como tomate por segunda vez en el día, le señale los pañales y ella tomó dos bolsas, también agarro toallitas y unos pañales entrenadores, que son como calzoncitos. Llevo más cosas como papillas, biberones y chupetes.

Yo estaba entre nervioso y emocionado. Nos dirigimos por fin a la caja y pagamos todo. Pedimos un taxi y nos dirigimos de vuelta a mi departamento. Llegamos y acomodamos las cosas, después Laura llevo los pañales y demás a mi recamara. Me dijo que me acostara en la cama que no dijera nada. Me desvistió completamente dejándome solo en calzoncillos. Yo tenía mucha vergüenza, sabía que me pondría pañales y no quería que me viera desnudo. Sacó un pañal de la bolsa, tomo el aceite y el talco. Me quito el calzoncillo, yo me tape mi pene con la mano, pero ella se rio y me la quitó con dulzura. Me levanto las piernas y me limpió mi colita con toallitas. Después extendió el pañal debajo de mis pompis y me unto aceite en toda la zona. Después me espolvoreo mucho talco, me bajo las piernas y me cerro las cintas de mi pañal.

Me ayudó a levantarme y me pregunto en donde estaba mi pijama. Le dije que no tenía pijamas que dormía con un pants común y cualquier playera. Me dijo que ella solucionaría eso después. Me puso mi playera y un pants y me dijo que prepararía la comida. Me dejó acostado en mi cama con un chupete en la boca y se fue a la cocina. Me llamo unos minutos después, en la mesa estaba preparada la comida, había un biberón lleno de leche y varios frascos de papilla, me los dio en la boquita mientras ella comía comida normal. Después de que terminamos me llevo al sillón y me dio un biberón con leche tibia mientras veíamos una película.

Cuando termino, me reviso mi pañal, yo no me había mojado, pero si tenía muchas ganas de hacer pis. Me dijo que podía hacerme en mi pañal y que ella me lo cambiaria ella. Deje salir toda la pipí, ella me sonrió y toco la parte de enfrente del pañal cuando este se estaba poniendo muy amarillo.

Cuando acabe me dijo que me esperara allí en el sillón, ella fue por los pañales y toallitas a mi habitación, me cambio con mucho amor el pañal. Así nos la pasamos viendo series y jugando videojuegos, hasta que llego la noche, me dieron muchas ganas de hacer popó. Me levante y ella me pregunto a donde iba, le respondí que al baño a hacer popó, pero ella me dijo que para eso estaba mi pañal, le dije que me daba pena, pero ella insistió. Por fin me ganó y deje salir toda la popó en mi pañal. Estaba repleto. Ella me cambio con ternura limpiándome bien mi pene y mis pompitas con toallitas, me puso cremita anti-rozaduras y un pañal limpio.

Llegó la noche y le pregunte si se iría a su casa, me dijo que pidió permiso para quedarse una noche más aquí, así que me podría tratar como su bebé toda la noche. Me dijo que era la hora del baño y que ella me bañaría. Me quitó la ropa y el pañal que ya estaba mojado otra vez, ella también se quitó la ropa pero se quedó en ropa interior, nos metimos a la regadera y con ternura me lavó el cabello y después el resto de mi cuerpo, yo me sentía muy bien como todo un bebé. Al terminar me dijo que me saliera y ella se terminó de bañar.

Después me seco muy bien y me puso un pañal limpio debajo del trasero, me puso mucho aceite, talquito y me cerró el pañal. Me volvió a poner la ropa y nos metimos a la cama. Dormí muy bien esa noche, oriné mi pañal a mitad de la noche, ella me puso un chupete, la verdad que me relajaba bastante.

[…]

A la mañana siguiente Laura me levantó con un beso en la frente. Me reviso mi pañal y me dijo que me lo cambiaria cuando termináramos de desayunar, preparamos el desayuno y comimos los dos, ella me volvió a preparar un biberón con leche y me lo dio en el sillón.

Me volví a hacer pis y ella me volvió a cambiar el pañal. Soy muy meón. Después me dijo que había un museo al que quería ir, le dije que estaba bien así que iríamos, me dijo que ella me cambiaria para salir. Fuimos a mi habitación y saco mi ropa del armario. También saco calzoncito entrenador del paquete que compramos el día anterior. Me quitó el pañal y me puso el pañal. Le dije que no pensaba salir con pañales a la calle. Ella me dijo que si, que ella me cuidaría, además que esos eran como calzoncillos y podía ir al baño si quería. Acepte y ella me puso el resto de mi ropa y mis zapatos. Ella también se vistió. Guardo un bote de talco y varios pañales en su bolso, también mi vasito entrenador con agua y un biberón con leche.

Salimos de mi departamento y nos dirigimos al metro, después de varias estaciones llegamos a nuestro destino. El museo era impresionante, había muchas salas de exhibición con muchas cosas interesantes. Estuvimos varias horas en el museo. Ella fue al baño y me dijo que aguardara ahí. Salió y me pregunto si yo tenía ganas de hacer pis, le dije que aún no. Seguimos recorriendo el museo y cuando terminamos de ver todo le dije que tenía ganas de ir al baño que me esperara. Me dijo que no que me hiciera en mi calzón entrenador que para eso lo tenía. Le dije que como me cambiaría el pañal, ella me dijo que en el baño de mujeres había un cambiador y que estaba casi siempre vacío el baño ya que había muy poquitas personas ahí. Me hice pis y nos fuimos al baño.

Ella me dijo que me acostara en el cambiador y me bajara el pantalón, lo hice sin replicar, ella me abrió los laterales del pañal que estaba completamente orinado. Me limpio con ternura y me hecho talco, me puso un calzoncito nuevo y me subió los pantalones. Salimos del baño sin que nadie nos viera y nos fuimos caminando al parque que estaba a un lado del museo.

Había muy poca gente ahí, compramos cosas para comer y nos fuimos a un lugar alejado debajo de un gran árbol. Nos sentamos y nos pusimos a comer, ella saco mi vasito entrenador y me lo dio para tomar jugo. No había nadie cerca por lo que tome el jugo con gusto. Terminamos de comer y me dieron muchas ganas de hacer popó, le dije eso a Laura y ella me dijo que podía hacerme encima y que ella me cambiaria.  Me costó un poco de trabajo, pero al final la naturaleza gano la batalla y deje salir toda la popó en mi pañal. Seguimos platicando y yo no le había dicho que ya me había hecho popó. De repente ella noto el aroma y me reviso el pañal.

-¿El nene ya se hizo popó en su pañal?

-Sip

-Yo te cambio.

Me bajo el pantalón y me acostó en el pasto, saco las cosas del bolso. Me abrió los laterales y me bajo la parte delantera del pañal descubriendo mi pene y toda la suciedad que se había embarrado en toda mi colita. Me limpio con muchas toallitas y quito el pañal sucio y lo hizo bolita. Me puso mucho aceite y talco, deslizo el pañal limpio debajo de mis pompis y subió la parte delantera. Cerró los laterales bel pañal y me volvió a poner el pantalón. Tiramos el pañal sucio en el bote de basura más cercano y nos dirigimos a casa.

[…]

En cuanto llegamos a casa ella me dijo que debía irse ya, mañana teníamos escuela y debíamos presentar el proyecto final. Nos despedimos y ella se fue a casa. Me sentía muy feliz por todo lo que había pasado ese día. Me puse a ver televisión y a cenar. Me cambié el pañal y me fui a dormir.

Me desperté temprano para ir a la escuela, desayuné y me vestí. Llegué a la escuela y entre al salón de clases, me encontré con Laura y Lucas. Todos en el salón estábamos muy nerviosos porque era la entrega del proyecto final. En esto se basaba toda la calificación del semestre. Pasaron las horas y uno a uno los equipos iban pasando con el profesor que revisaba los proyectos.

Laura Lucas y yo estábamos esperando nuestro turno. Lucas salió al baño y en ese momento Laura me metió la mano al pantalón en la parte de las pompis.

-Mi bebé no trae pañal, no se vaya a mojar el pantalón.

-Jaja, no yo se ir al baño ya soy niño grande.

-Está bien mi niño grande – y me dio un beso en la mejilla.

Llego Lucas y el profesor nos llamó a entregar el proyecto. Después de unos largos minutos de revisión, el profesor nos felicitó por nuestro proyecto, contentos esperamos al final de la clase y salimos de la escuela. Nos fuimos a nuestras casas, Laura quedo en quedarse a dormir en mi casa el siguiente viernes que era el último día de clases antes de vacaciones. Llegue a mi casa y espere con ansias que fuera viernes.

Por fin llego el viernes y Laura y yo fuimos a mi casa. Ella llevaba una bolsa de regalo grande, decía que era mi regalo de despedida ya que la próxima semana me regresaba a mi pueblo durante todas las vacaciones. Llegamos a mi casa y ella me llevo a mi habitación, me quito la ropa y saco unos pañales del armario. Me limpio dulcemente con toallitas, me puso aceitito y talco y un pañal limpio. Me puso un chupete en la boca y fue por la bolsa de regalo.

La abrió y saco una pijama de una sola pieza con estampados de dinosaurios. Mi rostro se ilumino, por fin tendría una pijama linda de dinosaurios, tenía botones entre las piernas y un cierre en la espalda, ella me lo puso con ternura.

Nos fuimos a la mesa para comer, ella me puso un babero de dinosaurios que también llevaba en la bolsa y me dio de comer en la boca. Terminamos y me preparo un biberón con lechita que me dio en el sillón, estaba tan a gusto que me quede dormido. Unas horas después desperté en el sillón tapado con una bonita cobija de dinosaurios, también me había hecho una cobija, era muy linda, me dieron ganas de hacer pis así que moje mi pañal con gusto. Laura estaba viendo la televisión y se dio cuenta que desperté.

-Buenos días dormilón, ¿Cómo durmió mi nene?

-Muy bien gracias.

-Ven para que te revise el pañalito.

Fui hacia ella, desabotono un par de broches que estaban en la parte posterior de la pijama que daban acceso al pañal, metió su dedo por mi entrepierna y toco el interior húmedo de mi pañal.

-Ya se mojó este bebé, acuéstate en el sillón para cambiarte.

Me acosté y ella desabotono los broches que estaban entre las piernas de mi pijama. Me retiro el pañal, me limpio bien, me puso talco y me puso un pañal limpio.

-Listo mi nene, ¿quieres más lechita?

-Si porfa

Me preparo otro biberón y me lo dio, seguimos viendo series hasta que llegó la hora de dormir.

Me llevo al baño y me quito la pijama y el pañal mojado, nos bañamos juntos de nuevo, me limpio muy bien mis partecitas y mi cabello, me seco completamente y me puso un pañal limpio, saco otra pijama de dinosaurios pero color naranja. Me metió a la cama y nos dormimos. Despertamos y yo tenía ganas de hacer popó, ella aún seguía dormida así que no la desperté, me hice popó y fui a preparar el desayuno.

Termine el desayuno y se lo lleve a la cama, ella se despertó y nos pusimos a desayunar en la cama, ella noto el olor a popó.

-¿El nene se hizo popó?

Yo solo me reí

-Ven para acá que te cambio.

Me quito la pijama y me dejo solo en pañal, me desabrocho las cintas y me bajo la parte delantera, me limpio bien mi colita y me puso un calzoncillo.

-Bueno mi nene creo que es todo, ponte tu ropa.

Hoy yo me iba al pueblo de regreso. Ordené todo el cuarto mientras ella se cambiaba de ropa. Salimos a la terminal de autobuses con mi maleta. Le deje una llave de mi departamento para que lo revisara de vez en cuando, teníamos un mes y medio de vacaciones. Nos dimos un largo beso de despedida, yo aborde el autobús directo al pueblo.

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