Este es un compilado de mis primeros cuentos cortos publicados en Wattpad entre el 2016-2017. Ya se habían publicado en este blog pero los cambié a formato de entrada para darle un mejor orden al contenido.
N del A
La ventana indiscreta

Lia iba de regreso de la escuela, recién había entrado al bachillerato y por fin su madre la dejaba ir y regresar de la escuela sola, bueno no sola en realidad, pues siempre regresaba con sus amigos que vivían cerca de su casa, pero su madre ya no iba a dejarla y a recogerla como antes. Sentía que por fin su madre ya no lo veía como una niña y le daba más libertades porque ya era más madura.
Ese día se olvidó las llaves de la entrada, no estaba acostumbrada a cargar sus llaves pues siempre iba con su madre y ella abría la puerta, sin embargo, ahora que andaba sola por la calle debía tener sus llaves de la casa siempre consigo ya que su madre llegaba dos horas después de ella.
En cuanto se dio cuenta de que no traía las llaves se odio por un momento por ser tan distraída, la puerta de la reja estaba abierta pero la de la casa no, así que se quedaría en el patio esperando a su madre mientras veía la calle y las casas de sus vecinos. Eso no le molestaba mucho pues en frente de su casa vivía una chica llamada Valeria.
Lia casi nunca hablaba con ella, pues Valeria no salía a jugar como los otros niños y niñas de su calle, ella siempre estaba adentro de su casa, de vez en cuando la veía en la calle porque iba a comprar algo que su madre la mandaba o acompañaba a alguno de sus hermanos mayores a hacer algún recado. Sin embargo, varias veces le había tocado ver a Valeria a través de la ventana de su casa, su recamara daba directo a la terraza de la casa de Lia, en donde el solía pasar tiempo leyendo o jugando con su switch y cuando estaba la luz prendida de su cuarto sus delgadas cortinas dejaban ver lo que sucedía adentro, a veces la chica de enfrente ni siquiera bajaba las cortinas con el fin de que entrara el sol. La había visto varias veces en ropa interior pues parecía que a la chica le encantaba andar así por toda su casa. También la había visto en pijama o envuelta en una toalla saliendo de la ducha.
Valeria es una chica que acaba de cumplir 18 años. Vive con sus hermanos mayores de 24 y 26 años que prácticamente nunca están en casa, también tiene una pequeña hermana de 3 años que es la reina del hogar. Su madre y su padre también viven con ella, aunque su padre se la pasa todo el día trabajando y su madre se la pasa viendo las telenovelas y leyendo revistas de chismes y farándula. Ella es muy guapa, desde que era pequeña todos le decían lo linda que era, en la escuela un montón de chicos andaban siempre tras de ella. Desde hace unos meses se había dado cuenta que tenía un cuerpo que todas las chicas de su salón envidiaban y por el que los chicos darían lo que fuera.
Lia no se había dado cuenta de lo guapa que era su vecina pues hasta hace muy poco no se había interesado en las niñas como algo más que un compañero de juegos. Pero poco a poco se empezaba a fijar más en ellas y en este caso en su guapa vecina de enfrente.
En ese momento Valeria estaba en el patio de su casa y por la reja se podía ver que estaba jugando con su hermanita. La pequeña de tres años estaba con un chupete en la boca, en ese momento Valeria se lo quitó de la boca a la niña y se lo puso en la suya, la hermanita siguió jugando mientras Valeria se acostó en el pasto con el chupete en la boca mientras jugaba con los juguetes de su hermanita. Esto a Lia le pareció muy tierno, a ella le seguía gustando jugar con sus juguetes de cuando era más pequeña, aunque no lo hacía enfrente de su madre pues quería que ella lo viera como una chica mayor y responsable.
Lia siguió viendo a su vecina usar el chupete de su hermanita y jugar con sus juguetes desde su patio hasta que llegó su madre y abrió la puerta para entrar a casa después de una llamada de atención por no cargar con sus llaves.
En la noche en cuanto termino su tarea se fue a la terraza en donde acostumbraba a jugar con su switch y vio que la luz de la recamara de Valeria estaba encendida, aunque no había nadie dentro. Siguió con su videojuego y unos minutos después se dio cuenta que Valeria entró a su habitación y rápidamente cerró la puerta y le puso seguro detrás de sí, con algunas cosas en su mano. Lia siguió mirando.
Valeria dejó lo que traía en la mano sobre su cama. Fue a su armario y sacó algo de ropa color rosa que parecía ser un pijama. Tomó algo de su cama y lo empezó a extender, Lia no podía ver bien lo que era, pero parecía un pedazo de tela blanco. En ese momento Valeria se quitó el pantalón y la playera quedando solo en bragas y sostén.
Lia no sabía si seguir mirándola, pero la curiosidad le ganó y ahí se mantuvo sin hacer ruido, apagó su switch para que la luz de la pantalla no la delatara. Sabía que nadie más podía ver hacia el cuarto de la chica más que ella pues eran las últimas casas de la calle y lo demás que había solo era un terreno baldío.
Valeria se quitó las bragas y Lia no podía creerlo, era la primera vez que veía a una chica desnuda, aunque sea a través de las delgadas cortinas pues no se podía distinguir del todo bien. La chica se sentó sobre su cama acomodando la tela blanca que había extendido sobre ella previamente, se recostó y tomo otra de las cosas que estaban sobre su cama, era como un bote que Lia no pudo distinguir bien, le giro la tapa y empezó a moverlo enfrente de ella como si se estuviese echando algo en su parte intima, después siguió moviendo lo que estaba debajo de ella y paso a abrocharlo en su cintura. Se puso de pie y Lia pudo ver que ya no estaba desnuda de la parte de abajo, se había colocado lo que ella se figuró como unas bragas color blanco con rosa claro.
Valeria empezó a tocar la prenda que se había puesto y cuando giro de frente, Lia se dio cuenta de que eso no eran unas bragas normales, pues tenían demasiados dibujos al frente y Valeria estaba ajustando unas cintas enfrente de estas “bragas”, entonces cayó en cuenta de que era un pañal igual al que usaba la hermanita de Valeria.
Lia estaba confundida, porque una niña de esa edad usaría un pañal de bebés, después recordó lo que vio en la mañana, a Valeria jugando con un chupete en la boca como si fuera una niña pequeña. La chica de enfrente tomó otra cosa de su cama, era un biberón, se acostó y empezó a tomarlo. Esto a Lia le dio una mezcla entre ternura y envidia. El deseaba poder hacer lo mismo que esta chica, ser una bebé, aunque sea por unos momentos y en secreto.
Siguió observando a su vecina desde la terraza, la chica seguía tomando su biberón plácidamente, de repente se sobresaltó como si hubiese escuchado algo, rápidamente puso el biberón sobre la cama y lo cubrió con una cobija, también tomó su pijama y se la puso rápidamente. Se acercó a su puerta, y la abrió, uno de sus hermanos estaba parado en la entrada, le dijo algo y la chica salió detrás de él.
Lia se quedó esperando a que la chica volviera a entrar a su habitación, pero no lo hizo en un buen rato así que siguió con su videojuego. Después de casi media hora su madre la llamó para cenar. Después de cenar regresó a la terraza. Valeria ya estaba en su habitación, estaba acostada en su cama con un chupete en la boca y leía un libro. Pasaron los minutos y la madre de Lia la llamó para que se bañara y se fuera a dormir, aunque ya era mayor, su madre seguía siendo su madre.
Lia se bañó y se fue a la cama, pensando en lo que había sucedido. Un montón de sentimientos se habían encontrado con ella, desde la atracción física de su vecina hasta el deseo oculto de comportarse como una bebé en secreto. Busco uno de sus muñecos de peluche de cuando era más pequeña en el fondo de su armario. Apago la luz de su recamara y se acostó abrazando a su muñeco. No sin antes prender la luz del pasillo como todos los días, pues aún le temía un poco a la oscuridad.
– 🍼-
El trato

Los padres de Santiago tenían una cena esa así que su madre llamo a Susana, su hermana, para que cuidara de sus hijos esa noche. Santiago de doce años y Samuel de dos años.
-Santiago quiero que te portes bien con tu tía Susana esta noche de acuerdo?
– Mamáaa… no quiero que venga la tía Susana, ella me trata siempre como bebé y ya tengo 12 años. -Respondió con reproche.
– Lo hace porque te quiere mucho.
– Yo también la quiero, pero a veces me molesta que me trate así.
– Pues te aguantas, tu padre y yo tenemos que salir esta noche y no te puedo dejar solo con tu hermanito.
-Está bien -Respondió resignado
La madre de Santiago terminó de arreglarse y su padre estaba hablando por teléfono, en ese momento sonó el timbre de la casa.
-Santiago ve a abrir debe ser tu tía -Le dijo desde su habitación.
Santiago fue corriendo a la puerta y abrió
-Hola pequeñín como estas -Le dijo Susana mientras lo cargaba y le daba besos.
-Bien ¿y tú?
-Muy bien también, que niño tan educado -Le dijo mientras lo levantaba del suelo.
Susana llevó cargando hasta dentro de la casa a Santiago pues él era algo pequeño y ligero para su edad y ella alta y robusta.
Se acercó al corralito en donde estaba Samuel jugando, bajo a Santiago y fue a cargar al bebé
-Hola lindura, ¿a que juegas? -Pregunto al infante quien le sonreía
Samuel intentaba hablar, pero las palabras no estaban del todo bien articuladas.
La madre salió de su habitación y recibió a su hermana, ambas se dirigieron a la entrada pues se les hacia tarde.
-Lo bañas y lo acuestas por favor, revísale el pañal y cámbialo de inmediato para que no se roce.
– A Samuel o a Santiago? -Pregunto Susana en broma.
-A ambos -Le respondió la madre riendo y siguiéndole el juego.
-Bueno, diviértanse, yo me quedo cuidando a los nenes, no se preocupen.
Los padres de Santiago se despidieron de sus dos hijos, y se fueron enseguida.
Susana se puso a jugar con el pequeño Samuel mientras Santiago veía televisión, después lo baño y lo acostó en su cuna, aún era temprano así que bajo con Samuel a prepararle la cena.
-Ya está dormido un bebé vamos con el otro. -Le dijo a Santiago mientras le hacía cosquillas en la panza.
-Te preparare la cena, ¿quieres leche?
-Si por favor -Respondió educadamente Santiago.
Susana fue a la cocina a reparar la cena, después de un rato llamo al niño a la mesa, él se acercó y había un plato servido en la mesa con una taza de té, Santiago se sentó frente a el.
– Disculpa, te dije que quería leche no té
-Ese no es tu plato bobito -Le dijo Susana mientras quitaba el seguro de la sillita alta de Samuel.
-No me voy a sentar ahí.
-Ándale bebito siéntate y te daré un chocolate enorme. -Dijo mientras le enseñaba una enorme barra de chocolate que tenía en el bolso.
A Santiago le encantaban los chocolates y total, solo era una simple silla más alta.
-Está bien.
Se subió a la sillita y Susana puso el seguro, le puso su platito enfrente y un biberón con leche.
Santiago se comió todo y se bebió la leche pese a estar en un biberón entendiendo que era parte del trato, incluso le pidió más.
– Listó termine ayúdame a bajar de aquí.
-Aun no acabas, se te olvida tu chocolate -Le dijo y le puso la barra en sus manos. -Espera que te pondré un babero para que no te ensucies todo.
Santiago se comió el chocolate sin importarle tener que usar un babero, que la verdad le sirvió mucho pues se manchó mucho la boca y un poco el babero.
-Listo mi nene ahora a darte un buen baño. -Susana lo saco de la sillita y lo metió al corralito que estaba en la sala.
-Espérame aquí mientras te preparo la tina.
-No me baño en tina, me baño en regadera -Respondió Santiago chupándose los dedos que aún tenían rastros de chocolate.
-Pues hoy te bañaras en tina y espérame aquí y si eres niño bueno y me obedeces en todo lo que te diga te daré ese teléfono que tanto quieres para navidad.
Santiago lo pensó un poco, valía la pena el trato. Susana quería tratarlo como su bebé, y él quería ese teléfono, así que sería su bebé esa noche.
La tía subió a la bañera mientras el niño se quedó en el corralito jugando con los juguetes de Samuel, le dieron ganas de hacer pipí, estuvo a punto de salirse del corralito para ir al baño, pero recordó que Susana quería que fuera un bebé, así que decidió que sería un bebé y se hizo pipi en sus pantalones mojándose la ropa y dejando un charco en el suelo.
Al poco rato Susana bajo por Santiago y se dio cuenta que el pantalón del niño estaba todo mojado y que había un pequeño charco debajo de el, pero a Santiago parecía no importarle pues seguía jugando.
-¿Qué paso bebé, te ganó?
Santiago no le respondió solo hizo un gesto con la boca y levantó los hombros.
-No importa, te voy a bañar y a cambiar esos calzones cochinos.
Susana lo desvistió completamente y lo metió a la bañera, le lavó su cabello y le talló todo el cuerpo, después lo saco envuelto en una toalla y lo llevo hasta su cama. Ahí le puso crema en todo el cuerpo y le cepillo su cabello, sacó el pijama de su ropero y lo puso sobre la cama.
-Espérame aquí -dijo mientras salía de la habitación.
Regresó unos momentos después con pañales, talco y toallitas de la recamara de Samuel. Te pondré pañal para que no tengas más accidentes. Santiago solo se dejó llevar, Susana le puso talco y un lindo pañal.
-Hace mucho calor, estarás solo con pañal, ¿de acuerdo?
– Está bien -Dijo mientras con las manos sentía la suavidad de su nueva ropa interior. Empezaba a disfrutar eso de ser un bebé.
Susana lo metió al corralito y se puso a jugar con él, le revisaba su pañal constantemente, de repente a Santi le dieron ganas de hacer popo y si pensarlo dos veces se hizo en su pañal. A Susana le llegó el olor.
-Uy, tenemos un bebé cochino aquí
-Santiago solo se rio
Susana lo sacó del corralito y lo llevo al cambiador que estaba en el cuarto de Samuel. Le desprendió las cintas del pañal y le bajo la parte frontal, le alzo las piernas y le saco el pañal sucio. Tomó toallitas y le limpio muy bien sus pompis, después le unto crema anti rozaduras por toda el área y le puso su pañal limpio
-Listo bebé, limpio y fresco.
Hizo bolita el pañal sucio y lo tiro al bote de basura. Cargó a Santiago hasta su cama y lo arropo. Le dio un biberón calientito y en unos minutos ya estaba bien dormido.
– 🍼-
Anti-estrés

Fernando amaneció con dolor de cuello, era un dolor intenso, no había hecho ejercicio o se había lastimado el día anterior como para tener ese dolor, pensó que tal vez se había dormido chueco y por eso se había lastimado, aunque no estaba muy convencido de esa respuesta. Tenía que irse a la escuela, podría haberle dicho a su madre que le dolía el cuello para faltar a clases, pero no ese día, era la semana de exámenes finales y no podía darse el lujo de faltar, aunque apenas y pudiera mover un poco la cabeza.
Su madre le dio un analgésico para calmar el dolor y le sacó una cita con el médico para después de clases, además que desde hace unos días Fernando se había quejado también de síntomas de gastritis.
Se fue a la escuela y como pudo presento sus exámenes, era apenas el primer día de una semana completa de evaluaciones. Saliendo de clases su madre lo llevo al médico. En la consulta el medico les dijo que la gastritis y el dolor de cuello habían sido provocados por el estrés. Y que lo mejor sería que Fernando buscara una forma de relajarse.
Fernando regresó solo a su casa porque su madre tenía que ir al trabajo, el solía quedarse solo en casa después de la escuela hasta que su madre regresaba en la noche.
En el camino de regreso, le conto a su mejor amiga Laura lo que le había dicho el médico, ya que en la escuela le había comentado del dolor de cuello y la gastritis, su amiga se preocupó por él y le encargo que le dijera que le había dicho el medico acerca de eso.
– El medico dice que es por estrés lo del dolor de cuello y gastritis y que si no me relajo puede empeorar y me puedo hacer una ulcera por la gastritis o parálisis temporal en el cuello, no sé qué hacer -Le contó a su amiga preocupado.
– Pues eso no está nada bien, ¿Qué te receto el doctor para relajarte?
-Pues nada, solo analgésicos para el dolor de cuello y antiácidos para la gastritis.
-Deberías empezar a tomarte las cosas más con calma si no quieres empeorar.
-Ya sé, pero sabes que así soy yo.
-Yo sé una forma en la que podrías relajarte y dormir mejor.
-No quiero drogas muchas gracias -respondió en broma.
-No tonto, una manera mejor y efectiva, sin drogas ni medicamentos.
-No creo en la meditación ni en las limpias o brujería.
-Jaja, tampoco es nada de eso. -respondió la chica
-¿Entonces que es?
-Ven mañana a mi casa después de la escuela, yo preparare todo pero debes obedecer a todo lo que te diga sin replicar nada ¿Entendiste?
-Lo que sea por quitarme este dolor y el estrés -respondió con algo de inseguridad
Laura vivía con su hermana mayor, sus padres vivían en el pueblo en donde ambas crecieron, pero al cumplir 16 años su hermana se fue a vivir con su tía a la ciudad para estudiar el bachillerato y la universidad, cuando Laura cumplió 16 años sus padres también la mandaron a la universidad y para no darle molestias a su tía decidieron irse a vivir ambas a un departamento. Ahora su Hermana estaba terminando la universidad y haciendo sus prácticas profesionales por lo que se iba desde temprano y regresaba hasta media noche, dejando a Laura prácticamente sola todo el día.
Al terminar de hablar con Fernando y empezó a hacer una lista de las cosas que debía comprar para la terapia de relajación de su amigo. Era algo que su hermana había hecho con ella hacia algún tiempo cuando estaba triste o estresada y le había servido mucho, así que estaba segura de que funcionaria también para su amigo.
Al día siguiente Fernando y Laura se vieron en la escuela como de costumbre, después de hacer los dichosos exámenes por fin era hora de la salida.
-Entonces nos vamos a mi casa para tu terapia de relajación? -Preguntó Laura emocionada
-¿Qué es exactamente lo que haremos? -Pregunto intrigado
-Ya verás, deja de hacer preguntas y recuerda que quedaste en no cuestionar y obedecerme en todo.
-Está bien, lo que sea con tal de que esto termine.
Llegaron a casa de Laura, no había nadie más como de costumbre.
-Primero que nada vamos a comer -Dijo Laura.
-Si muero de hambre -Respondió Fernando
-Ayúdame a poner la mesa en lo que yo caliento la comida.
-Está bien.
Laura fue a la cocina en lo que Fernando ponía los platos. Laura llego con un plato con comida, un babero, y un vaso entrenador de Mickey Mouse. Puso el plato en frente de Fernando, también el vaso y coloco el babero con el dibujo de un león alrededor de su cuello.
-¿Qué es lo que haces? -Preguntó Fernando sorprendido
-Te dije que no cuestionaras nada, ahora solo déjate llevar
Laura tomo una cucharita infantil y empezó a darle de comer en la boca a Fernando
-Abre la boquita aquí viene el avión -Dijo mientras movía la cuchara en dirección a la boca de Fernando.
Él, dudoso abrió la boca y comió de la cuchara. Al principio vacilaba pero después lo empezó a disfrutar. Termino su comida y el agua de su vasito de Mickey Mouse.
-Muy bien Fer ahora ve al sillón a ver la televisión en lo que yo como, ¿Qué programa te gustaba ver cuando eras más pequeño? -Preguntó Laura
-Mmm me gustaba Bob esponja
-Muy bien lo pondré
Laura le puso su programa, mientras Fernando se sentaba en el sillón a verlo, ella se puso a comer.
Terminó de comer, fue a la cocina y preparo un biberón con leche caliente, le puso chocolate y lo llevo a la sala. Después fue a su habitación y saco una bolsa de pañales para bebé de la talla más grande, un bote de talco y crema para rozaduras, también una pijama de una sola pieza.
-Fer ven para que duermas tu siesta -Gritó Laura desde su habitación.
-Ya voy deja que termine este capitulo -Respondió Fernando desde la sala.
-No bebé, recuerda que dije que no me replicaras nada.
-Está bien, ya voy.
-Tráeme el biberón que deje en la mesa.
Fernando tomó el biberón caliente de la mesa y se dirigió a la habitación.
-Muy bien, vas a tomar una siesta -Dijo la chica mientras levantaba las sabanas de la cama.
-Pero no tengo sueño -Replicó él.
-Ya te dará sueño, primero hay que ponerte el pijama, quítate la ropa y los zapatos.
-Está bien -Respondió mientras se quitaba la ropa con la ayuda de su amiga quedándose en ropa interior.
-Toda la ropa Fernando -Sentenció la chica.
-¿Enserio?
-Si
-Está bien -Respondió resignado
Se quitó los calzoncillos con algo de vergüenza. Y se cubrió sus partes.
-No te avergüences Fer ¿somos amigos no?
-Si -Respondió con vergüenza.
-Muy bien ahora acuéstate boca arriba en la cama.
Fernando se acostó en la cama. Laura le unto crema de bebé en sus partes, después le levanto las piernas para untarle crema en sus nalguitas. Fernando se sentía bien . Después Laura tomo un pañal y lo desdoblo. Lo extendió debajo de las pompís de Fernando y le espolvoreo talco, le bajo las piernas y le puso más talco, después cerro las cintas de su pañal con ternura.
Después le puso el mameluco por las piernas, luego por las mangas y le cerró la cremallera por la espalda y le abrocho los botones de entre las piernas. Fernando estaba disfrutando todo el proceso.
-¿Esto era necesario Laura?
-Te dije que sin cuestionar, ahora acuéstate que te doy tu biberón.
Fernando se acostó sobre el regazo de Laura, esta sostenía el biberón mientras le acariciaba su lacio cabello. Fernando estaba completamente relajado y en unos minutos cayó en un profundo sueño. Laura quito el biberón de la boca de Fernando y le coloco un chupón, le puso una cobija encima y apago la luz.
Dos horas después Fernando despertó, seguía con el chupón en la boca, estaba muy relajado y tranquilo. Se levantó de la cama y sintió algo húmedo y calientito entre las piernas, se tocó y recordó el pañal que le había puesto Laura antes de dormir. Cayo en cuenta de que se había orinado mientras dormía, eso nunca le había pasado antes. Laura entro a la habitación y le acaricio la cabeza.
-¿Cómo dormiste? -Preguntó retirándole el chupón de la boca.
-Mejor que nunca, jamás había dormido tan bien.
Laura desabotono los broches de entre las piernas de la pijama de Fernando y le reviso el pañal, se dio cuenta que estaba completamente mojado.
-Creo que dormiste tan bien que ni siquiera te diste cuenta que te hiciste pis, que bueno que te puse el pañal, ahora hay que cambiarte y ponerte tu ropa tienes que ir a casa.
-Está bien -Respondió sonrojado.
Laura le quito el pañal mojado a Fernando lo limpio bien con toallitas húmedas, después le puso talco y su calzoncillo.
-Ahora ponte la ropa.
Fernando se puso su ropa sin quitarse el chupón de la boca.
-¿Te gustó el chupón verdad? ¿Te gusto todo? -Pregunto Laura con una sonrisa en el rostro.
-Si mucho es demasiado relajante.
-Podemos hacer esto hasta las vacaciones si quieres.
-Si sería genial.
Se despidieron y quedaron de hacer lo mismo al día siguiente. Fernando guardo un pañal en la mochila para usarlo en su casa a la hora de dormir.
– 🍼-
Navidad

Hoy es la mañana de noche buena y como cada año mis primos y tíos vienen a mi casa a pasar las fiestas. Esta fecha me encanta porque tengo muchos primos todos de más o menos de mi edad y nos la pasamos jugando todo el día y toda la noche, hasta la hora de irse.
Mi hermana mis padres y yo estamos preparando todo, pero a diferencia de otros años, mis tíos y abuelos no van a estar aquí con nosotros pues se van a la inauguración del bar de mi tío Paco, así que nos dejaran a todos los sobrinos a cargo de mi hermana Laura. Ella tiene 24 años y es la más grande de todos los primos por mucho, pues el siguiente en la lista tiene 12 años, yo tengo 11 y el más pequeño tiene 7.
Desde que me acuerdo he mojado la cama, no siempre en realidad, más que nada en las épocas de frio y no todos los días solo unas 3 veces por semana, mis padres me regañaban mucho por esto, así que un día mi hermana me sugirió que podía usar pañales en las noches para que mis sabanas amanecieran secas y así mis padres no se enfadaran, mis padres son muy estrictos y obviamente no aprobarían los pañales, por eso mi hermana me los compra y me ayuda a ponérmelos en secreto, al principio no me gustaba, pero prefería eso a que mis padres me regañaran, con el tiempo me acostumbre y ahora hasta lo disfruto, más en los días de frio pues no me tengo que levantar si me dan ganas de hacer pis a la mitad de la noche, y a mi hermana le encanta mimarme como a un bebé. Así que mis padres piensan que dejé de mojar la cama desde hace un par de años.
Llegó la hora y poco a poco los tíos y mis primos fueron llegando a la casa, mis padres los recibían y todos nos saludábamos, después mis primos y yo nos íbamos a jugar a mi cuarto. Nos la pasamos jugando un muy buen rato con mis videojuegos y también en el jardín. Un par de horas más tarde en todos los tíos se fueron al bar a la inauguración, nos dejaron a cargo de mi hermana y su novia, nos despedimos y todos seguimos jugando. A diferencia de los años anteriores en los que todos se iban a sus casas en las madrugadas salvo uno que otro que vive en otra ciudad y se quedaban a dormir hasta el día siguiente, esta vez todos los primos se iban a quedar a dormir en mi casa ya que los adultos llegarían hasta la madrugada.
A mi primo Samuel se le ocurrió que todos nos pusiéramos la pijama y así estuviéramos el resto de la noche, era un poco temprano para dormir pero no nos iríamos a dormir pronto, pues aún debíamos cenar, así que todos fuimos por nuestras pijamas y nos cambiamos de ropa. Una de mis primas le dijo a mi hermana que si le prestaba unas calcetas pues ella había traído sandalias y había olvidado traer calcetas y tenía frio en los pies, otra de mis primas le pidió una liga para sujetarse el cabello, así que mi hermana fue con mis primas a su recamara a buscar las calcetas y la liga para el cabello.
Después de un rato salen conteniendo unas risitas veo que mi hermana está detrás de ellas con una bolsa de mis pañales en la mano. No lo puedo creer, un frio recorre todo mi cuerpo y me pongo rojo como tomate, aunque nadie me está prestando atención y solo uno o dos se han dado cuenta de los pañales. No sabía lo que sucedía, estaba muerto de pena, porque mi hermana había sacado los pañales y ¿De qué se reían mis primas? Algunos aún no se terminaban de poner el pijama, entonces mi hermana nos dijo a todos.
-Esta es una pijamada temática, el tema serán los bebés, ustedes serán los bebés y Sandy y yo (Sandy es su novia, aunque todos dicen que es su “amiga”) seremos sus niñeras, así que aquí están sus pañales bebés, si quieren Sandy y yo se los podemos poner o ustedes se los pueden poner solos si es que saben como hacerlo.
A la mayoría de mis primos les pareció divertida la idea, a algunos no tanto pero al final aceptaron, todos quisieron que Laura y Sandy le s pusieran pañal, yo fui el último en pasar, Laura me puso aceite y talco como a los demás y después mi pijama, como los demás ya se habían apartado de ahí le pregunte discretamente que porque lo había hecho, me dijo que mis primas al estar buscando la liga para el cabello vieron la bolsa de pañales, se supone que siempre la guardaba bien pero esta mañana recién la había comprado pues la otra ya se había acabado, le preguntaron de quien eran los pañales así que tuvo que improvisar diciendo que eran para la pijamada.
Me alegré de que no hubiera revelado mi secreto, le di las gracias y ella me dio una palmadita en el trasero como siempre, después nos fuimos a la mesa a cenar con los demás. Sandy y Laura nos sirvieron a todos y nos pusimos a comer, todos olíamos a talco de bebé, a mí me gusta mucho ese olor, terminamos de cenar y nos fuimos a ver una película en la sala.
Pusimos la película de los increíbles, después de un rato uno de mis primos más pequeños (unos 8 años) se levantó del sillón y le dijo a Laura que iba al baño, ella le sonrió y le dijo que para eso traía el pañal, que no necesitaba ir al baño, mi primo se rio y los demás también, mi prima nos dijo a todos que el baño solo estaba autorizado para ella y Sandy, que los demás podíamos usar nuestros pañales y ellas nos cambiarían. Mi primo se quedó de pie en donde estaba y se empezó a orinar, todos nos dimos cuenta y nos empezamos a reír, cuando termino mi hermana fue por el talco y los pañales, le dijo que se acostara en la alfombra, llego con las cosas y le bajo el pantalón de pijama dejándole descubierto su pañal, después le quito una por una las cintas y le bajo la parte de enfrente, después le tomó ambos tobillos y le alzo las piernas tal como lo hacía conmigo, le limpio la colita con toallitas y le retiro el pañal mojado, desdoblo el pañal nuevo y lo extendió debajo de su cadera, lo ricio bien con talco y le bajo las piernas, después le subió la parte de enfrente del pañal y le Pareto las cintas, le volvió a poner el pantalón y le dio un beso en la frente.
-Qué lindo bebé!- Le dijo mientras lo ayudaba a pararse.
Seguimos viendo la película, termino y pusimos la de como entrenar a tu dragón. De repente empezó a llegar un olor a popó, era evidente que alguno de mis primos se había hecho en su pañal, pues mi hermana les dijo que podían hacerlo. Sandy notó el aroma y le dijo a mi hermana, ella se levantó y nos preguntó que quien se había hecho popó para que lo cambiara, nadie contesto, mi hermana siguió preguntando, pero nadie lo decía así que nos dijo que todos formáramos una fila y nos bajáramos los pantalones que ella nos iba a revisar uno por uno.
Todos obedecimos y mi hermana paso a revisarnos, al verlos era evidente que unos estaban muy mojados y no habían dicho nada, Sandy nos olía el trasero y nos jalaba la parte de atrás para ver si había algo, si no encontraba nada metía el dedo en la entrepierna para ver si estaba mojado.
Al terminar resulta que dos se habían hecho popó y los demás ya teníamos mojado el pañal, pues habíamos bebido mucho refresco y ponche desde hace unas horas. Mi hermana y Sandy nos cambiaron los pañales a uno por uno, poniéndonos mucho talco y cremita para las rozaduras, después de esto seguimos viendo películas hasta que uno por uno caímos dormidos víctimas del sueño, todos muy a gusto oliendo a bebé y usando pañales limpios y suavecitos.
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