Chico jugando videojuegos usando pañal y chupete.

Mi primera vez

Chico jugando videojuegos usando pañal y chupete.
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Esta historia tiene contenido +18.

Índice


Parte 1

Les voy a contar la historia de mi primera vez, yo tenía dieciocho y ella diecinueve.

Iniciaban las vacaciones de semana santa y como cada año mi madre, mis tías, tíos y mis primos irían a una peregrinación que se celebra cada año, en donde tienen que caminar durante tres días seguidos (bueno, sí duermen en las noches) desde donde vivimos hasta una catedral que se encuentra como a cien kilómetros de aquí (y no estoy exagerando).

Como yo ya tenía dieciocho años recién cumplidos me sentía con la suficiente madurez para escoger mi propia religión, ya estaba aburrido de tener que ir todos los domingos a misa, cuando era más pequeño si me gustaba el catecismo y la primera comunión, hasta había sido monaguillo una temporada (afortunadamente nunca me tocó un cura abusivo, literalmente) pero en esos días yo ya me sentía empoderado, como que los dieciocho eran un número importante para la edad de un muchacho, yo ya me sentía todo un hombre, capaz de poder tomar sus propias decisiones y ser independiente, por lo cual tendría una charla con mi madre, de adulto a adulto, ese año yo no iría a la peregrinación, además que se me hacía sumamente cansado y aburrido, ya había hecho planes con mis amigos con varias semanas de antelación.

Se acercaba la fecha y mi empoderamiento se convertía cada vez más en nerviosismo, había trazado un plan perfecto para aprovechar al máximo los tres días en los que podría estar sin la supervisión de mi madre y de mi hermano mayor (el cual era más creyente que todas mis tías juntas, actualmente es sacerdote).

La peregrinación iniciaba el jueves a las 8:00 am, todas las personas saldrían de la parroquia local a esa hora, llegarían a la catedral el sábado en la noche. El domingo en la mañana se haría una misa y por la tarde regresarían para la parroquia local (ya no caminando si no en un autobús). Así que tendría para mí solo todo el jueves, viernes y sábado, el domingo aprovecharía para arreglar cualquier cosa que estuviera fuera de lugar, y que todo quedara perfecto, así mi madre se diera cuenta que soy un adulto perfectamente responsable y maduro.

Ya tenía todo el itinerario planeado, el jueves sería una noche entera de jugar videojuegos en línea, teníamos una campaña de COD la cual sería la primera de una nueva expansión que saldría ese mismo día, después pasaríamos a una partida clasificatoria de Fortnite que se organiza para clasificar al torneo nacional, esa es la última partida de la clasificatoria y si o si tenemos que ganar o nos quedamos sin torneo nacional y por ende sin mundial, y, cuando acabáramos tal vez nos relajaríamos en nuestro servidor de Minecraft que teníamos desde hace como cinco años y al cual regresábamos frecuentemente solo para descansar. Sería una noche y madrugada completa de videojuegos, que si me lo preguntan, lo prefería mil veces más que medio dormir en una tienda de campaña dentro de una parroquia de quien sabe que pueblo.

El viernes era el gran día, el hermano de Julián (quien es mi mejor amigo) iba a hacer una fiesta de open house pues recién se había salido de casa de sus padres y por fin vivía solo (bueno en realidad con su novia), para mí el hermano de Julián era como un héroe pues tenía una novia guapa, tocaba la guitarra como un dios y ya vivía en su propia casa, como yo soy mejor amigo de Julián desde que íbamos a la primaria, su hermano (que es ocho años mayor que nosotros) me conoce desde hace mucho y me invito personalmente a la fiesta de open house, dijo que abría alcohol, marihuana y chicas, el sueño de todo chico sin supervisión paterna. Yo ya había probado el alcohol antes, pero muy poco, realmente nunca había tomado en serio pues me daba mucho miedo llegar a mi casa oliendo a alcohol y que mi madre me descubriera, esta sería la primera vez que me pondría borracho, como no iba a estar mi madre no había nadie que me descubriera, además el hermano de Julián nos dijo que nos podíamos quedar en su casa cuando terminara la fiesta para no tener que regresarnos en la noche, ya que su nueva casa no quedaba tan cerca de la colonia en donde vivíamos nosotros.

El sábado en la mañana nos curaríamos la cruda y por la tarde íbamos a ir al cine con una compañeras de la escuela, Julián había invitado a una chica a salir y por milagro del cielo le habían dicho que sí, pero la chica no quería ir sola, le dijo a Julián que si podía ir también su amiga y el pobre no tuvo más remedio que aceptar, pero pensó rápido y le dijo que el también llevaría a un amigo, así no se sentiría tan incomodo y yo podría distraer a la amiga mientras el intentaba ligarse a su chica, a mí la amiga realmente no me gustaba pero tampoco me desagradaba, era linda y callada, a diferencia del ligue de Julián que era la chica más escandalosa de todo el salón, no sé cómo dos personas tan diferentes podían ser mejores amigas.

Regresando de la cita de Julián iríamos con otro de nuestros amigos a una tocada de su banda en una cafetería cerca de donde vivimos, ahí también podríamos tomar alcohol y hasta ligar.

Y el domingo como ya había dicho, lo aprovecharía para curarme la cruda en mi casa, y estar lo más presentable para que mi madre no sospeche nada. Llevamos semanas planeando este fin de semana y no me lo perdería por nada y menos por una caminata de tres días para ir a la parroquia de la virgen de no sé dónde.

Llegó por fin el día marcado en mi calendario, el martes le diría a mi madre que no quería ir a la peregrinación y que me quedaría en casa, tendría todo ese día y el siguiente para convencerla, como todas mis tías y primos mayores iban a ir a la peregrinación (no tengo primos pequeños, el más chico es solo un año menor que yo) no había posibilidad de que me dejara en casa de algún familiar y arruinara mis planes del fin de semana, me había portado muy bien las últimas semanas, inclusive había mejorado mis calificaciones respecto al parcial anterior, había mantenido mi cuarto ordenado durante las semanas previas y no le había dado ningún disgusto a mi madre, había planeado esto con suficiente anticipación para ganar puntos y que mi madre no sospechara nada y además no tuviera pretextos para no dejarme quedarme solo en casa por tres días.

Después de desayunar y antes de que se fuera al trabajo le solté la bomba.
-Mamá este año no quiero ir a la peregrinación.
-¿Por qué no cariño?
-Porque me aburro mucho, me la paso mal, además quiero tener la libertad de tener mis propias creencias.
-¿Ósea que ya no crees en dios? -preguntó mi hermano desde el otro lado de la mesa

Sabía que mi hermano podría ser un punto en contra y convencería a mi madre de que tendría que ir obligatoriamente o si no mi alma se perdería en las llamas del infierno.

-No es eso -respondí rápidamente -Solo que quiero tener mis propias creencias y no creer en algo solo porque me lo están imponiendo, sino porque estoy de verdad convencido.

Mi madre y mi hermano se quedaron viendo el uno al otro durante unos segundos que a mí me parecieron horas. Pensé que mi jugada no había servido e iba a tener que recurrir a mi plan b que era fingir un esguince de tobillo justo un día antes para tener que quedarme en casa.

-Creo que todos tenemos derecho a elegir nuestra propia fe y no creer en algo por imposición, si es impuesta es una fé débil -me respondió mi hermano.

-Te has portado muy bien últimamente y tus calificaciones han mejorado bastante, creo que puedes no asistir a la peregrinación este año, pero lo de quedarte solo es algo que aún tengo que pensar.

Traté de ocultar mi rostro de alegría, aunque aún no estaba todo resuelto por lo menos la primera fase había sido exitosa, no pensé que sería tan sencillo, pero creo que jugué bien mis cartas.
El resto del día sucedió sin novedad y el miércoles cuando llegó mi madre del trabajo empezó a preparar sus cosas para la peregrinación, al parecer se le había olvidado ya el asunto de que me quedaría solo, pues no me había mencionado nada de que alguna tía o primo mayor se quedara en casa conmigo o de yo ir a la casa de alguien, así que el plan marchaba viento en popa.

-Mat ven un momento por favor – me llamó mi madre desde su recamara.
-Dime mamá en que te ayudo – respondí de la manera más educada y menos disimulada posible, no quería arruinar algo de último momento.
-Prepara tus cosas, te vas a quedar en casa de Elena en lo que nosotros vamos a la peregrinación.
-Pero…, pensé que podría quedarme en la casa -respondí controlando mi enojo, lo único peor que quedarme bajo supervisión adulta el fin de semana seria ir a la peregrinación.
-Pues pensaste mal, te vas a quedar en casa de Elena, hablé con ella ayer y está encantada, hace mucho que no te ve, además podrás estar con Marianita, recuerdo que esa niña te gustaba.
-No me gustaba -dije algo avergonzado -además no la veo desde que teníamos ocho años.


Parte 2

Tenía un plan de contingencia en caso de que algún primo mayor se fuera a quedar conmigo en mi casa el fin de semana, ese era el escenario con más posibilidades, podía decirles que, si en lugar de quedarse a cuidar a un adolescente de dieciocho años no preferían quedarse en su casa o salir con su pareja o amigos, yo no diría nada y ellos no dirían nada y así me podría deshacer de mi niñera sin mayor problema. Además, que tenía algunos ahorros que podía ocupar en caso de necesitar un soborno. Pero irme a quedar a casa de una amiga de mi madre que queda como a dos horas de aquí me arruinaba todos los planes, todos, hasta los de la noche de videojuegos pues no podría llevarme mi computadora ya que es enorme y pesada.

Estaba bastante triste, le conté a Julián lo sucedido y empezó a maldecir a todo el universo, en broma dijo que era mi castigo divino por no haber ido a la peregrinación, le dije que me quedaría en casa de Marianita, la niña gordita que iba con nosotros en la primaria y que estaba enamorada de mí y que dejamos de ver en cuarto grado porque sus padres se divorciaron y ella se fue a vivir con su madre a otro estado.

-¿En serio te vas a quedar en casa de Marianita durante cuatro días? -pregunto con más sorpresa que la burla que yo esperaba.
-Si wey, y ya deja de burlarte y ayúdame a pensar en un plan para poder escaparme -le dije con enojo, sabía que iban a empezar sus burlas sobre Marianita y yo.
-Hermano no es burla es envidia.
-Ya wey, no estoy para juegos, ahora me estoy planteando seriamente en ir a la peregrinación.
-Me doy cuenta de que no has visto como se puso Marianita ¿verdad? ¿Qué no la tienes en Instagram?
-No, no la tengo -para ese momento no sabía si seguía burlándose de mi o estaba hablando enserio.

Me paso la cuenta de Instagram de Marianita, reconocí inmediatamente su cara pero esa no era la niña a la que había dejado de ver en cuarto grado que siempre quería ir de la mano conmigo, esta era una mujer en todo el sentido de la palabra. Una ninfa, una diosa.

No sé porque pasa, pero pasa. Julián y yo nos vemos más o menos igual desde hace algunos años, sí, somo más altos que en ese entonces, pero no somos realmente altos para nuestra edad, incluso hay niñas en nuestro salón que son un poco más altas que nosotros. ¿Cómo es que Marianita cambió tanto desde la primaria? Era una niña gordita, con una cara simpática y cabello que siempre olía a shampoo de manzana, sin embargo, no era de las niñas guapas del salón, a mí en ese entonces me gustaba Sonia, pero ella no le hacía caso a ningún niño (a todos nos gustaba Sonia), pero yo le gustaba a Marianita, la gordita del salón, vaya suerte.

¿Mariana se acordaría de mi todavía? Seguro que no, seguramente ya tenía un novio mayor, como la mayoría de las guapas de mi salón que sus novios ya van en universidad o ya trabajan, hasta las recogen en carro o en moto después de la escuela. Seguro que Mariana ahora pertenencia a ese mundo, de las chicas guapas que ya no le hacen caso a los de su edad, ella estaba en otra liga, pero, yo me quedaría en su casa durante tres días.

Decidí hacer un poco de investigación y la busqué en sus redes sociales, la primera fue Instagram gracias a Julián, no tengo idea de cómo obtuvo su cuenta, pero esa es la ventaja de tener un amigo que agrega a sus redes a todas las mujeres que conoce. Me di cuenta de que tenía un montón de seguidores, pero ella seguía a muy poca gente, no tenía fotos con alguna persona que pudiera ser su pareja, la mayoría de sus fotos eran ella sola o con su familia. Yo ya sabía que sus padres eran separados, aunque por lo visto aun ve a su padre pues tiene varias fotos con él, también descubrí que tiene otros tres hermanos, pero muy pequeños, uno de unos cuatro o cinco años y unos gemelos de no más de tres años. Vi que tenía varias fotos e historias en sets como de fotografía o de grabación como de comerciales o películas, pero detrás de cámaras, pensé que ella era actriz o modelo, lo cual tiene mucho sentido pues es muy guapa, pero después viendo más me di cuenta de que en realidad son sus hermanitos los que trabajan de eso (es muy raro pensar que un niño de menos de cinco años tenga trabajo y yo no jaja) y salen en comerciales de pañales y cosas de ese tipo.
Su casa es muy bonita y grande, se ve que a sus hermanitos les va bastante bien. Quien sabe porque ella no trabaje también de eso, tal vez no le gusta.

Esa noche me masturbe viendo fotos de Mariana (el nombre de Marianita ya no le quedaba a esa mujer) era muy guapa, no tenía muchas fotos en ropa interior o traje de baño, solo algunas cuando estaba en una alberca o en la playa, pero la mente de los hombres adolescentes (y realmente a cualquier edad) es muy poderosa para poder recrear fantasías con cualquier persona que se imagine, conozco a chicos de mi salón que tienen fantasías hasta con personajes de videojuegos o caricaturas y no necesariamente humanos.

A la mañana siguiente nos levantamos muy temprano pues la casa de Mariana queda como a dos horas de la nuestra y aun tenían que llegar a la parroquia después de dejarme, mi madre se sorprendió mucho de que ya no me hubiera quejado por no quedarme solo en casa, y me dijo que tal vez si era ya muy maduro y que si me portaba bien y no daba problemas con Elena podría quedarme solo si decidía no ir a la peregrinación de diciembre.

Llegamos en el auto a una casa muy bonita, era más grande que la nuestra, estaba subiendo un cerro a las afueras de la ciudad. Mi madre le mandó un mensaje a su amiga y a los pocos segundos Elena salió a recibirnos, saludó muy efusivamente a mi madre (tal cual lo recuerdo desde que era niño) y se pasó con mi hermano y lo alabo diciendo que se había puesto muy grande y guapo, al llegar conmigo me abrazo y me besó y dijo que yo era igualito a la última vez que me vio, eso me ofendió un poco pues yo quería que me dijera que también estaba guapo y grande como mi hermano.

Invitó a mi madre a entrar, pero esta le dijo que ya llevaban prisa, que tenían que estar en la parroquia en menos de una hora, pero que el domingo que viniera a recogerme con gusto se quedaba a comer y tomar un café, bajé mi maleta del auto y entré a la casa de la mano de Elena lo cual me hizo sentir algo infantil.

Entrando estaba el recibidor y a la derecha inmediatamente una oficina con un escritorio, computadora, un librero y otras cosas más de oficina, después estaba la sala que era enorme, tenía una mesa larga con unas ocho sillas, en frente, un enorme sillón y algunos floreros, toda la pared de la sala eran ventanales que daban al patio trasero en donde había columpios, brincolín, resbaladilla y más juegos para niños, también una alberca que se encontraba cubierta con una lona azul.

A un lado estaba la cocina separada por una barra en la que había tres sillitas altas para bebés u una mesa más pequeña con algunas sillas, y demás cosas de cocina, la estufa, alacena, microondas, etc.

Elena me dijo que todos estaban dormidos y que me llevaría a la habitación de huéspedes que sería mi habitación por ese fin de semana para que acomodara mis cosas en lo que se levantaban los demás.

Subimos las escaleras y abrió la primera puerta de la derecha, era una recamara común, un poco más grande que la mía, tenía una cama matrimonial, un armario, dos buros, un espejo de piso a techo y una pantalla. Me dijo que podía usar el armario y los cajones para dejar mis cosas y si quería podía dormir otro rato, eran casi las 7:00 am y yo tenía sueño pues habíamos salido de la casa a las 5:00am, me dijo que a las 8:30 podía bajar para el desayuno, que durmiera un poco o podía ver la tele.

Dejé mi maleta en el suelo y me acosté en la cama, era bastante cómoda, abrí el armario y algunos cajones tenían toallas limpias, sabanas y cobijas, en los que estaban vacíos acomode mi ropa y demás cosas. Me metí a la cama y me quedé dormido después de unos minutos.


Parte 3

Desperté con el ruido de fondo, se escuchaban risas y gritos y gente corriendo, vi la hora en mi teléfono y eran las 8:40, salí de la cama y me puse los zapatos, abrí la puerta y me encontré de frente con Marianita, en persona era aún más linda que en las fotos, estaba usando un pijama rosa con blanco y unas sandalias rojas, su cabello se veía perfecto y su sonrisa era la misma que hace diez años, estaba cargando a uno de sus hermanitos quien tenía una pijama azul de una sola pieza y un chupón color verde agua se movía es su boca, su cabello era rizado y dorado, era el típico niño perfecto de comercial de familia perfecta.

-Hola Mati, ya está el desayuno, puedes bajar a comer -me dijo como si no hubieran pasado años desde la última vez que nos vimos.

Yo estaba muy nervioso y no alcance a responder nada, solo me quedé ahí con mi boca abierta, ella se dio la vuelta y camino por el pasillo hasta bajar por las escaleras, su cuerpo era perfecto, era mejor que el de la niña más guapa de mi escuela, era claramente más alta que yo pese a que teníamos la misma edad (aunque yo cumplo años en diciembre y según recuerdo ella en febrero, así que podría decirse que era casi un año mayor que yo). Maldita pubertad, a algunos los hace tener un cuerpo de Hollywood y a otros solo nos saca granos y nos pone la voz chistosa.

Después de salir del trance baje las escaleras, llegué a la cocina en donde los dos niños gemelos estaban sujetos en sus respectivas sillas, una mujer a la que no había visto cuando llegue estaba preparando la comida en la estufa y Elena estaba llenando un vasito entrenador y dos biberones con leche.

-Mariana ya te dije que no le des el chupón a Luca, ya tiene cuatro años, tiene que dejarlo -le dijo Elena mientras Mariana subía al niño a la tercera silla y ambos se sonreían con complicidad.

Elena me dijo que me sentara, la otra mujer nos sirvió el desayuno a Elena, Mariana y a mí, y después colocó un plato frente a Luca que era el niño más grande, al dejarlo se sentó enfrente de ambas sillas altas y comenzó a dar de comer en la boca a los gemelos.

Mariana estaba ayudando a comer a Luca mientras ella misma comía, jugaba con él y se reían, claramente era su hermano favorito, o por lo menos eso parecía.

Terminamos de desayunar y Elena se fue para su oficina, le dijo a Olivia (que es la señora que estaba ahí y al parecer es la empleada que trabaja en esa casa) que cambiara a los niños, Olivia quitó de la sillita a los gemelos y Mariana sacó a Luca de su silla, me dijo que la acompañara a vestir a Luca y a los gemelos.

Subimos las escaleras y Olivia entró a la habitación que estaba enfrente de la mía junto con ambos niños, Mariana y yo entramos en la de aun lado con Luca, la recamara del niño era muy bonita, era toda azul en diferentes tonos, con una cama individual con unos pequeños barrotes, no como una cuna si no como una pequeña barrera, había una alfombra enorme con el dibujo de una ciudad con sus carreteras, un armario y un montón de juguetes perfectamente ordenados en repisas bajas.

Mariana le quitó la pijama y le coloco el chupón verde agua, el mismo que su madre le había regañado por dárselo hace un momento, el niño estaba muy entretenido con un carro de juguete mientras Mariana le quitaba la pijama, mientras lo hacía, se puso a platicar conmigo, me preguntó que si seguía viviendo en el mismo lugar, que como me iba en la escuela y cosas así, yo entré ya más en confianza y le preguntaba cosas parecidas a lo que ella me preguntaba a mí, yo quería saber si tenía novio o pretendiente pero no quería ser tan obvio, así que me guardé esas preguntas.

Mariana siguió cambiando al niño y cuando le quito la pijama fue al armario a buscar su ropa, el niño se quedó únicamente en ropa interior pero me di cuenta que no era ropa interior normal, era como un pañal pero en forma de calzoncito con dibujos infantiles, pensé que era bastante mayor para usar pañales, pues hablaba con normalidad y a excepción del chupón no era un bebé, seguro que iba en el kínder pero tal vez ya en el último año justo para entrar a la primaria como el hermano menor de Julián. Recordé por los comerciales en la televisión que esos calzoncitos desechables realmente son para los niños que están aprendiendo a ir al baño o que mojan la cama, pues Mariana le quitó el pañal, que claramente estaba lleno de orines y después de limpiarlo con toallitas húmedas le colocó un calzoncito normal, con dibujos de animales, le puso una playera gris y un short verde y le calzó unas sandalias rojas como las de ella, pero mucho más pequeñas.

-¿Puedes quedarte aquí jugando con Luca en lo que me baño Mati?

Por supuesto que le respondí que sí, yo tenía que quedar bien con esta chica, aunque moría de ganas de que me inviara a bañarme con ella, sabía que eso era algo que no iba a suceder, la vida real no es como en las películas porno.

Salió de la habitación y yo me quedé con el niño, era muy dulce y gracioso, sacó unos autos y nos pusimos a avanzarlos por el tapete de ciudad que estaba en medio de la habitación, recuerdo que yo le pedía a mi madre uno así cuando era chico, pero nunca me lo compraron, aunque este era mucho más grande que cualquiera que yo hubiera visto antes.

Seguimos jugando y perdí la noción del tiempo, desde hace mucho que no jugaba con juguetes, lo único que solía jugar era futbol y videojuegos, ya ni siquiera jugaba juegos de mesa, o alguna otra cosa, estaba tan metido en el juego, que Luca y yo ya estábamos de panza sobre el tapate moviendo los carritos, cuando escuché a Mariana desde la puerta de la habitación.

-Que lindos mis niños jugando -mientras toaba una foto con su teléfono.

Yo me levante como resorte en cuanto la vi, me daba bastante vergüenza que me viera así, yo quería proyectar un aura de hombre maduro, no de niño que juega con cochecitos con un niño de cuatro años.

Mariana se río un poco y tomó al niño de la mano, me dijo que saliéramos al jardín, Luca se llevó el carrito con el que estaba jugando y a mí me dio el otro, lo tomé por educación pero con mucha vergüenza.

Salimos al jardín y ahí se encontraba Olivia con los gemelos que estaban corriendo por los juegos, Luca se les unió y me dijo que fuera a jugar con ellos, pero le respondí que en un momento más iba con él. Mariana se recostó en un camastro del jardín y yo me senté en el camastro de al lado. Ella sacó un libro y se puso a leer, yo a un no entiendo a las personas que leen por gusto, a mí me cuesta mucho trabajo leer lo que nos dejan en la escuela, y si hay que hacer un reporte del libro mejor me busco un resumen en internet y pongo a la inteligencia artificial que me escriba un ensayo de eso, los maestros nunca se han dado cuenta de que no leo nada de lo que mandan. Quise seguir platicando con ella, pero casi no me respondía porque estaba metida en su libro, saqué mi teléfono para perder un poco el tiempo cuando gracias a dios recibí un mensaje de Julián.

J: Oye dime como te va. Si estas en casa de Mariana “mamasita” Aguilar.
M: Si aquí estoy, su casa está de huevos, hasta tienen alberca y todo.
J: No mames, tienes que aplicarte y nadar con ella, por lo menos unos besos o un faje, acuérdate que en la primaria ella estaba enamorada de ti, y tú siempre la rechazabas.
M: No traigo traje de baño y no creo poder sacarle ni un beso, definitivamente no está en la misma liga que nosotros hermano.
J: Te odio, lo que daría por estar con ella, aunque sea diez minutos y tu estarás cuatro días, agárrate tus huevitos y se un hombre, una mujer como esa muy pocas veces en la vida va a estar tan cerca de ti.

Seguimos hablando de tonterías y de cómo no iba a poder jugar en el torneo de Fortnite de esa noche, le dije que buscara a un remplazo para el squad o tendrían que jugar a tres contra cuatro, y aunque la verdad el equipo era muy bueno (habíamos ganado ya varios torneos regionales) sería una enorme desventaja para cuando les tocara contra los equipos más competitivos.

Mariana seguía leyendo y Luca me pidió de nuevo que fuera a jugar con él, como no se veía intención de Mariana de hablar conmigo me levante del camastro y me fui con el niño, me llevó a un cajón de arena en donde había varias máquinas de construcción de juguete, los gemelos jugaban ahí pero como eran muy pequeños realmente solo estaban golpeando la arena con los juguetes, Luca si estaba queriendo jugar de verdad y usaba las máquinas de manera correcta, con la mano de chango echaba arena al camión de volteo que luego avanzaba y llevaba la arena a otro lado del cajón. Me uní a su juego y me divertí mucho, yo manejaba la mano de chango y llenaba su camión de volteo, hasta hacíamos los sonidos que hacen los camiones, cuando el camión estaba lleno él lo avanzaba a otro sitio y echaba la arena, después regresaba con el camión y continuábamos el juego, mientras, los gemelos se atravesaban o aventaban los camiones. Pasó como una hora u hora y media y Mariana se acercó al cajón de arena en donde ya solo estábamos Luca y yo pues Olivia se había llevado a los gemelos a los columpios, al principio yo me había quedado en la orilla del cajón tratando de no llenarme la ropa de arena pero en algún momento, no me di cuenta y ya estaba con pies y manos dentro del cajón, Mariana nos llevó agua, a Luca en un vaso con dibujos de dinosaurios con una con boquilla y a mí en un vaso normal, acepte el agua pues tenía sed, le di las gracias y le regresé e vaso, lo mismo que hizo Luca, pensé que me la iba a pasar el fin de semana con Mariana, la chica de mi edad, pero al parecer un niño de cuatro años que usa pañales para dormir, era ahora mi mejor amigo.

Olivia nos llamó para comer, Mariana sacó a Luca del arenero y lo empezó a sacudir para quitarle toda la arena que traía hasta en el cabello, yo no estaba en un mejor estado. Le quitó el pantalón a Luca que era la parte en donde más arena tenía y lo dejo descalzo y en calzoncillos, me dijo que yo hiciera lo mismo ya que iba a llenar la sala con arena si entraba así. Intente sacudir lo más que pude mi pantalón, pero la arena húmeda estaba totalmente adherida a este y mis tenis también se encontraban repletos, hasta mis calcetines estaban totalmente empanizados, La mirada de Mariana y el tono en el que me volvió a decir que me quitara los tenis, calcetines y pantalón no me dejaron opción a discutir, además que yo era el invitado y no tenía que dar problemas o mi madre no me dejaría volver a faltar a otra peregrinación. Con mucha vergüenza me quite el pantalón quedando solamente en calzoncillo, primero me dio vergüenza pero luego se me ocurrió que tal vez así podría parecerle atractivo a Mariana, ya sabes, a esas edad uno piensa solo en sexo, al pensar en Mariana y en mí solo en ropa interior tuve una erección, los hombres saben que una erección no es tan complicada de esconder cuando usas pantalones, pero estando solo en ropa interior es casi imposible, tenía mis tenis y calcetines en una mano y el pantalón en la otra, me cubrí la parte delantera con el pantalón y subí rápidamente a mi habitación detrás de Luca y Mariana.

Tenía ganas de masturbarme en la habitación, pero nos estaban llamando a comer, rápidamente me puse otro pantalón y otros tenis que afortunadamente llevaba, Mariana me dijo que echara mi ropa con arena a una bolsa que me dio y la bajara para que Olivia la lavara más al rato.

Nos sentamos a la mesa más o menos con el mismo ritual que en la mañana, pero casi al iniciar una llamada telefónica interrumpió a Elena quien se ausento toda la comida, casi cuando habíamos acabado entro de nuevo al comedor y se sentó con nosotros.

-Mariana, la grabación de los niños se adelantó dos semanas, me acaba de hablar el agente, tenemos que salir hoy en la noche para Miami, Olivia se va conmigo para ayudarme con los, tú te quedas aquí gemelos como ya habíamos quedado, te quedas con Matías.

A Mariana no pareció sorprenderle la noticia, solo asintió y siguió comiendo y jugando con Luca y los gemelos, al parecer eso ya estaba planeado y en esa casa un viaje repentino a Miami era cosa de todos los días.

-Matías, cielo, voy a tener que ausentarme, te quedas con Mariana este fin de semana ¿vale? No le diremos nada a tu mamá, yo llego el domingo, ya ves cómo es y si se entera de que dejé a su nene solo, se va a preocupar mucho.

Quise responder algo a eso, pero era la verdad, mi madre se preocupaba por todo, las cosas estaban yendo bastante bien, me podría quedar solo con Mariana durante todo el fin de semana, tendría que jugar bien mis cartas si quería lograr algo con ella, esta era una de esas oportunidades que solo se tienen una vez en la vida.


Parte 4

Después de comer Elena y Olivia empezaron a empacar unas enormes maletas, Mariana y yo estábamos en la habitación de Luca preparando su maleta, ahí me contó que los tres niños habían hecho un casting hace meses para una serie que se grabaría en Miami, hace dos semana les habían avisado que se habían quedado en el casting y que la filmación iniciaba a finales de ese mes, pero que por alguna razón les habían adelantado la fecha para ese fin de semana, dice que eso no es nada nuevo, que las productoras lo suelen hacer todo el tiempo.

Mariana empacó la ropa de Luca con mucha delicadeza, también empaco sus pañales entrenadores, unos muñecos de peluche y algunos juguetes, al final colocó un chupón rojo y le dijo que no le dijera a mamá, que era su secreto. Llevó la maleta a la entrada de la puerta y menos de una hora después una camioneta se estacionó enfrente de la casa, el chofer subió todas las maletas, acomodaron las sillas para auto de los tres niños en la fila de hasta atrás y por ultimo las dos mujeres abordaron.

-Te hablo antes de subir al avión y cuando aterricemos.
-Si mamá, con cuidado – dijo mientras le daba un beso
-Hasta luego pequeñines -les dijo a los gemelos mientras los besaba
-Te llamaré todas las noches principito – le dijo a Luca mientras se despedían con un abrazo.

La camioneta se perdió dando vuelta en la calle, Mariana se metió a la casa y yo entre tras ella.

-¿Qué quieres hacer? -Me pregunto mientras se echaba en el sillón de la sala y encendía la pantalla, ¿Te gustan los videojuegos?
-Si me gustan, me encantan en realidad -respondí sin estar seguro a que se refería
-Cambió de canal a la pantalla y se abrió el menú de Xbox, de un lado del sillón abrió un compartimiento que se disimulaba con el resto de los cojines y sacó dos controles. -¿A qué quieres jugar?
-¿Qué juegos tienes? -pregunté
-Pues tengo el gamepass podemos jugar al juego que quieras, a mí me gusta FIFA ¿Y a ti?
-Soy el mejor en FIFA -Respondí levantándome el cuello
-Lo dudo mucho niño, pero está bien jugaremos FIFA, pero hagamos esto, el que pierda recibe un castigo.
-¿Qué sea de prendas? -me aventuré a responder, esto se estaba poniendo muy bien.
-Eres un pícaro, pero acepto, será por tiempos, quien pierda el primer tiempo recibe castigo, quien pierda el segundo recibe castigo y quien pierda el partido en total doble castigo, si hay empate nadie recibe castigo ¿te parece?
-Me parece perfecto.

No es por presumir, pero el FIFA es uno de los juegos que mejor se me da, ninguno de mis amigos suele ganarme, y hasta he ganado algo de dinero cuando jugamos partidas con apuestas.

Empezamos el primer partido, pensé en darle algo de oportunidad para no derrotarla con goleada, pero en el primer minuto me di cuenta de que no era tan mala como pensé, empatamos hasta el minuto 40 pero cometí una falta en el área, y al cobrar el penalti ella ganó el primer tiempo.

-Suerte de principiantes -dije nervioso sabiendo que me tocaría castigo, aunque al ser una prenda podía quitarme un zapato solamente.
-Muy bien, dejaré que mantengas tu dignidad, si ganas el segundo tiempo se anula el castigo para ambos ¿vale?
-Es una jugada astuta, sabes que fue suerte, está bien juguemos -le dije agarrando más confianza para no perder el segundo tiempo.

Empezó a hacer calor y ella se quitó los zapatos y calcetines, yo hice lo mismo para poder subir mis pies al sillón y estar más cómodo como ella, metí un gol, empatando el partido, pero casi en el último minuto ella metió un gol más y terminamos el partido 2-1.

Mi plan de ver en ropa interior a Mariana se iba desvaneciendo, ahora yo tenía que quitarme cuatro prendas, pero bueno, tenía la salvación de ambos zapatos y calcetines.

-Bueno, ya me quité los zapatos y los calcetines, así que ahí van mis cuatro prendas -dije nervioso

-Nada, esos te los quitaste antes de terminar el partido, vamos como estas ahorita, y si no cuento mal, solo tienes tres prendas encima. -dijo con una maliciosa sonrisa.

-No es justo, exijo doble o nada -dije tratando de sonar seguro.
-Seré buena anfitriona y no te quitaré ninguna prenda, al contrario, te voy a dar una prenda extra.

No entendí a que se refería, subió las escaleras y yo me quedé esperando muy nervioso, estaba enojado por haber perdido, pues yo nunca pierdo, y además contra una niña. Vi la hora en mi teléfono y tenía un mensaje de Julián, decía que no habían conseguido a nadie para remplazarme en el torneo de Fortnite, pero se me ocurrió que podía jugar con el Xbox de Mariana, aunque yo estaba más acostumbrado a jugar en PC también era un buen jugador de consola, le dije a Julián que no se preocupara, que podría jugar esa noche sin mayor problema.

Mariana bajó con una sonrisa traviesa en el rostro y se echó al sillón bastante cerca de mí, lo cual me puso muy nervioso, me dijo que cerrara los ojos, lo hice y sentí como metió algo suave y pequeño en mi boca, inmediatamente abrí los ojos y vi que era un chupón como el de Luca. Me lo quité, pero ella volvió a meterlo.

-Se un hombre y acepta el castigo, son cuatro prendas fuera o usar el chupón todo el siguiente partido.

-Está bien -die resignado intentando que el chupón no se me cayera de la boca.

Mariana sacó un lazo y sujetó el chupón a mi playera.

-Para que no lo pierdas, -dijo riendo -te ves hermoso con tu chupón.

Trate de ignorar lo último que dijo, aunque ciertamente era un cumplido, puso el siguiente partido, esta vez no iba a tener consideraciones, iba a ganar sí o sí. Perdí. El primer tiempo empatamos igual que el segundo, en tiempo extra le metí un gol, pero ella empató casi inmediatamente, al final en la ronda de penales ella me ganó.

-Pues son dos prendas las que me debes, si te quitas el chupón te cobraré las tres que me quedaste a deber, o si te lo dejas te perdono estas dos que acabas de perder.

Ya hasta se me había olvidado de que tenía el chupón en la boca.
-Me quedo el chupón, dije sin quitármelo completamente, pero solo una partida más.
-Ya no quiero jugar más, ¿no quieres hacer otra cosa? Te puedo dar un recorrido por la casa -Dijo levantándose del sillón.

Yo quería la revancha, pero no podía seguir perdiendo de esa manera.
-Está bien, vamos -le dije aun con el chupón.

Me enseño la cocina en donde había una puerta que llevaba a otro cuarto pequeño que era la alacena, ahí había repisas con un montón de comida y otras cosas, lo que más resaltaba era la cantidad de comida para bebés, galletas, cereales, agua, jugos y un montón de comida de distintos tipos toda para bebé, además de toda la comida normal que había. Mariana me conto que, al hacer los comerciales, las marcas les mandaban un montón de cajas con los productos. Tomó dos de las papillas de la alacena, no eran las que yo conocía que estaban en frasco, eran más bien unas bolsitas con una tapadera grade hasta arriba, me dio una y abrió la otra y la empezó a comer. Vi la mía que era sabor pera, me quité el chupón y también me la comí, sabia deliciosa.

-Me encantan estas cosas, creo que soy la que más se las come en esta casa, nunca se acaban, nos llega una caja cada mes. -Me dijo mientras salíamos de la cocina.

Subimos las escaleras y me enseño el baño que tenía una enorme tina, el cuarto de los gemelos, que era parecido al de Luca, pero este si tenía una cuna enorme, pues ahí ponían a ambos niños, era como del tamaño de una cama individual, tenía también un mueble cambiador para cambiar pañales, un armario y muchos juguetes infantiles. Los muebles eran del doble del tamaño normal pues los usaban para dos niños a la vez.
Después me enseño el cuarto de su madre que era del doble de grande que los demás, se saltó su cuarto con el pretexto de que estaba muy desordenado y por último me enseñó la bodega, estaba llena de cosas y cajas, todo perfectamente ordenado, pero lo que más había eran cajas y cajas de pañales todos de diferentes marcas, diseños y tamaños, también muchos biberones, chupones, vasitos entrenadores y más artículos para bebés, sin duda podrían abrir una tienda de artículos para bebé. Toda tenía el mismo origen que las papillas, las marcas de los comerciales en los que salía los niños les mandaban sus productos, incluso algunos que aún no salían al mercado se los enviaban para dar su opinión.

Me termine la papilla de pera y Mariana me volvió a colocar el chupón, dijo que el castigo aún no terminaba, ya se estaba haciendo de noche, el torneo iniciaba en tres horas y tenía que pedirle que me dejara usar su Xbox para jugar. Me daba mucha pena pedírselo, pero después de meditarlo por unos minutos lo hice.

-Mariana, en la noche tengo un juego de Fortnite muy importante, es una partida clasificatoria para un torneo nacional, quería saber si me dejarías usar tu Xbox a las ocho para jugar la partida. -le dije después de sacarme el chupón de la boca.

-¿Si te lo presto que obtengo yo a cambio? -Preguntó poniéndome el chupón de nuevo en la boca.
-No sé, dime que es lo que quieres.
-Vas a usar ese chupón durante todo el fin de semana.

Esta partida era muy importante, era nuestro pase para el toreo nacional que, si quedábamos en buen lugar, nos daría pase para el mundial.

-Trato hecho.


Parte 5

Ya me estaba gustando el chupón, así que no me pareció mal trato, la partida de Fortnite fue difícil y más porque no estaba en mi computadora y en mi silla, aun así, logramos ganar, fue una gran celebración, hasta Mariana me dio un abrazo de felicitación, sentí sus hermosos y perfectos pechos chocar conta mí, fue hermoso, tuve una descomunal erección que afortunadamente pude disimular.

-Bueno nene, es hora de cenar.

Fuimos a la cocina y cenamos wafles con mantequilla y otra papilla, esta vez me dio una de guayaba que sabia incluso mejor que la de pera. Afortunadamente tenía permitido quitarme el chupón para comer.

-Hora del baño, puedes usar el baño del cuarto de Luca o el de los gemelos, el baño de tu habitación esta en reparación.

Saqué mi pijama y mi ropa interior de mi habitación y me fui a la habitación de Luca que era la que ya conocía y me daba más confianza, La tina de ahí era suficientemente grande para una persona adulta, le pregunté a Mariana que si me podía bañar en la tina en lugar de la regadera y me dijo que sí, me ayudo a poner el agua a la temperatura y hasta me pregunto si necesitaba ayuda para bañarme, yo no sabía si estaba haciéndome una broma o era enserio pero le dije que no, aunque ahora que lo pienso la respuesta correcta era sí, pero yo en ese momento estaba muy nervioso, ella cerró la puerta y me quedé dándome un delicioso baño en la tina. No había jabón o shampoo normal, solo había gel de baño y shampoo para niños, así que tuve que usar ese, tampoco había papel de baño para limpiarse, pero había montones de paquetes de toallitas húmedas, así que tuve que limpiarme con eso ya que antes de bañarme tuve que hacer popó, limpiarse con toallitas húmedas en lugar de hacerlo con papel de baño es algo muy refrescante y hasta quedas mucho más limpio.

Terminé de bañarme y olía completamente a bebé, pero no me importaba, estaba muy feliz de haber ganado la clasificatoria y de estar con una chica muy guapa durante todo el fin de semana, aunque significara tener que usar chupón durante tres días.

Me sequé todo el cuerpo con una toalla con dibujos infantiles, que eran las únicas que había en ese baño, olvidé llevar una de las blancas que había en mi habitación, me puse el calzoncillo y la pijama, y salí de la habitación de Luca y entré a la mía.

Revisé mi teléfono y ahí estaba Julián preguntándome como iba con mi misión de llegar a segunda base con Mariana, decidí no contestarle porque ni yo sabía que es lo que podía lograr ese fin de semana.

Mariana me preguntó si quería ver una película en la sala y yo le dije que sí, no iba a desaprovechar ni una sola oportunidad para estar cerca de ella. Bajamos a la sala y ella preparó palomitas en el microondas, se sentó junto a mí y me dijo que olía muy rico a bebé, y que olvidó darme gel de baño y shampoo normales, pero para mí que lo hizo a propósito, se la paso oliendo mi cabello y mi cuello un buen rato y eso me estaba excitando demasiado, afortunadamente el pantalón de mi pijama es holgado y pude ocultar mi erección.

Terminamos la película y cada uno se fue a dormir a su habitación, perdí la oportunidad de pedir que pusiéramos una película de terror, alguna vez oí que si estas con una chica y pones una película de terror ella te abrazará en las escenas que le den miedo y así puedes iniciar con el contacto físico, lamentablemente se me ocurrió hasta el final, pero al día siguiente pensaba ponerlo en práctica.

Me desperté con el sonido de la música a todo volumen, Mariana se estaba bañando y desde su habitación se escuchaba la música a todo lo que daba. Yo me quité la pijama y me puse la ropa, quería ponerme un short pues hacía mucho calor, pero lamentablemente no había traído ninguno. Esperé en la recamara a que Mariana saliera de su habitación y como si fuese una fantasía hecha realidad, escuche el sonido de la puerta de su habitación y salí de la mía, y vi a esa hermosa chica usando un traje de baño color morado, era de dos piezas, pequeño pero sin caer en lo vulgar, estaba completamente cubierta con una bata de playa pero esta era tan transparente que no dejaba nada a la imaginación, y otra vez, como buen adolescente tuve una erección, esta vez tuve que meter mi mano a unos de los bolsillos del pantalón para disimularla.

-Buen día nene, – me dijo mientras volvía a poner el chupón en mi boca – ponte tu traje de baño, hoy el día esta esplendido para la alberca.

Yo no sabía que en esa casa había alberca, así que no había llevado traje de baño, lo cual era una desgracia, pero rápidamente me alivié pues podía meterme con mi ropa interior, era una alberca privada así que no me daría pena estar solamente en calzoncillos pues ella también estaba solamente en bikini.

Salí al patio en donde ella ya se encontraba preparando una mesa con frutas, botanas y bebidas al lado de los camastros, la lona de la alberca se estaba recorriendo por si sola gracias a un sistema automático. Mariana volteó a verme y me dijo que debía ponerme el traje de baño que no fuera tímido, le explique que no traía traje de baño pues no sabía que había alberca en su casa, pero que me metería con ropa interior. Me dijo que su madre le tenía prohibido que alguien se metiera con ropa a la alberca, que era solamente con traje de baño. Pero que no me preocupara que ella tenía la solución.

Entro a la casa mientras yo la espere en un camastro comiendo algo de la fruta que había servido ahí, pensé que saldría con algún traje de baño para mí, minutos después salió al patio con un paquete en las manos, era un paquete de pañales con dibujos de peces y tortugas, los diseños en el empaque eran como de playa, decía Little swimmers y un numero 6 enorme del que supongo se refería a la talla. Abrió el empaque que estaba nuevo y sacó uno, lo estiró un poco y me lo dio.

-Ten ponte este, es un traje de baño desechable para niños
-Es un pañal, -dije recibiéndolo y quitándome el chupón de la boca.
-Es un traje de baño desechable, si no te lo pones no hay alberca para ti y tendrás que quedarte encerrado adentro de la casa porque ni creas que dejare que estes aquí afuera solamente viéndome.
-No me va a quedar, esto es para bebés -le dije, sabiendo que era verdad.
-Por supuesto que te quedan, es más si no te queda te puedes meter como quieras, pero estoy segura que te quedan porque hasta a mí me entran y estoy más grande que tú.

No iba a perder la oportunidad de meterme a la alberca con esa chica, aunque eso me costara ponerme un pañal.

Entre al baño del patio (si, había un baño en el patio) y me quité la ropa, me coloque el pañal que se colocaba como un calzoncillo, exactamente igual que el que Luca estaba usando la mañana anterior, solo que este tenía unos dibujos de peces y diseños de playa, leí el empaque y decía que no absorbían agua de la alberca, ósea entonces que no eran pañales, yo no entendía entonces para que se los ponían a los niños si en realidad no absorbe la pipí como un pañal, pero aun así me lo puse, estaba más tranquilo pues efectivamente no se trataba entonces de un pañal. Me vi al espejo del baño totalmente desnudo únicamente usando un traje de baño desechable con dibujos infantiles y mis sandalias, me veía como un bebé y más porque estaba muy delgado y algo bajito.

Tarde un poco, pero por fin reuní valor, la chica bien que valía la pena. Salí del baño y Mariana ya estaba dentro del agua, no le di oportunidad a que me viera usando eso que ella llamaba traje de baño desechable y me zambullí de un salto, realmente estaba sorprendido de lo bien que me quedaba esa prenda.

Volteó a verme después del chapuzón y me pregunto si me había quedado el traje de baño, le die que sí y me sumergí por la vergüenza. Nos pusimos a jugar voleibol con una pelota de plástico que flotaba en la alberca y después a las atrapadas, yo aprovechaba cualquier pretexto para pasar cerca de ella, y ella también lo hacía conmigo, varias veces al querer quitarme la pelota me agarro las nalgas o la parte de enfrente de mi pañal, y yo hice lo mismo con ella y también con sus pechos, estuvimos un largo rato dentro de la alberca, de repente los rozamientos “accidentales” se volvieron más obvios hasta que ella ya sin disimular metió su mano dentro de mi traje de baño-pañal. Yo estaba excitadísimo, me acerque a su cuello y la empecé a besar y a dar pequeños mordiscos, ella seguía con su mano dentro de mi pañal acariciando mi pene y después mis testículos, yo no sabía qué hacer con mis manos así que la tome de las nalgas y baje mi cara ahora a sus pechos. Así estuvimos durante unos segundos, después ella sacó su mano de donde estaba y empezó a besarme los labios para después volver a bajar mi cabeza a la altura de sus pechos, como yo era más bajo que ella esta acción no era para nada difícil. La magia termino cuando me entro agua a la boca y nariz y empecé a toser mucho, me estaba ahogando así que ella me separó de su cuerpo y empezó a reír, cuando el ataque de tos se fue, vi que ella ya se estaba saliendo de la alberca. Se secó con una toalla y se volvió a colocar su bata transparentosa, se acostó en el camastro a tomar el sol. Yo me quedé un rato más en la alberca porque no quería que me viera con el pañal fuera de la alberca, pero después de unos minutos me aburrí y también salí, aproveche para enrollarme la toalla en la cintura y ocultar rápidamente el pañal, aunque me di cuenta de que ella ni siquiera estaba mirándome, tenía puestos unos lentes de sol pero pude notar que tenía los ojos cerrados y solo estaba disfrutando del sol y las botanas de la mesa.


Este es un fragmento del libro ilustrado "Mi primera vez" que esta disponible en Amazon y Google books. Si te gustan mis historias por favor considera apoyar este proyecto comprando tu libro electrónico.

Contenido completo del e-book

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3
  • Parte 4
  • Parte 5
  • Parte 6
  • Parte 7
  • Parte 8
  • Parte 9
  • Parte 10
  • Parte 11
  • Parte 12
  • Parte 13 (Final)
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