Chica usando pañales y tomando biberon mientras lee un libro

La ventana indiscreta

Chica usando pañales y tomando biberon mientras lee un libro

Lia iba de regreso de la escuela, recién había entrado al bachillerato y por fin su madre la dejaba ir y regresar de la escuela sola, bueno no sola en realidad, pues siempre regresaba con sus amigos que vivían cerca de su casa, pero su madre ya no iba a dejarla y a recogerla como antes. Sentía que por fin su madre ya no lo veía como una niña y le daba más libertades porque ya era más madura.

Ese día se olvidó las llaves de la entrada, no estaba acostumbrada a cargar sus llaves pues siempre iba con su madre y ella abría la puerta, sin embargo, ahora que andaba sola por la calle debía tener sus llaves de la casa siempre consigo ya que su madre llegaba dos horas después de ella.

En cuanto se dio cuenta de que no traía las llaves se odio por un momento por ser tan distraída, la puerta de la reja estaba abierta pero la de la casa no, así que se quedaría en el patio esperando a su madre mientras veía la calle y las casas de sus vecinos. Eso no le molestaba mucho pues en frente de su casa vivía una chica llamada Valeria. 

Lia casi nunca hablaba con ella, pues Valeria no salía a jugar como los otros niños y niñas de su calle, ella siempre estaba adentro de su casa, de vez en cuando la veía en la calle porque iba a comprar algo que su madre la mandaba o acompañaba a alguno de sus hermanos mayores a hacer algún recado. Sin embargo, varias veces le había tocado ver a Valeria a través de la ventana de su casa, su recamara daba directo a la terraza de la casa de Lia, en donde el solía pasar tiempo leyendo o jugando con su switch y cuando estaba la luz prendida de su cuarto sus delgadas cortinas dejaban ver lo que sucedía adentro, a veces la chica de enfrente ni siquiera bajaba las cortinas con el fin de que entrara el sol. La había visto varias veces en ropa interior pues parecía que a la chica le encantaba andar así por toda su casa. También la había visto en pijama o envuelta en una toalla saliendo de la ducha.

Valeria es una chica que acaba de cumplir 18 años. Vive con sus hermanos mayores de 24 y 26 años que prácticamente nunca están en casa, también tiene una pequeña hermana de 3 años que es la reina del hogar. Su madre y su padre también viven con ella, aunque su padre se la pasa todo el día trabajando y su madre se la pasa viendo las telenovelas y leyendo revistas de chismes y farándula. Ella es muy guapa, desde que era pequeña todos le decían lo linda que era, en la escuela un montón de chicos andaban siempre tras de ella. Desde hace unos meses se había dado cuenta que tenía un cuerpo que todas las chicas de su salón envidiaban y por el que los chicos darían lo que fuera.

Lia no se había dado cuenta de lo guapa que era su vecina pues hasta hace muy poco no se había interesado en las niñas como algo más que un compañero de juegos. Pero poco a poco se empezaba a fijar más en ellas y en este caso en su guapa vecina de enfrente.

En ese momento Valeria estaba en el patio de su casa y por la reja se podía ver que estaba jugando con su hermanita. La pequeña de tres años estaba con un chupete en la boca, en ese momento Valeria se lo quitó de la boca a la niña y se lo puso en la suya, la hermanita siguió jugando mientras Valeria se acostó en el pasto con el chupete en la boca mientras jugaba con los juguetes de su hermanita. Esto a Lia le pareció muy tierno, a ella le seguía gustando jugar con sus juguetes de cuando era más pequeña, aunque no lo hacía enfrente de su madre pues quería que ella lo viera como una chica mayor y responsable.

Lia siguió viendo a su vecina usar el chupete de su hermanita y jugar con sus juguetes desde su patio hasta que llegó su madre y abrió la puerta para entrar a casa después de una llamada de atención por no cargar con sus llaves.

En la noche en cuanto termino su tarea se fue a la terraza en donde acostumbraba a jugar con su switch y vio que la luz de la recamara de Valeria estaba encendida, aunque no había nadie dentro. Siguió con su videojuego y unos minutos después se dio cuenta que Valeria entró a su habitación y rápidamente cerró la puerta y le puso seguro detrás de sí, con algunas cosas en su mano. Lia siguió mirando.

Valeria dejó lo que traía en la mano sobre su cama. Fue a su armario y sacó algo de ropa color rosa que parecía ser un pijama. Tomó algo de su cama y lo empezó a extender, Lia no podía ver bien lo que era, pero parecía un pedazo de tela blanco. En ese momento Valeria se quitó el pantalón y la playera quedando solo en bragas y sostén.

Lia no sabía si seguir mirándola, pero la curiosidad le ganó y ahí se mantuvo sin hacer ruido, apagó su switch para que la luz de la pantalla no la delatara. Sabía que nadie más podía ver hacia el cuarto de la chica más que ella pues eran las últimas casas de la calle y lo demás que había solo era un terreno baldío. 

Valeria se quitó las bragas y Lia no podía creerlo, era la primera vez que veía a una chica desnuda, aunque sea a través de las delgadas cortinas pues no se podía distinguir del todo bien. La chica se sentó sobre su cama acomodando la tela blanca que había extendido sobre ella previamente, se recostó y tomo otra de las cosas que estaban sobre su cama, era como un bote que Lia no pudo distinguir bien, le giro la tapa y empezó a moverlo enfrente de ella como si se estuviese echando algo en su parte intima, después siguió moviendo lo que estaba debajo de ella y paso a abrocharlo en su cintura. Se puso de pie y Lia pudo ver que ya no estaba desnuda de la parte de abajo, se había colocado lo que ella se figuró como unas bragas color blanco con rosa claro.

Valeria empezó a tocar la prenda que se había puesto y cuando giro de frente, Lia se dio cuenta de que eso no eran unas bragas normales, pues tenían demasiados dibujos al frente y Valeria estaba ajustando unas cintas enfrente de estas “bragas”, entonces cayó en cuenta de que era un pañal igual al que usaba la hermanita de Valeria.

Lia estaba confundida, porque una niña de esa edad usaría un pañal de bebés, después recordó lo que vio en la mañana, a Valeria jugando con un chupete en la boca como si fuera una niña pequeña. La chica de enfrente tomó otra cosa de su cama, era un biberón, se acostó y empezó a tomarlo. Esto a Lia le dio una mezcla entre ternura y envidia. El deseaba poder hacer lo mismo que esta chica, ser una bebé, aunque sea por unos momentos y en secreto.

Siguió observando a su vecina desde la terraza, la chica seguía tomando su biberón plácidamente, de repente se sobresaltó como si hubiese escuchado algo, rápidamente puso el biberón sobre la cama y lo cubrió con una cobija, también tomó su pijama y se la puso rápidamente. Se acercó a su puerta, y la abrió, uno de sus hermanos estaba parado en la entrada, le dijo algo y la chica salió detrás de él.

Lia se quedó esperando a que la chica volviera a entrar a su habitación, pero no lo hizo en un buen rato así que siguió con su videojuego. Después de casi media hora su madre la llamó para cenar. Después de cenar regresó a la terraza. Valeria ya estaba en su habitación, estaba acostada en su cama con un chupete en la boca y leía un libro. Pasaron los minutos y la madre de Lia la llamó para que se bañara y se fuera a dormir, aunque ya era mayor, su madre seguía siendo su madre.

Lia se bañó y se fue a la cama, pensando en lo que había sucedido. Un montón de sentimientos se habían encontrado con ella, desde la atracción física de su vecina hasta el deseo oculto de comportarse como una bebé en secreto. Busco uno de sus muñecos de peluche de cuando era más pequeña en el fondo de su armario. Apago la luz de su recamara y se acostó abrazando a su muñeco. No sin antes prender la luz del pasillo como todos los días, pues aún le temía un poco a la oscuridad.

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Este cuento fue publicado originalmente en mi cuenta de Wattpad en Junio del 2016.
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